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Un paseo sobre el agua

Así es Little Island, el nuevo parque flotante sobre el Río Hudson

Inauguró un parque flotante en Nueva York, ubicado sobre el histórico muelle 54 del Río Hudson, el mismo al que en 1912 llegaron los sobrevivientes del naufragio del Titanic

29.06.2021

Lectura: 8'

2021-06-29T01:20:00
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Por Clementina Delacroix

Con una superficie de alrededor de 2,4 hectáreas, una estructura compuesta por 132 enormes tulipas de cemento sostenidas por casi 300 pilotes de concreto, y una inversión cercana a los 260 millones de dólares, Little Island es el innovador proyecto urbanístico que impactará en la vida de los residentes y visitantes de la ciudad más poblada de Estados Unidos, y la onceava más habitada del planeta. Este parque flotante se incorpora a las atracciones del Hudson River Park, un predio de seis kilómetros que se extiende sobre el río, del lado oeste de Manhattan. Con el potencial para convertirse en un destino icónico tan popular como su mayor competidor, el famoso Central Park, todas las miradas están puestas en la millonaria obra de ingeniería.

Su inauguración, a fines de mayo, coincidió con el relajamiento de las medidas anti-Covid-19 y con el paulatino despertar después de más de un año de restricciones y cierres de una de las ciudades turísticas más importantes del mundo. La Gran Manzana inicia la temporada de verano y el original parque incorpora mucho espacio verde e inéditas vistas del sur de Manhattan y Nueva Jersey para disfrutar en esta estación.

A través de dos puentes peatonales, se accede a espacios recreativos de uso libre que incluyen una plaza central con servicio de comida llamada The Play Ground, un anfiteatro de 700 asientos denominado The Amph, un escenario más pequeño con espacio para 200 personas, un espacio principal con capacidad para 3.500 espectadores y un predio cubierto de césped al que llaman The Glade.

Imaginar el parque del futuro. Detrás de este millonario proyecto se encuentra el magnate vinculado al mundo del cine y la televisión Barry Diller y su esposa, la diseñadora de moda belga-estadounidense Diane von Fürstenberg, de la Diller-von Fürstenberg Family Foundation, que trabajaron en colaboración con la dirección del Hudson River Park. En 2013, el matrimonio se dejó seducir por la idea de reactivar el muelle 54, que había sido dañado por el huracán Sandy, mediante la instalación de un espacio público totalmente innovador, que permitiera estar inmersos en la naturaleza en medio de la ciudad, y que conjugara a su vez la posibilidad de ser un lugar de esparcimiento en el que se pudiera disfrutar del arte y el entretenimiento.

Como es costumbre en este tipo de emprendimientos, para asignar el proyecto se realizó un concurso al que fueron invitados destacados arquitectos internacionales. Se presentaron el danés Bjarke Ingels, el español Santiago Calatraba y el inglés Thomas Heatherwick, los tres de gran renombre mundial. Finalmente, el encargo de construir el nuevo muelle en la ribera suroeste de Manhattan fue designado al estudio de Heatherwick, autor de The Vessel en Hudson Yards, otra obra de arquitectura que se ha transformado en un ícono para la ciudad de Nueva York.

El parque incluye una plaza central con servicio de comida, un anfiteatro de 700 asientos, un escenario más pequeño para 200 personas y uno principal con capacidad para 3.500 espectadores.

Esta obra de arquitectura e ingeniería se basa en pilotes de hormigón que se afirman unos 60 metros en el lecho rocoso del río para asegurar el soporte de la estructura. La altura de los pilares varía para crear los contornos del nuevo espacio. Una de las esquinas, por ejemplo, se levanta para permitir que la luz solar acceda al hábitat marino y otro de los bordes cae para generar la ondulación del parque, definir elevaciones y miradores.

"Espero que Little Island sea un oasis fantástico para todos los que la visiten, un lugar por el que pasear y sorprenderse felizmente a cada paso, para descansar y disfrutar del paisaje, y para ser entretenidos, educados y estimulados por nuestra programación", dijo Barry Diller en un comunicado de prensa con motivo de la inauguración del parque.

El proyecto es obra del estudio del arquitecto inglés Thomas Heatherwick y fue financiado por el millonario vinculado al mundo del cine y la televisión Barry Diller y su esposa, la diseñadora de moda belgaestadounidense Diane von Fu¨rstenberg.

