La Mochila
Canta, araña con arena

Araña de la arena: Imaginate una mamá araña con 25 crías sobre la espalda

Su veneno no es peligroso para los humanos; solamente mata a los bichos pequeñitos que le sirven de alimento.

26.01.2021 10:34

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2021-01-26T10:34:00
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Habita los arenales costeros de ríos, lagunas y del océano Atlántico, en Uruguay. Es posible que nunca la hayas visto porque camina solamente durante la noche.

Su nombre científico es Allocosa brasiliensis, aunque también la apodan "araña de la arena" o "araña blanca de los médanos".

Su cuerpo de adulta mide aproximadamente 1,5 cm; el de papá araña, unos 2 cm. Es de color blanquecino, lo que le permite mimetizarse con la arena, su ambiente.

Como otras arañas lobo, no construye telas para atrapar a sus presas sino que caza a otros invertebrados (bichos sin esqueleto interno) con la ayuda de sus ocho ojos y con una gran rapidez.

Su veneno no es peligroso para los humanos; solamente mata a los bichos pequeñitos que le sirven de alimento.

Como vive en la costa, un ambiente duro en cuanto a variaciones de temperatura, humedad y viento, necesita un refugio. Construye cuevas en las zonas protegidas de las dunas y las mantiene firmes cubriéndolas con muchas capas de seda.

Allí permanece enterrada durante los meses más fríos del año y mientras hay luz solar, pero se vuelve activa en las noches de verano. En esa época sale a buscar pareja.

A diferencia de lo que ocurre con la mayoría de las arañas, en esta especie las hembras salen a buscar a los machos. Se acercan a sus cuevas y los cortejan. El apareamiento ocurre en las cuevas masculinas y, luego, los machos les dejarán las cuevas a las hembras. En ellas depositan la bolsa de huevos y, unos 20 días después, nacen las crías. En ese momento, alrededor de 25 arañitas se montarán sobre la madre. Mamá araña saldrá de la cueva y las llevará sobre su espalda hasta que ellas mismas decidan bajarse, en general, a los diez días del nacimiento.

Las crías demoran un año en hacerse adultas y recién en el próximo verano estarán listas para reproducirse. Sin embargo, no todas llegarán a crecer. Hay enemigos, como lagartijas y algunas aves, que las capturan para alimentarse.

También deben enfrentar a las avispas cazadoras de arañas. De todos sus enemigos, el más peligroso es el ser humano porque las persigue y mata sin necesidad. El ser humano también les hace daño cuando modifica su hábitat.

Como habrás visto, las amplias dunas de la zona costera se hacen cada vez más chicas como consecuencia de las construcciones humanas. En muchas donde solían caminar estas arañas hoy es raro o imposible encontrarlas. Pero, así como el ser humano sabe modificar el entorno, puede y debe aprender a preservar y cuidar sus ambientes naturales.

Esta nota fue tomada y adaptada de la revista La Mochila. Las autoras de la nota original son Anita Aisenberg, Mariana Ríos y María Victoria Calvo.

Ilustraciones: Denisse Torena