La actriz sudafricana, que pasó como una exhalación por la alfombra roja, dio una lección de estilo y sofisticación con un sencillo look en una de las alfombras más reñidas del año, y en la que la mayor parte de sus compañeras optaron por colas quilométricas, patrones corte sirena, lentejuelas, brillos y una amplia y variada gama cromática.

Ralph Simmons, uno de los más apreciados diseñadores de las actrices, firma este diseño para la casa Dior, y también el de otra de las más elegantes de la noche, Jennifer Lawrence, quién se decantó por un diseño de la casa francesa en seda blanca drapeada, con escote palabra de honor y una falda con vuelo tipo can-can.

Los complementos y joyería de la protagonista de "Silver Linings Playbook" fueron discretos -consigna que han seguido el resto de estrellas-: un delicado collar con caída hacia la espalda, pendientes en tono claro a juego con sus ojos y un mínimo bolso "clutch" fueron sus únicos complementos.

En líneas generales, el tono de la alfombra roja del Teatro Dolby de Los Ángeles fue poco arriesgado, una noche en la que las actrices han apostado por las bazas seguras del rojo, el escote palabra de honor, alguna que otra espalda abierta y vertiginosos zapatos que previsiblemente no llegarán al final de la ceremonia.

Junto a estas dos indiscutibles ganadoras, también las hubo menos acertadas, y es que se esperaba mucho más de los armarios de Anne Hathaway o Nicole Kidman.

La primera arriesgó demasiado con un Prada en rosa palo, de estilo Audrey Hepburn, con la espalda abierta y poco favorecedor; mientras que la segunda optó por un vestido de lentejuelas en tonos grises y negros.

Otras, en cambio, salieron mejor paradas, pero por su apuesta sobre seguro, Jennifer Anniston y su rojo Valentino palabra de honor fueron una de ellas, en una línea similar a las actrices Reesee Witherspoon, enfundada en un azul eléctrico, o Jennifer Garner con su Gucci violeta.

Aunque Theron y Lawrence fueron las más impactantes, se han tenido que batir en duelo con una elegante Amy Adams y su interminable vestido en tul gris tórtola, firmado por Oscar de la Renta, o Kerry Washington con un palabra de honor en coral de pedrería -en la parte superior- de Miu Miu.

Para actores y actrices esta es también una noche de trabajo, por eso muchas optaron por la comodidad, así lo aseguró Halle Berry con un Versace en tonos gris plata, que pidió a Donatella para parecer "una chica Bond".

Los brillos de lentejuelas y cristales estuvieron muy presentes, para algunos con menos acierto, como Catherine Zeta-Jones o Renée Zellweger con dorados; y para otras con más seguidores como Jessica Chastain y Naomi Watts con sendos Armani, que se ganó el favor de comentaristas y usuarios de redes sociales.

Adele brilló también gracias a los apliques de pedrería de su diseño negro similar al que lleva en cada ceremonia. Una silueta que le "sienta bien" y que consiste en una pieza de cuello cerrado, manga larga y patrón hasta el suelo. Un vestido que rondaba los 15 kilos de peso, según dijo la cantante.

Fuente. EFE