Australianos construyen auto con ladrillitos Lego

El coche amarillo brillante y llamado "Mini proyecto súper sorprendente', fue construido con 500 mil piezas de Lego. Incluso el motor, que es accionado por aire, fue construido con piezas Lego estándar, como las que cualquier persona puede encontrar en las cajas del juego. Dicho motor cuenta con 256 pistones.

El automóvil puede alcanzar una velocidad de hasta 30 kilómetros por hora, explican los creadores del vehículo. Ellos son el empresario y experto en marketing Steve Samnmartino, y el "genio" Raúl Oaida, un inventor autodidacta de origen rumano que -como lo demuestran los hechos- se da mucha maña en tareas difíciles.

En declaraciones a la prensa local, Samnmartino admite que en el momento de poner en marcha el automóvil estaba un poco asustado con lo que podría ocurrir, así que fueron aumentando la velocidad muy lentamente, hasta llegar a los 30 kilómetros antes mencionados.

Para el emprendedor, el novedoso vehículo es un experimento interesante en el campo de las tecnologías amigables con el medio ambiente. Y lo que es más importante: una tecnología limpia desarrollada por gente común.

"Lo que realmente importa en el mundo actual no es tanto la nueva tecnología, sino la gente que tiene acceso a la misma. Se trata de personas que utilizan su imaginación para poner juntas cosas que nadie había pensado unir. Ese es el verdadero poder", afirma el empresario.

Diseñar y construir el coche costó algo más de 18.000 dólares, sufragados por 40 inversores del país continente. "Creo que uno finalmente decide involucrarse en algo así porque se da cuenta de que se trata de juna idea increíble de la que pueden surgir muchas cosas buenas", asegura Trevor Young, uno de los mecenas del proyecto.

El original automóvil no es la primera locura brillante que Sammartino y Oaida realizan con piezas de Lego.

En 2011, el dúo desarrolló nada menos que un mini vehículo espacial, que voló a una altura de 35.000 metros, hasta aterrizar en medio de la nieve en las afueras de un pueblecito alemán. Oaida recuperó el artefacto gracias a un dispositivo GPS.

Durante el primer intento, el vehículo espacial estalló, ya que las piezas Lego no lograron soportar los vientos de las capas altas de la atmósfera. En un segundo y exitosos intento, el inventor unió las piezas con un potente pegamento.