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Crítica de discos

¿Y para qué?

DISCOS | LAS PELOTAS

Intentar presentar a esta altura del partido a Las Pelotas es una irreverencia. La banda que heredó la verdadera escencia de la legendaria Sumo, es hoy un mito incuestionable tanto en la vecina orilla como, a partir de su primera presentación en Montevideo en el Teatro de Verano, en Uruguay.

Lectura: 4'

2003-06-17T00:00:00-03:00
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Montevideo COMM / Portal

En el disco anterior, La clave del éxito, totalmente en vivo, tuvimos la oportunidad de escuchar las mejores canciones editadas en discos anteriores y de conocerlos un poco más ya que no eran muy accesibles sus discos.

Una característica de Las Pelotas son sus buenas letras, la gran mayoría cargada de un humor bastante salado. Por suerte. Teniendo en cuenta la cruda frivolidad que siguió a la ola cantopopu en el Río de la Plata, es un verdadero lujo poder escuchar música con la gran carga militante de otrora pero con la ventaja de mirar las cosas desde el hoy. No es fácil conjugar protesta y poesía sin entrar en varias de las clasificaciones utilizadas comúnmente en estos casos; ejemplo, poesía de la vieja guardia de trovadores de izquierda al estilo de Dylan, Cohen, Darnauchans, buenos pero un tanto arcaicos; rocanrol marchoso como el de Pedro y Pablo y/o León Gieco con mucha protesta social pero sin el más mínimo swing; griterío panqueque sin poesía y sin nada. La gente de Las Pelotas se puede vanagloriar de no caer en ninguna de estas casillas y sin embargo crear canciones de lujo utilizando música e instrumentos de todo tipo. Es verdad que, al igual que Sumo, no inventaron nada. Pero en la mayoría de los casos, en el mundo del rocanrol, inventar algo nunca es garantía absoluta. Ni mucho menos. Las Pelotas tienen fuerza, tienen canciones que suenan muy bien, letras que te pueden hacer cagar de risa o llorar si pensás mucho, mucha versatilidad al momento de elegir referencias musicales. Pero por sobre todas las cosas son un grupo auténtico. No aparentan más de lo que son , ni lo pretenden. Basta verlos o escucharlos. Sí es una pose, todavía no lo han dejado notar.

En ¿Para qué?, que cuenta con una excelente edición de tapas y del CD en sí, es difícil escuchar malos momentos de estos músicos. Es un disco tremendamente emocional y no tan furioso y militante (siempre en el buen sentido de la palabra y con todo lo bueno que ello implica) como otros anteriores. Las canciones más difundidas en las radios montevideanas son ¿Para qué?, escrita por Sokol y la bajista Gabriela Martínez y cantada por Sokol, y Cuándo podrás amar, escrita por Daffunchio y Sussman y cantada por el primero. A los cablevidentes se les recomienda el video de ¿Para qué?, filmado enteramente en el invierno montevideano en la zona del Parque Rodó. Un fiel reflejo.

Si bien estos dos tracks son muy buenos y tal vez de los mejores de este trabajo, no son las únicas que valen la pena. Saltando, Sueño de mendigos, El chupetón, Uva, uva y Rompiendo la puerta son buenas canciones, hechas para la gente de estos lares, y pertenecen a un trabajo excelente que ha pasado casi desapercibido en el 98. Es muy posible que los consumidores de rocanrol prefieran al Artista del Mes con su música fuerte, panfletaria y más que digerida. Apenas una mención a la canción ¿Para qué? en la revista de música más vendida en el Río de la Plata. Es claro. Las Pelotas no venden muchísimo. Y si lo hacen se lo embolsan todo, no le dan vida a nadie, porque tienen su sello casi propio (Silly productions, de Timmy Mackern) con el que han grabado desde el vamos, desde la era Sumo. Por favor, argentinos, déjennos nacionalizar a Las Pelotas.

Quique Peluffo

Montevideo COMM / Portal