Parecen palabras imposibles de conciliar en la misma oración: amor y enfermedad. Sin embargo, para la psicóloga clínica Bárbara Ramos Dias, este es un problema cada vez más común en estos días, que afecta especialmente a adolescentes y mujeres de más de 30 años.
"En esta franja de edad ya tienden a ver las relaciones como una última oportunidad para ser felices y luego hacen todo lo posible para mantenerlas y controlarlas", explica Ramos Días, experta en crianza y adolescencia, consciente de las desastrosas consecuencias del amor patológico. "Es importante distinguir una relación sana y constructiva de las relaciones que no lo son", dice en declaraciones a DN Life.
Esto es así aunque las personas no siempre pueden identificar el amor como un problema, incluso cuando esto significa sufrimiento. "Estamos hablando de una obsesión gradual, en la que la persona deja de vivir su vida para querer vivir la otra", explica, aconsejando inmediatamente a los novios que no se aíslen al comienzo de una relación, hagan ejercicios para aumentar la autoestima y dediquen tiempo a una actividad individual que pueda promover un sentido de realización personal.
Una vez que el enfoque ha cambiado -y la pareja se convierte en el centro de todo, como si no hubiera nada más allá- la persona enamorada comienza a ser impulsiva, compulsivo, e incluso enfermiza: "Hay una urgencia de que nada falle en la relación y un miedo permanente a estar sin esa relación ", agrega la psicóloga, señalando que la patología no es exclusiva de las parejas: a veces también se manifiesta entre padres e hijos.
¿Cómo detectar estos signos de codependencia afectiva?
Según la profesional, no siempre son fáciles de identificar para los involucrados, aunque pueden llegar a ser bastante visibles para las personas cercanas a ellos. "Por esta razón, es crucial que los amigos y la familia estén alertas cuando se excede el límite saludable de la relación", recomienda, enumerando los signos que indican la caída inminente en esta espiral patológica:
Sufrir por la ausencia. Miedo a estar solo.
Puede ser una señal de que tu verdadera personalidad es menos importante para ti que la que has construido para mantener la relación. No te olvides de tu propio valor ni de la persona única que eres, independientemente de quién esté a tu lado.
Abandono de intereses y actividades realizadas previamente. Aislamiento
Es normal (y saludable) tener personas importantes en tu vida desde tiempos, amistades y actividades que cada miembro de la pareja tenía antes de relacionarse o siquiera conocerse. Alejarse de estas personas para enfocarse únicamente en el otro no es bueno para ninguno de los dos.
Dependencia y preocupación excesiva con la pareja.
¿Lo que hace tu pareja te da la idea de que está más alejadao más despreocupada con la relación? ¿Crees que ya no llama o responde tus mensajes con tanta frecuencia? No, no es una señal de que te está engañando o que ya no le gustes.
Contacto excesivo (mensajes, llamadas, etc.). Celos excesivos, obsesión y control.
Los novios o cónyuges son personas diferentes con intereses diferentes y amigos diferentes, por lo que, naturalmente, desean pasar un tiempo a solas para disfrutarlo. Los celos poco saludables, las demandas y los reclamos sin sentido deberían despertar las alarmas.
Atracción por las intrigas, discusiones y dramas.
Nadie merece ser sometido a situaciones que provoquen sufrimiento, especialmente si el otro le hizo creer que sólo así puede mantenerse viva la relación. El verdadero amor no es un requisito, es confianza. Especialmente porque controlar la vida del otro no garantiza que la relación dure.
Querer siempre cambiar al otro a imagen de patrones idealizados.
Ceder en ciertas cosas -y de forma recíproca- es importante, pero nunca al punto de convertirse en una persona diferente para ser "perfecto" a los ojos de alguien más. No debes hacerlo, ni tampoco intentar cambiar al otro para que se adapte a ti.
Baja autoestima y falta de autoaceptación. Necesidad de validación y reconocimiento.
¿Son los cumplidos del otro los únicos que te hacen sentir especial? ¿No hay nada más importante que la validación de tu compañero de vida, incluso anulando tu propia validación? Esto solo sucede porque no te consideras bueno ni suficiente, ni aceptas que mereces ser feliz.
Desarrollo de trastornos de alimentación. Obsesión con ciertos alimentos.
El hambre como una señal de que el cuerpo necesita nutrientes es diferente del hambre emocional. Dicho esto, lidiar con un problema frustrante que nos causa miedo o incertidumbre (como una relación tóxica), sin poder resolverlo de inmediato, puede hacernos encontrar en los alimentos algo más allá de su valor funcional y nutricional.
Depresión, ansiedad, patrones de sueño alterados.
Redundar en los pensamientos negativos, los celos y el miedo a terminar solos brinda a todos estos elementos negativos un poder real, lo que finalmente tiene repercusiones en el bienestar físico y psicológico de quienes los sienten. ¿Por qué apegarse a ellos si nos lastiman?
Acerca de los comentarios
Hemos reformulado nuestra manera de mostrar comentarios, agregando tecnología de forma de que cada lector pueda decidir qué comentarios se le mostrarán en base a la valoración que tengan estos por parte de la comunidad. AMPLIAREsto es para poder mejorar el intercambio entre los usuarios y que sea un lugar que respete las normas de convivencia.
A su vez, habilitamos la casilla [email protected], para que los lectores puedan reportar comentarios que consideren fuera de lugar y que rompan las normas de convivencia.
Si querés leerlo hacé clic aquí[+]