Contenido creado por Martín Otheguy
Internacionales

El espía que vino de Río

El espionaje de la CIA en Sudamérica

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció hoy que su país llevará el caso de supuesto espionaje a ciudadanos brasileños por parte de Estados Unidos al seno de las Naciones Unidas. Un mapa publicado por Globo, en base a datos aportados por Edward Snowden, muestra la vigilancia en países de América Latina, casi inexistente en caso de Uruguay.

09.07.2013 09:10

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2013-07-09T09:10:00-03:00
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"Vamos a presentar la propuesta a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, pues uno de los preceptos fundamentales es la garantía de la libertad de expresión, pero también de los derechos individuales, principalmente el de la privacidad, que también está garantizado en nuestra Constitución", declaró Rousseff a periodistas.

El diario O Globo de Río de Janeiro publicó el domingo un reportaje en el que reveló que Brasil, al igual que la mayoría de los países del mundo, había sido espiado por los programas de rastreo de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por su sigla en inglés).

El periódico brasileño publica hoy nuevos documentos que dice haber obtenido en medio del escándalo desatado por las denuncias de Snowden y asegura que "uno de los aspectos" del espionaje es que "Estados Unidos no se interesaba sólo en asuntos militares", sino también en "secretos comerciales".

En ese marco, afirma que el espionaje se dirigió, por ejemplo, a las áreas de "petróleo" en Venezuela y de "energía" en México.

También sostiene que, junto con Brasil y México, otro "blanco prioritario" fue Colombia, donde fueron vigilados "los movimientos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)".

También "fueron espiados en forma constante, aunque con menor intensidad, Venezuela, Argentina, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Paraguay, Chile, Perú y El Salvador", dice el periódico.

El reportaje usa datos filtrados por el exanalista de la CIA Edward Snowden, que está hace dos semanas en Moscú a la espera de que algún país le conceda asilo político.

"Si hubo participación de otros países y de otras empresas que no sean brasileñas seguramente hay también violación de soberanía, sin lugar a dudas, como también violación de los derechos humanos", justificó Rousseff.

La mandataria, sin embargo, pidió prudencia para investigar "sin precipitación ni prejuicio", y aseveró que la posición de Brasil "es muy clara y firme: No estamos de acuerdo, de ninguna manera, con una interferencia de este orden no sólo en Brasil sino en cualquier otro país".

La Cancillería pidió el domingo explicaciones al embajador de Estados Unidos en Brasilia, Thomas Shannon, y la legación diplomática brasileña en Washington hizo lo mismo con el Departamento de Estado.

Rousseff indicó que el Ministerio de Comunicaciones y la reguladora Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) investigarán la participación de empresas brasileñas en los supuestos actos de espionaje y anunció que el Gobierno pretende modificar la legislación sobre internet.

"Vamos a revisarla, porque uno de los asuntos que debemos observar es dónde se almacenan los datos y muchas veces los datos son almacenados fuera de Brasil, principalmente los de Google, y queremos entonces la obligación de almacenamiento de datos de brasileños en Brasil", apuntó.

Según Rousseff, una investigación sobre el asunto "es importante, para saber todo lo que hay de verídico".

"Sobretodo, Brasil tiene que dar garantías y tiene que construir una legislación que dé seguridad a los derechos humanos y a la privacidad de cada persona, de cada ciudadano, y en segundo lugar, no necesariamente en este orden, la garantía de soberanía de Brasil", consideró la jefa de Estado.

En el mapa

La publicación del diario O Globo, basada en documentos proporcionados por Edward Snowden, revela que los servicios de espionaje norteamericanos interceptaron masivamente millones de llamadas telefónicas y correos electrónicos de individuos y empresas que tenían como destino o se realizaban desde el Brasil, así como datos de consultas en internet para detectar "tendencias de navegación".

En un mapa que ilustra por colores los países más espiados, el gigante sudamericano aparece con un color amarillo detrás del propio EE.UU., que es señalado con una tonalidad más clara y donde fueron interceptadas 2.300 millones de conexiones solo en el mes de enero de este año.

Los más vigilados de la región luego de Brasil son Venezuela, Argentina y Colombia. Nuestro país aparece en una escala de vigilancia baja con coloración verde oscuro, como Bolivia o Paraguay.

El reporte informa que la red se basa en acuerdos estratégicos con más de 80 de las corporaciones globales más importantes (en los sectores de telecomunicaciones, proveedores de internet, infraestructura de red, equipos, sistemas operativos y aplicaciones, entre otros).

A raíz de que estos acuerdos no son suficientes para garantizar que la NSA tenga acceso a todo el flujo deseado, la agencia desarrolló un programa llamado Fairview que, con el apoyo de una gran empresa de telefonía norteamericana, conseguía captar datos en redes de todo el mundo.

El diario inglés The Guardian ya había señalado a inicios del mes pasado con las primeras filtraciones que la NSA accedía por el PRISM a las comunicaciones realizadas a través de las empresas Facebook, Google y Microsoft con el pleno consentimiento de estas firmas, aunque compañías como Yahoo! había declarado que rechazaron solicitudes o retacearon los datos entregados.

Además, en una entrevista con el medio alemán Der Spiegel, Snowden señaló que las potencias occidentales que ahora se indignan y piden explicaciones, como Alemania, Francia o Gran Bretaña, sabían e incluso participaban en estos programas de espionaje.

(Con datos de EFE)