Cultura
El cine de Sean Baker

"Filmar es un balance entre arte y comercio. Desafortunadamente me inclino hacia el arte"

Red Rocket, nominada a la Palma de Oro en Cannes, se estrena este viernes 21 en el José Ignacio International Film Festival y su director, Sean Baker, conversó con Galería sobre los “proxenetas de valija” que lo inspiraron a coescribir y dirigir esta película

21.01.2022 07:00

Lectura: 11'

2022-01-21T07:00:00
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Entre el público del cine independiente el nombre de Sean Baker está instalado hace años. Sus películas Starlet y Tangerine recorrieron festivales, recogieron premios y ubicaron al director neoyorquino entre los cineastas jóvenes a los que prestar atención. En 2018 su talento llegó a un público más amplio cuando Willem Dafoe, el protagonista de su sexto largometraje, The Florida Project, logró su tercera nominación al Oscar por su interpretación. 

Ese filme participó en el José Ignacio International Film Festival (JIIFF) en 2017 (como también lo hicieron en ediciones anteriores Starlet y Tangerine) y en 2022 será su más reciente realización, Red Rocket, la que cierre la programación del mismo festival. La película, sobre un actor porno en decadencia que vuelve sin dinero y sin trabajo al pueblo de Texas, del que es oriundo (Simon Rex), fue candidata a la Palma de Oro en el último Festival de Cannes, un nuevo escalón en la carrera del director.

El cine de Baker tiene una particularidad que ya es su sello: la ficción es hiperrealista y fluye con una naturalidad que en parte le da su reparto, compuesto en su mayoría por no actores, y en parte su tratamiento estético y la crudeza sonora.

Crédito: Drew Daniels

Crédito: Drew Daniels

Sean Baker no podrá visitar el JIIFF, del que sería un invitado de lujo: “Siento tanto no poder asistir, me mata. De verdad quiero ir, así que ojalá pronto pueda asistir simplemente como un aficionado al cine”. Pero se hizo un tiempo para conversar a distancia con Galería sobre el Estados Unidos que elige mostrar en sus películas, los “proxenetas de valija” que conoció mientras trabajaba en otra película, y que encendieron la chispa de esta, y sobre sus reparos a la hora de embarcarse en un proyecto mainstream.

Sus películas muestran otro Estados Unidos que no se ve tanto en el cine. ¿Cómo se acerca a esas realidades y elige mostrarlas?

En realidad es solo sobre tomarse el tiempo de explorar, tomarse el tiempo de conectar con la gente de las comunidades en que te estás enfocando. Y hacerlo de una manera responsable y respetuosa. No estoy escribiendo desde la oscuridad de mi armario y después saliendo a filmarlo; se trata de conectar realmente con la gente en el mundo real y colaborar con ellos. 

¿Cómo definiría a un “proxeneta de valija” (suitcase pimp), como se refieren en Red Rocket al protagonista, y por qué le interesaba retratar a uno?

Proxeneta de valija es esencialmente un término slang para referirse a un talento masculino del mundo del cine para adultos, que vive de los talentos femeninos de los filmes para adultos. Es un arquetipo particular que encontré en ese mundo —que no representa a todos los hombres de ese ambiente— que no ha sido retratado nunca, ni en cine ni en televisión. Eso es lo que amo hacer: traer algo fresco a la pantalla. Fue algo hacia lo que me vi atraído y fascinado, y quería poner a la audiencia en la misma posición que estuve yo cuando interactuaba con estos hombres mientras investigaba para otro filme, Starlet, en el que me acerqué al mundo del cine adulto. En esos momentos estaba dividido: por un lado estaba entretenido, riéndome y pasando un momento divertido, escuchando sus historias; y por otro lado estaba bastante perturbado y cuestionándome por qué me entretenía lo que estaba escuchando. Todo se debe a que estos hombres tienen personalidades fascinantes, que pueden interesarte y atraerte. Eso es lo que quería explorar, esa personalidad compleja. 

