Peñarol mantuvo la punta del Apertura en un partido que se le hizo cuesta arriba, y en el que como pocas veces sobresalió entre los 22 actores uno del equipo que pierde.

Fabián Canobbio se robó las miradas y elogios de un encuentro que terminó ganando bien Peñarol. A pesar de los golazos de Estoyanoff, las intervenciones del mexicano Iriarte y los caños que salvaron a Progreso, todos quedaron opacados por un rendimiento brillante del 16 Gaucho.

El zurdo mediocampista ofensivo se retrasó unos metros respecto de su ubicación habitual y derrochó fútbol desde el inicio. Un pase suyo dejó a Alles solo frente a Bologna, pero éste remató fuerte y al cuerpo del guardameta argentino.

Era ambicioso el planteo del equipo de Leonardo Ramos, que se movía al ritmo de Canobbio, manejaba bien la pelota y le generaba preocupación al aurinegro explotando la espalda de Novick por el medio y lanzando a Guarteche y Alex Silva por los costados. Pero del otro lado otro Fabián, Estoyanoff, empezaba a ser figura.

El Lolo desbordó por derecha y gestó la primera a los 19’, cuando Zalayeta remató desviado desde la medialuna, y metió el centro de la más clara de la primera mitad cuando Macaluso cabeceó dos veces, una en el caño y otra obligando a Iriarte a volar de palo a palo, y Olivera reventó el travesaño en el rebote.

Era un poco más el equipo de Jorge Da Silva, sin brillar pero con las armas de siempre, y encontró el gol a los 31’. Estoyanoff aprovechó la poca marca del mediocampo de Progreso, avanzó varios metros con el balón dominado, nadie le salió y remató a distancia contra un caño.

Lejos de amilanarse con el gol en contra, siguió insistiendo el equipo de La Teja, que avisó a los 3’ del complemento con un contragolpe que lideró Guarteche, siguió Silva y definió mal Canobbio. Sin embargo, el 16 tuvo su revancha ocho minutos después, cuando recibió de Lombardi en el borde del área y castigó de zurda para el 1-1.

A esa altura se mostraba débil Peñarol atrás, con dificultades en la recuperación y problemas en la línea de fondo. Con el empate dejó más espacios y fue al frente lleno de ganas e imprecisión, ya con Cristóforo y Siles en cancha por Zambrana y Grossmuller, ambos de flojo partido.

Y entre tanto pelotazo y diente apretado, llegó el aporte distinto para el 2-1. Zalayeta inició la jugada por el medio, abrió para Olivera y fue a buscar el centro al corazón del área, allí donde recibió y con nervios de acero bajó el balón y de puntín lo mandó a la red cuando faltaban 20 para el epílogo.

La justicia del 2-1 podía discutirse. Lo que no va a debate es la idea de que el 3-1 final termina siendo exagerado para lo que fue el trámite. Estoyanoff, figura en el vencedor junto a Zalayeta, ejecutó con gran precisión un tiro libre que el mexicano Iriarte hizo más espectacular con su volada vistosa pero inefectiva.

Con ese segundo golazo del Lolo se cerró un partido que mantiene a Peñarol primero en el Apertura con dos puntos de ventaja sobre Defensor Sporting y al menos hasta el domingo siete respecto a Nacional, que de a poco empieza a pensar en la Anual y a olvidarse del título en este semestre.

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