Contenido creado por Jorge Luis Costigliolo
Cultura

Dos platos

ENTREVISTA A QUINO

Joaquín Lavado, mundialmente conocido como Quino, acaba de lanzar un libro titulado "La aventura de comer". Sobre ese tema, la globalización, el humor, y por supuesto, Mafalda, habló en una interesante entrevista.

21.01.2008

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2008-01-21T13:49:00-03:00
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Montevideo Portal

En una entrevista con la revista Noticias, Quino habló de su nuevo libro, "La aventura de comer", en el que satiriza el arte culinario, y destaca que el comer es una aventura; "ahora las aventuras son voluntarias o involuntarias, algunas resultan un placer y otras un peligro”, resalta, e ilustra con una viñeta: "Existe un dibujo en este libro que viene muy bien para lo que quiero decir, hay una manifestación de gente con carteles que dicen: “Tenemos hambre”, y la policía está desplegada como para una posible represión. Uno de los policías, en lugar de tener uno de esos bastones largos, cuenta con un salamín y se lo está comiendo, es decir, que también tiene hambre".

Como a lo largo de toda su carrera, Quino cuestiona y bromea sobre las relaciones de poder y la política. Quino recuerda que su abuela era comunista, y las discusiones políticas en su casa eran de todos los días. Influyó, además, que su adolescencia y el descubrimiento del cine fueron fermentales: en los informativos de la época se familiarizó con los rostros de Hitler, Mussolini, Churchill, la ocupación y los bombardeos.

Con respecto al cine, Quino dice que, a la hora de crear una historieta, actúa como un director de cine: ubica la cámara, o el punto de vista, piensa la escenografía y las características de los personajes. Recién a partir de allí, la obra cobra sentido.

En ese sentido, recuerda que el director Frank Cappra "decía que cuando él dirigía, no mandaba a la masa de extras con el megáfono, sino que tomaba extra por extra y le explicaba qué hacer. Por ejemplo, Cappra le decía a una señora: “Bueno, pase en segundo plano, pero resulta que su marido está enfermo y usted se encuentra preocupada y va a la farmacia para conseguir un medicamento”, y a otro extra le contaba otra historia. Y eso me impresionó mucho y he tratado de cumplirlo en mis dibujos".

El dibujante dice que, en su carrera, tuvo que dejar de dibujar sobre ciertos temas, aunque no fue por censura o por autocensura, sino por cuestiones más profundas. Recuerda que "antes, parte del humor clásico eran los presos, a partir de que en la Argentina comenzaron a haber presos, desaparecidos y torturados, yo no me animé a tocar el tema. También, cada vez que uno se mete con temas como la religión o la droga recibe cartas de gente muy ofendida".

Además, afirma que por estos días, el humor no es una tarea sencilla: siempre hay quien se sienta ofendido, sobre todo con el tema de la religión, y aún más después del 11 de setiembre. Aunque no sólo allí se encuentra con problemas: "cuando viajé a Cuba les pregunté a los colegas cubanos cómo no había caricaturas de Fidel en ningún lado. Me dijeron que nadie sabía por qué, pero estaba en el ambiente que no se podían hacer. El día que Fidel llevó a cabo una recepción para el Festival de Cine –al que yo había sido invitado–, cuando lo vi se lo pregunté, y golpeándome con el dedo en el pecho, me dijo: “Tú hazme todas las caricaturas que quieras, pero no me hagas contrarrevolución porque sino tendré que ponerte preso”. Yo me pregunto: ¿qué es contrarrevolución? Creo que por eso nadie se anima", concluye.

En el aspecto político, se siente preocupado por los gobiernos de Hugo Chávez y Evo Morales, así como por el de Cristina Fernández, en Argentina, pero siente confianza en las administraciones de Lula y Michelle Bachelet. Quino asegura que el mundo que pintaba Mafalda tres décadas atrás sigue incambiado. Y agrega, sobre Mafalda, que, pese a que sólo la dibujó durante diez años, acepta que siga vigente.

Sobre Mafalda, aclara que se siente "como esos cantautores que tienen un tema que se difunde mucho y que seguro no es el que más les gusta. Que a Serrat le sigan pidiendo un tema de hace treinta años supongo que, por un lado, lo halaga, pero por otro no le debe gustar mucho".
La noticia de que Mafalda fue publicada en China recorrió el mundo el año pasado; sin embargo, Quino cuenta que "los chinos nunca pagaron derechos, los países comunistas no pagan derechos de autor. Ni siquiera se puede controlar cómo la han traducido. Quitaron todas las tiras en las que Mafalda habla de la China porque dijeron que yo no conocía lo suficiente al país como para estar opinando." Quino agrega que "hay por ahí en Internet un texto que dice: “La vida según Quino” que yo no escribí y que me parece una porquería. Yo no escribo nada si no es acompañado por un dibujo".

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