Contenido creado por Inés Nogueiras
Entrevistas

Detrás del escenario

Entrevista con Ana Rosa

Ana Rosa, artista con destacada trayectoria en teatro y televisión, habló con Montevideo Portal sobre su experiencia en las tablas y la actualidad del rubro; además de reflexionar sobre la televisión uruguaya actual.

Lectura: 9'

2008-11-10T17:06:00-03:00
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Montevideo Portal

Con más de cuarenta obras en su haber, actualmente despliega su talento teatral en la comedia musical "Cabaret", desafío que convive con su diaria labor en el Sodre, donde trabaja como programadora de Babel FM 97.1 y realiza la locución de la emisora.

¿Cómo te estás sintiendo con Cabaret?

Me está yendo más que bien, porque en realidad nunca había hecho comedia musical, es un género que no había experimentado. Es fascinante, porque es muy exigente, y además hay que cantar con la orquesta en vivo.

¿Es la primera vez que cantás en un espectáculo?

Con orquesta en vivo sí, he cantado en obras, canté en "La Dorotea" de Lope de Vega, pero que sea actuación con canciones es la primera vez. Exigió mucho ensayo, mucha dedicación, demandó mucho tiempo y fue muy bueno.

Debe ser algo bueno tener desafíos, después de haber hecho más de 40 obras, seguir teniendo cosas nuevas para explorar...

Claro. Además, yo alterné muchos autores, pero generalmente con pocas comedias y casi ninguna comedia musical. Me manejé con otro tipo de autores, más de contenido, teatro sicológico. Algunas comedias hice con Jorge Denevi, que fueron maravillosas porque eran comedias inglesas estupendas, de muy buen nivel, pero esto para mí es nuevo.

Después de haber hecho tanto teatro, ¿cómo visualizás tus inicios? ¿Era fácil, era difícil? ¿Cómo era el ambiente?

Siempre fue difícil. El teatro en el Uruguay siempre lo fue. Yo empecé muy jovencita, tenía 13 años cuando empecé a hacer teatro profesionalmente, hice una obra de Graham Greene y fue difícil. Después entré a la Escuela de Arte Dramático, hice toda la carrera y egresé, pero de todos modos, la dificultad es conectarse con los circuitos o con los grupos que más hacen, que son más activos.

¿Cómo surgió esa primera experiencia, la primera oportunidad?

Yo había hecho unas cosas chiquitas con Huber Salcedo en Canal 5. A Salcedo le interesó y me convocó para hacer "Ana de los Milagros", que es la historia de Helen Keller, obra muy difícil porque era un personaje que era ciega, sorda y muda. Es una obra bárbara pero muy difícil de hacer. La hicimos en televisión y tuvo mucho éxito, la repetimos y luego la llevamos al teatro con El Galpón. Y de ahí me propuso hacer "El Diario de Ana Frank"...

Y ahí ya estabas en la cancha...

Exactamente, y después me metí en la Escuela de Arte Dramático y seguí la carrera profesionalmente.

¿Cómo ves al teatro hoy?

Hubo una cosa positiva que fue la etapa cuando se creó el teatro independiente. Yo no lo viví pero agarré parte de eso en la década del 50-60, que era fabuloso porque era gente de la talla de Dadh Sfeir, de Berto Fontana, gente de trayectoria muy importante que trabajaban todo el día en otra cosa y después se dedicaban a eso. Fue la gente que formó el Club de Teatro, el Circular. Los hermanos Reyno, Hugo Massa, gente joven que dedicaban todo el tiempo libre a eso. Eso fue lo que formó el teatro independiente uruguayo, más allá de la Comedia Nacional, que siempre estuvo.

Y hoy en día creo que las nuevas generaciones han logrado hacerse un espacio mucho más rápido que la mía, por ejemplo. Nosotros salíamos de la Escuela y quedábamos a la espera de que nos llamara algún director o que nos fueran probando y ahora no. Es muy saludable que la gente más joven logre hacer su espacio. hacen compañías propias o se largan a hacer obras en cualquier lugar alternativo.

¿Y el público cómo responde?

El público acompañó en aquella época cuando yo recién estaba iniciándome, era impresionante la cantidad de gente que iba al teatro. Hubo un quiebre en los espectadores y un quiebre generacional, y ahora te diría que apoya hasta cierto punto, depende de las obras. Los actores siempre nos preguntamos ¡qué es lo que da resultado? Nunca sabemos...


 
 Ana Rosa en "El visitante" y "La duda"

No es algo que se pueda medir como el rating en la TV...

Para nada. Te pongo un ejemplo concreto: nosotros ensayamos "El visitante", una obra densa, fuerte, de contenido casi filosófico, un encuentro entre Freud y supuestamente Dios, que dirigió Bernardo Galli, con Eduardo Schinca y Taco Larreta. Nos decían: "No va a venir nadie, ni los perros, esto es pesadísimo", pero estuvimos un año entero con teatro lleno, y tuvimos que reponer dos años después porque la gente lo pedía, fue inexplicable. O hacés una comedia, que te jugás a que va a salir bárbaro, y de repente pasan dos meses y nada. Nunca se sabe.

Decís que no se puede medir cómo la gente va a reaccionar frente a una obra u otra, entonces te pregunto, ¿cómo medís, como artista, el éxito o el fracaso del trabajo? ¿cómo lo sentís en las tablas?