Crédito: Drew Daniels

Crédito: Drew Daniels

¿Qué tan difícil fue bajar el personaje de Mikey al papel y qué tanto aportó Simon Rex de su parte para el personaje?

Me encantaría decir que fue difícil, pero en realidad fue bastante fácil, porque había observado mucho a estos hombres. Muchos de los diálogos esencialmente vienen de cosas que escuché en los últimos 10 años; había acumulado mucho de la forma de pensar de estos hombres. Lo que lo hizo aún más fácil fue Simon Rex. Es un actor increíble. Tal vez no ha tenido tantas oportunidades en roles dramáticos, pero encaró este personaje de una forma que me demostró desde el primer día que lo entendía; que entendía el personaje y sus motivaciones. Así que lo vi de alguna manera como mi ancla. Podía confiar en él porque Simon entendía al personaje lo suficiente como para no tener que darle instrucciones todo el tiempo, sus instintos eran acertados. 

La producción de Red Rocket se puso en marcha cuando por la pandemia se canceló un proyecto más grande que tenía en Vancouver. ¿Red Rocket era un plan B o un proyecto que estaba guardando para más adelante?

Era un plan B (risas). Sucedió honestamente, porque tuvimos que poner esta otra película en espera; era una película que no podía hacerse durante la pandemia. Red Rocket era algo que teníamos esperando en un cajón por un tiempo. Cuando llegó el Covid tuvimos que cancelar ese otro filme y pivotar hacia Red Rocket. Ya teníamos un principio, un medio y un final, ya sabíamos todo lo que iba a suceder, solo teníamos que hacerlo suceder.

Crédito: Drew Daniels

Crédito: Drew Daniels

Así que filmaron Red Rocket en pandemia. ¿La experiencia fue muy diferente a la de un rodaje cualquiera?

Sí (risas). No voy a endulzarlo. No fue divertido, en el sentido del cumplimiento del protocolo de Covid, tener que dirigir a alguien a través de una máscara. Seguimos las reglas establecidas por el DGA (Sindicato de Directores de Estados Unidos, por sus siglas en inglés) para el Covid: tuvimos un oficial que supervisaba el cumplimiento del protocolo, tuvimos una cierta cantidad de test y tuvimos que limitarnos a determinados espacios para mantenernos seguros. Pero lo maravilloso de Red Rocket fue que al ser un filme tan pequeño, que transcurre fundamentalmente en un par de casas y un negocio, pudimos realizarlo de una forma en la que no tuvimos que hacer tantos sacrificios. Otra cosa sobre el cumplimiento de las reglas de Covid es que cuesta mucho dinero, sin importar el tamaño de la producción en la que estés trabajando; así que ese es otro aspecto que hay que considerar. Pero en resumen nadie se enfermó, y eso es lo más importante.

Sus películas combinan la ficción con la realidad de una manera fluida y natural. Además de que suele trabajar con un mix de actores y no actores, ¿cómo lo logra? 

Todavía no sé cómo lo hago. Es solo poner un montón de elementos juntos y ver si funcionan, y parte de eso viene de una realización cinematográfica híbrida entre ficción y documental. Tomas las técnicas de la realización de documentales e intentas aplicarlas a la realización narrativa. Eso significa que filmas en las locaciones reales; significa que hay muchos principiantes, muchas caras frescas que pongo en la gran pantalla para ayudar a la audiencia a suspender su incredulidad, para que se involucren en la película más rápido. Además, hay sonidos naturales y una estructura de tres actos disfrazada, en el sentido de que las líneas entre los tres actos se rompen o son grises y borrosas; así que el guion tiene que ser menos convencional, cualquier cosa que haga a la audiencia pensar que estás capturando la realidad. Hay muchas técnicas involucradas. Y también está la aceptación de la realidad. La aceptación de la serendipia, y los accidentes felices, y lo que sea que la vida te arroje ese día. Si llueve o nieva y no lo escribiste en el guion, la mayoría de las producciones de Hollywood cancelarían ese día de rodaje, pero para mí es: “No, aceptemos este tiempo, trabajémoslo en el guion y veamos qué pasa”. Así que es eso también, estar abierto a la vida real.  