Un punto histórico en la costa de Manhattan. Este nuevo parque flotante se asienta en un lugar que ha desempeñado un papel fundamental en la historia del río Hudson y las comunidades circundantes. Los terrenos del Parque del Río Hudson, donde se encuentra, fueron hogar durante la primera colonización de América de la tribu Lenape, que los utilizaba para acampar, cazar, pescar y comerciar. Los siglos XIX y XX vieron la transformación de la zona en un ajetreado puerto de entrada. En las primeras década del 1900 operó en el muelle 54 la línea británica Cunard-White Star, que servía de punto de partida y llegada para los viajes de los transatlánticos. Aún se conserva el arco de acero original del edificio de la empresa en la entrada del puente sur de Little Island. A este muelle llegaron los afortunados sobrevivientes del Titanic a bordo del transatlántico de rescate RMS Carpathia. Y tres años más tarde, en 1915, fue este muelle desde donde zarpó el RMS Lusitania, hundido por submarinos alemanes días después en plena Primera Guerra Mundial.

Eventualmente, el muelle acabó cayendo en desuso y en la década de los 70 y principios de los 80, junto con otros muelles ubicados al sur de Chelsea, se convirtió en refugio para la comunidad neoyorquina LGBTQ, un lugar donde socializar abiertamente sin miedo al acoso y la discriminación. En 1986, se convirtió en la sede del evento anual Dance on the Pier, que durante más de 25 años tuvo lugar allí como parte de las festividades del orgullo gay. En 1998 acabó formando parte del recién creado Hudson River Park y funcionando como lugar de celebración de eventos de verano y conciertos.

Pero en 2012 el huracán Sandy azotó la costa de Nueva York dañando varios de los muelles que se encuentran a lo largo de Hudson, entre ellos el 54. La catástrofe en este caso se transformó en oportunidad de volver a dar vida a un espacio de la ciudad tan arraigado en su historia. Así nació el proyecto de crear un nuevo parque para el futuro.

Inspirados en el pasado. "El muelle debía ser un espacio público y a la vez un espacio de actuación al aire libre de primera categoría. Interesados en los cientos de viejos pilotes de madera que sobresalían del río como restos estructurales de los muelles que habían existido con anterioridad, nos preguntamos si la identidad del nuevo muelle podría provenir de centrarse en ellos. La idea evolucionó hacia tomar los pilotes de hormigón que se necesitarían y continuarlos fuera del agua, extendiéndose hacia el cielo para elevar secciones de un paisaje verde", explican en el sitio web del estudio Heatherwick.

La elevación del parque no solo podría contrarrestar el viento proveniente de la gran avenida adyacente, sino que también se ajusta a la necesidad de conformar espacios teatrales y de actuación al aire libre, ya que los asientos pueden integrarse en el paisaje para ofrecer al público mejores vistas. El diseño resultante se desarrolló como un sistema de pilotes repetidos que forman cada uno una generosa jardinera en su parte superior, señalan los creadores del diseño.

La arquitecta paisajista del parque, Signe Nielsen, explicó que el paisaje se transformará en cada estación y que será posible apreciarlo tanto de día como de noche debido a la instalación de iluminación estratégica. Más de 350 especies de flores, árboles, arbustos y plantas autóctonas fueron elegidas para formar parte del proyecto por su capacidad de adaptarse a las duras condiciones climáticas de la ciudad.

"Una de las muchas maravillas de Little Island es su topografía, que crea un sinfín de sorpresas a medida que se navega por los caminos. En un momento dado, uno se ve envuelto por la vegetación, mientras que unos pasos más allá, las vistas del césped y los lechos de plantación del parque se revelan, y en otro giro del sendero se puede disfrutar de amplios paisajes sobre el río. Estos meandros en altura hacen que el parque parezca mucho más grande de lo que realmente es, con solo 2,4 hectáreas", explicó Nielsen en un comunicado de prensa.

En las primeras década del 1900 operó en el muelle 54 la línea británica Cunard-White Star, para los viajes de los transatlánticos. Aún se conserva el arco de acero original del edificio en la entrada del puente sur de Little Island.

Abierto a visitas. La entrada a Little Island es gratuita y está abierta al público todos los días desde las 6 am hasta la 1 am, los 365 días del año, salvo que las condiciones climáticas determinen lo contrario. En la actualidad, para favorecer la seguridad y el distanciamiento social se utiliza un sistema de entrada con reserva de horario.
La agenda de actividades y espectáculos en el parque es amplia. Muchos de los shows son gratuitos y no requieren inscripción ni entrada. Tanto personas vacunadas como no vacunadas pueden asistir a los eventos, pero si no están vacunados deberán llevar máscaras, a excepción de los menores de 2 años, y mantener una distancia de al menos 1,8 metros de los demás.

La agenda se llena rápido y hay que programar la visita con bastante tiempo de anticipación, pero locales y turistas de todo el mundo ya se están anotando para conocer esta flamante joya de Nueva York.