Huevitos, bombones, tabletas, tortas. Pascuas, cumpleaños, visitas familiares... y cuando querés acordar, estás con el estómago lleno y un poco de culpa encima. El chocolate, ese placer casi universal, puede volverse una pesadilla si se consume en exceso. Pero no entres en pánico: el empacho tiene solución.

¿Qué es un empacho de chocolate?

Más allá de la definición médica, hablamos del típico malestar que aparece tras comer demasiado chocolate (u otros dulces): sensación de pesadez, náuseas, acidez, dolor de panza, y a veces hasta dolor de cabeza o irritabilidad. Todo eso puede deberse a una mezcla de grasas, azúcares y, en el caso del chocolate, cafeína y teobromina.

¿Qué hacer si te empachaste?

  1. Hidratate bien
    Tomá agua en pequeños sorbos durante el día. Ayuda a tu cuerpo a procesar el exceso de azúcar y evita que te deshidrates, algo que puede pasar si tenés vómitos o diarrea.
  2. No sigas comiendo “por ansiedad”
    Aunque suene obvio, muchas veces la respuesta al malestar es… seguir comiendo. Hacé una pausa real. Escuchá al cuerpo.
  3. Comé liviano (si tenés hambre más tarde)
    Caldos, arroz blanco, banana o tostadas secas son aliados. Evitá lácteos, comidas pesadas, frituras y más azúcar.
  4. Infusiones que alivian
    El clásico té de manzanilla, menta o jengibre pueden ayudar con la digestión y aliviar las náuseas.
  5. Movete suave
    No te tires en la cama como un lirón. Una caminata corta puede ayudar a activar el metabolismo y aliviar el malestar.

¿Y si el empacho no pasa?

Si el malestar persiste por más de un día o viene acompañado de fiebre, dolor intenso o vómitos frecuentes, consultá a un médico. A veces el empacho encubre otros problemas digestivos.

El chocolate tiene propiedades buenas (antioxidantes, mejora del ánimo, energía), pero como todo en la vida, la clave está en el equilibrio.