Concebido originalmente como una sola pieza de tela que se enrollaba en la cabeza, el turbante es cada vez más utilizado por las mujeres que no le escapan a un cambio de look.
El turbante es popular en Asia, Medio Oriente y África, donde también lo usan los hombres para protegerse del rigor de las temperaturas extremas. En Asia, la prenda está compuesta de una cofia, chalina o pashmina que puede llegar hasta los 5 metros y que se envuelve alrededor de la cabeza o en un sombrero.
La investigadora colombiana Emilia Eneyda Valencia explica que "en el Sikhismo (religión de la India) sus adeptos cubren sus cabellos con el turbante que nunca se cortan, como señal de respeto. Para los indios el turbante indica la posición social de quien lo luce, por ello las castas bajas sólo pueden llevar una toalla alrededor de la cabeza". En las castas altas hasta son decorados con joyas y piedras preciosas. Según Valencia, los musulmanes usan el turbante como un elemento de fe, que eleva el espíritu.
En su costado menos místico, el turbante fue usado por grandes divas de Hollywood de los años cincuenta, como Audrey Hepburn, Grace Kelly, Sofía Loren… Imprimiendo con ellos sofisticación y cierto exotismo a sus estilismos. Actualmente se llevan en innumerables formas, según el portal Mujercosmopolita.
Es un accesorio ideal para quienes buscan un toque de personalidad y color a su look. Las numerosas formas que existen para colocarse el turbante lo convierten en todo un arte. Las versiones altas y/o con algún tipo de lazo, además de hacerte crecer unos centímetros, si se ajustan bien al inicio del cabello resultan muy favorecedores y rejuvenecedores.
Puedes llevarlos a la playa o a una fiesta, resultan muy cómodos, y si están bien puestos no existe riesgo de que se caigan.