En primer lugar está la capacidad de los actores que somos independientes de poder elegir, decir "yo me juego a este texto porque me interesa, vaya o no vaya gente". Porque tenés que pensar en eso, decir: hipoteco tres meses de mi vida ensayando, me meto a hacer una obra que me lleva mucha energía, mucho tiempo, y a los dos meses tengo que bajar. Puede pasar, de hecho ha pasado.

Pero el éxito pasa por vos. No te voy a negar que importa lo que la gente diga, si el público acompaña ya es un éxito. Las críticas, yo las tomo con pinzas, porque son muy personales y puntuales, es una persona, aunque en general hay una opinión que te guía si es correcto o no lo que estás haciendo. Pero creo que pasa por uno mismo; después de tantos años vos tenés un sentimiento común con tus compañeros de que estás encaminado en algo interesante, a pesar de que el público pueda no ir.

¿En qué obras te sentiste así, que estabas haciendo algo realmente bueno?

Hice "Agnes de Dios", con Nidia Téllez y Violeta Amoretti, que la dirigió Mario Morgan. Realmente fue un espectáculo impresionante, pero el público no acompañó. Fue la primera nominación al Florencio que tuve, pero aparte de eso, que también es relativo lo de los premios, fue una obra muy bien hecha. Otra obra que fue una joyita fue "Noches Blancas" de Dostoievski, y la gente tampoco acompañó, no sé si les pareció un poco lejano, hubo una distancia con el público. Con "La duda", que hice este año, si bien tuvo éxito no fue el esperado. Los temas pueden influir, quizás, la temática religiosa en general es difícil, como en "Agnes de Dios" y "La duda". El público no termina de aceptar o apoyar esas iniciativas.

¿Qué temática es la que más te gusta?

Mi tendencia, que por supuesto tengo que alternarla con otras cosas, es el teatro sicológico, o donde el texto va más a lo profundo, a lo filosófico. Por ejemplo, hicimos "Las reinas", que fue la última dirección de Eduardo Schinca, un espectáculo impresionante, excelente, con seis actrices de primera línea, Beatriz Massons, Nelly Antúnez, Judith Palacios, Roxana Blanco y Elsa Mastrángelo, y realmente el espectáculo era de una densidad, de una profundidad, que a mí me gustó mucho.

 
Ana Rosa en "Galileo Galilei" y "Las Reinas"

De tu pasaje por la televisión, ¿qué recordás con más afecto?

Hacer televisión me gustó mucho, es un medio muy distinto al teatro, son propuestas distintas y son técnicas diferentes que tenés que usar. A mí me gustó mucho hacer el ciclo de "Los tres", que hicimos durante el 85 y 86 en Canal 10, que eran Roberto Jones, Alberto Arteaga y Alberto Mena, que eran tres personajes masculinos centrales con sus historias, y la cuarta persona era yo, que era la esposa de Jones. Fue una experiencia increíble porque era una tira semanal, que acá no había, sobre temática uruguaya.

¿Te gustaría volver?

Sí, me gustaría.

¿Cómo ves el panorama actual?

Sinceramente pobre, pobre. Creo que hay un prejuicio de parte de las personas que eligen, de los dueños de los canales o los gerentes de programación, como que apuestan muy poco o no quieren invertir en espacios uruguayos, y si se invierte es en espacios muy menores, muy facilistas, de entretenimiento muy pobre... Tendríamos que tener por lo menos un 75, 80% de programación uruguaya.

¿Te parece que es algo que deba impulsarse a nivel del gobierno?

Sí, sin dudas. Es la identidad uruguaya. De alguna manera estamos recibiendo permanentemente todo lo argentino, incluso series de otros países, que algunas son excelentes, pero siempre de afuera. Lo nuestro fue muy magro, muy poco. La iniciativa que tuvo Canal 4 que sacó dos o tres teleteatros, que no fueron del todo buenos, no tuvieron éxito.

Ahora se está impulsando un proyecto muy interesante, que está guionado por María Urruzola, con cinco o seis actrices que plantean distintas historias de mujeres uruguayas, problemas uruguayos. Me lo comentaron amigas que están trabajando en eso, Margarita Musto, Laura Sánchez.

La gente necesita ver reflejada su realidad y no tanto el entretenimiento permanente que estamos recibiendo como bombardeo desde la Argentina, con programas de bajísimo nivel, porque ya no es bajo, bajísimo. Te pueden entretener o no, todos los miramos en algún momento, porque estás haciendo zapping o porque está Eunice Castro o por lo que sea. No digo solamente Tinelli, hay muchos otros programas que son horribles, los programas de la tarde...

¿Y cómo se explica su éxito?

Porque hay una ausencia, hay vacíos, y eso lo llena. Y el público adhiere a eso porque se entretiene, porque mira la vida de otros, es como una telenovela. Me refiero concretamente a los programas de chimentos, de gente que no sabés ni quiénes son. Preferiría que todo eso, aún siendo malo, fuera uruguayo.

¿Te gustaría trabajar a nivel del gobierno o en alguna organización para gestionar cultura?

Sí, a esta altura de mi vida sí, sin dudas. Me encanta actuar pero creo que cuando llegás a cierta etapa de tu vida tenés un bagaje, tenés una experiencia que te puede ayudar o puede colaborar con instituciones para poder gestionar cultura.

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