Machina arranca con la peor canción del disco The Everlasting Gaze, pesada y repetida, de esas cosas horribles que también Corgan sabe cómo hacer y vaya a saber uno para qué. Pero enseguida vienen Raindrops+Sunshowers, Stand Inside Your Love, I Of The Mourning y The Sacred and Profane que sin duda constituyen la mejor parte del disco. Porque el track que le da a medias el nombre al disco, Heavy Metal Machine, le pone el hielo al asunto, un poquito después que Try Try Try rellenera de melaza de poco precio el buen ambiente pop generado hasta el momento. Pero después la cosa empieza a tomar color nuevamente y desde This Time hasta Age Of Innocence, el track final, se puede disfrutar de unos Smashing Pumpkins concienzudos, maduros (en el buen sentido de la palabra) y haciendo lo que mejor les sale: buenas canciones.
En lo que respecta a la presentación del CD se puede decir que como buen amante del arte que es este pelón amigo nuestro (no olvidemos que no solamente compone como los dioses sino que también dirigió excelentes video clips para Mellon Collie) eligió unas buenas pinturas de Vasily Kafanov para adornar la alucinante edición del librillo que acompaña a Machina. Pinturas que tienen un sentido pumpkinesco implícito (hay que verlas para saber de qué se trata) y cuyo sentido estético y filosófico se arrodilla en los oscuros rincones de la simbología alquímica.
Machina/The Machines of God fue producido por Billy Corgan y por Flood y grabado en Pumpkilandia bajo el sello Virgin.
Quique Peluffo