Personajes
Amneris Larrobla de Strasser

Creadora del Sistema de Moldes personalizados Strasser

Edad: 90 • Ocupación: fundadora del Instituto Strasser • Señas particulares: creadora del Sistema de Moldes personalizados Strasser, siempre vivió en Punta Gorda, frente al mar, le encantaba Brad Pitt hasta que envejeció

04.07.2019

Lectura: 6'

2019-07-04T02:19:00
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Por Rosana Zinola

Hace 60 años fundó el Instituto Strasser y durante el desfile aniversario en el Hotel Radisson le hicieron un homenaje. ¿Lo esperaba? No, me tomó de sorpresa, pensé que iba a un desfile. Me emocionó muchísimo. En un video pasaron toda mi vida, desde niña hasta ahora. También apareció mi esposo, que falleció hace cuatro años. Quería llorar a gritos pero no pude decir palabra.

¿Cómo festejó sus 90 años? Cumplí el 2 de mayo e hicimos un festejo íntimo en casa y luego del desfile nos reunimos con mi familia, incluso con los que vinieron desde Buenos Aires. Además de ese homenaje recibí de regalo una televisión con Netflix. Miro muchas películas y, especialmente, Downton Abbey, la mejor serie.

¿Su actor favorito? En una época, Brad Pitt. Ahora me da pena ver lo envejecido que está. Se tendría que hacer una cirugía, era uno de los actores más lindos. ¿Para qué están las cirugías? Yo, en su lugar, me la hubiera hecho. Por ejemplo, ver a Robert Redford así como está, cuando fue un hombre tan buen mozo, es una infamia.

¿Su marido era buen mozo? Sí, era muy lindo muchacho.

¿Cómo se conocieron? Nos conocimos a los 8 años. Mi padre edificó esta casa en Punta Gorda y fuimos las primeras familias en vivir todo el año. En 1939, en la rambla frente a la playa De los Ingleses, había solo dos o tres casas de veraneo. Cuando yo tenía 8 años a mitad de cuadra se mudó la familia Strasser y ahí nos conocimos. Fue amor a primera vista. ¡A los 14 años se me declaró 10 veces! Siempre le decía que no, hasta que para que no me siguiera cargoseando le dije que sí. A los 24 años nos casamos. Fue mi único novio y yo su única novia.

¿Es cierto que en aquella época se quedaban turistas extranjeros en su casa? Sí, mi casa fue el primer Airbnb. Durante el Mundialito de 1980 todos los hoteles estaban llenos. En el Hotel Oceanía se quedaba la selección de Argentina; entonces, Everli Rodríguez me pidió si podía hospedar al cantante Wilson Simonal y a su manager. Los músicos se mudaron a los moteles de la zona. Fue muy simpático y nos invitó a ver el show.

Veraneaba en La Coronilla y en Punta del Este. ¿Cuál es la mejor playa? La playa De los Ingleses, acá en Punta Gorda. Sé donde se puede bajar y dónde están los pozos, pero hace años que dejé de ir porque el sol me cansaba.

¿Con quién aprendió a pintar? Fui con Aldo Curto para aprender las técnicas del óleo. A él le llamaba la atención cómo pintaba el movimiento del mar. ¡Y cómo no voy a pintar bien el mar si he vivido todo mi vida frente a él! El movimiento del mar lo sé de memoria. Tengo varios cuadros por ahí, otros los regalé, pero nunca quise vender ninguno.

¿Cómo nació su gusto por enseñar? Lo de la enseñanza lo llevo en la sangre. Mi padre era arquitecto y profesor en la Facultad de Arquitectura, mi madre enseñaba francés y mi abuelo fue maestro e inspector de escuelas de la época de José Pedro Varela. Recibí sus enseñanzas como herencia.

Usted fue una de las precursoras de la enseñanza en la televisión. ¿Cómo surgió? Empecé en 1959 en Hogar Club con China Zorrilla, que era un encanto, hasta que dejó el programa parar irse a Estados Unidos. La primera vez que hablé en la televisión me puse colorada pero hablé sin parar. Después seguí en El taller de Norma Suárez, en Canal 4. Me sentí muy cómoda en esos programas hasta que me fui a Canal 5 para llegar a todo el país.

¿Se hacía su propia ropa? Sí, yo me hacía toda la ropa. Al principio empecé estudiando Arquitectura porque papá vio que tenía facilidad para el dibujo, pero cuando llegué a tercer año me di cuenta de que no era mi vocación. Mi vocación era la moda, el diseño. En esa época estudié todos los sistemas para hacer moldes, pero al probarlos en una modelo hacían defectos. Entonces, haciendo una toile llegué a perfeccionar un sistema que patenté en la Biblioteca Nacional. La ropa queda perfecta, impecable, sin necesidad de pruebas. Ese es el sistema que enseñamos en el instituto que ahora dirige mi hija María Inés.

¿Quién hizo su vestido de novia? Yo misma. Hice muchos vestidos de novia pero el mío era entallado al cuerpo con escote espejo, pollera con muchos volados y pliegues. Lo tengo colgado en el placard. Parte de la tela la usó mi hija Anahí para su vestido y mi otra hija, Jannisse, también diseñó su propio vestido.

¿Quién es la mujer más elegante? Una de las más elegante fue la princesa Diana de Inglaterra, lástima que tuvo un final tan trágico que no merecía, la admiraba mucho.

¿Y el mejor diseñador uruguayo? El mejor modista fue José Nicolau. Su ropa era perfecta. Me acuerdo que en sus desfiles las modelos eran las hijas de sus clientas.

Usted va a los desfiles de modas y a la MoWeek. ¿Quién le gusta ahora? Ahora no voy tan seguido. Los últimos desfiles de alta costura que vi fueron los de Susana Bernik y de Pablo Suárez, a quien admiro. Adoro sus modelos con drapeados, me hacen acordar a la vestimenta de las griegas, que es lo más elegante que hay. Sus vestidos recogidos sobre un hombro o sobre las caderas son lo más exquisito. Y Gladys T tiene ropa muy bien terminada.

¿Se cuida en las comidas? Un poco más que antes. Hace años me operaron de la vesícula y le pedí al doctor que no me dejara cicatriz porque yo iba a usar bikini.

Amneris es un nombre de origen hebreo. ¿Sabe por qué lo eligieron? Mis abuelos eran amantes de la ópera y unos días antes de que yo naciera fueron a ver Aída, de Giuseppe Verdi, y entonces me bautizaron como la princesa egipcia.