La improvisación es bienvenida entonces.

La improvisación es bienvenida delante de la cámara y detrás de cámara, sí.

AFP, Valery Hache

AFP, Valery Hache

Se le elogia su habilidad para encontrar a los actores adecuados para cada rol, incluso cuando se trata de no actores. ¿Cómo y dónde recluta a estas personas que no son actores?

Todo depende. Yo mantengo mi cabeza de casting encendida todo el tiempo, así que cuando estoy fuera, en un lugar público, estoy atento a si alguien me llama la atención, a si veo a una persona que tiene una personalidad interesante, una apariencia interesante, y pienso si querría verla en la pantalla por dos horas. Pero no es solo eso. También veo películas, todo tipo de películas. A veces alguien me llama la atención en una película mainstream y digo: “Tengo que trabajar con esta persona”. Soy un amante del cine, veo como mínimo una película al día, así que siempre estoy acercándome a mi casting como un miembro general de la audiencia. ¿A quién quiero ver? ¿Quién me intrigaría?

Tanto Red Rocket como Tangerine tienen escenas filmadas en tiendas de donuts. ¿Hay una razón para eso?

En retrospectiva hay una razón. Pude adjudicarle razones después, pero tengo que admitir que fue un accidente feliz. En el guion habíamos escrito las escenas para que transcurrieran en un food truck, cerca de una refinería, pero pasamos por esta tienda de donuts mientras hacíamos la preproducción y lo vimos como un regalo del dios de las películas. Dijimos: “Este lugar es demasiado bueno para ser cierto”. La cercanía de las refinerías, los colores, las connotaciones sexuales (se llama Donut Hole, Agujero de la Donut), y encima de todo eso, la vinculación con una de mis películas anteriores. Simplemente fue uno de esos regalos que sería estúpido si no aceptara. Esa noche, cuando descubrimos Donut Hole, volví a mi Airbnb y adapté todo el guion a esa locación. 

Red Rocket estuvo nominada a la Palma de Oro en Cannes, uno de los premios más prestigiosos del cine. ¿Es complicado, una vez que se tiene una trayectoria como la suya, mantenerse en la línea del cine independiente? ¿Daría el salto al cine mainstream?

A una parte de mí le encantaría poder trabajar con más dinero, y más herramientas, y tomar los beneficios, digámoslo así, de trabajar más en el mainstream. Pero al mismo tiempo siento que mis películas requieren una cierta cantidad, una gran cantidad en realidad, de independencia, porque los temas que en general abordo, por la forma en que quiero abordarlos, los actores que quiero usar definitivamente no serían incentivados por el sistema de los estudios, o incluso las grandes compañías que quieren un mayor retorno de su producto. Así que estoy dividido entre tratar de hacer algo que siento que es verdaderamente honesto y algo que es ligeramente más comercial. Filmar es un balance entre arte y comercio. Desafortunadamente, o afortunadamente, me inclino más hacia el arte, simplemente es mi forma de abordarlo…

Pero al mismo tiempo no quiero dar la imagen, o que la gente piense, de que me estoy quejando sobre el lugar en el que estoy. Estoy muy agradecido. Me di cuenta el otro día de que quiero hacer películas desde que tengo seis años, y poder hacer películas y que eso sea mi fuente principal de ingresos es un sueño hecho realidad. Así que si puedo seguir haciendo el arte que quiero hacer, ¿por qué no hacerlo? Pienso que de otra manera habrá cierta contaminación, al aceptar más dinero, y artistas de primera línea, y tal vez incluso historias más mainstream a las que hacer frente; si acepto eso, podría perder algo. Pero no estoy seguro. Simplemente voy viendo a medida que avanzo. 

En José Ignacio


La función de Red Rocket está prevista para este viernes 21 en la Bajada de los Pescadores. Ante la amenaza de lluvia que está afectando la programación del JIIFF se recomienda consultar la web (joseignaciofilmfestival.com) o las redes sociales del festival.