Contenido creado por Inés Nogueiras
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Ser y no ser

Stephen King: "siento vergüenza de ser estadounidense"

El escritor Stephen King habló sobre su estilo austero de vida y su búsqueda de un bajo perfil. También opinó sobre la venta de armas en su país y dijo sentir vergüenza de ser estadounidense. "Amo a mi país, pero está lleno de basura", dijo.

15.12.2013 15:23

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2013-12-15T15:23:00-03:00
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Stephen King concedió una extensa entrevista que publica este domingo El País de Madrid, en la que abordó numerosos temas de su vida y su profesión. 

El escritor de best sellers reconoció que no suele viajar a Europa y dijo que es porque pasa vergüenza. "No hablo otra lengua salvo el inglés, y no me gusta ir dándomelas de celebridad. Prefiero un perfil bajo. Yo vivo en Maine, en un pueblo pequeño donde soy uno más. Cuando vengo a París soy la novedad, nadie me ha visto antes; allí llevan viéndome toda la vida y les da igual; soy el vecino", comentó.

"Quiero ser tratado como una persona normal. Los escritores tenemos que mirar a la sociedad, y no al revés. Si mis editores me dicen que venga a París, es porque quieren vender libros. En las ferias de América trabajan chicas como gancho: se ponen en las puertas de los locales de striptease y mueven un poco el culo para atraer a los clientes. Aquí yo soy el que mueve el culo. En casa estoy en mi sitio, en la silla justa, escribiendo. Es ahí donde debo estar", agregó.

Stephen King dijo que valora los millones de libros vendidos en tanto aportaron a su posibilidad de mantener a su familia, y dijo sentirse feliz por "saber que mi trabajo conecta con la gente".
"Crecí para contar historias y entretener. En ese sentido creo que he sido un éxito. Pero el día a día es mi mujer diciendo: 'Steve, baja la basura y pon el lavaplatos'", agregó.

"Nunca aprendí a ser rico, no dan clases para eso, y no crecí con dinero. (...) En esos casos, si de repente amasas una fortuna, puedes volverte vulgar y comprarte un enorme Cadillac, trajes de tres piezas a medida y zapatos caros. Pero yo crecí en una comunidad yanqui donde la ostentación no estaba bien vista. Luego me casé con una mujer muy pegada a la tierra que se habría reído mucho si yo hubiera vuelto a casa con un abrigo de pelo de camello", comentó.

"Solo tengo un coche eléctrico. Vivimos modestamente y damos dinero a las librerías de los pueblos pequeños, a Unicef, a la Cruz Roja. Seguimos el lema de J. P. Morgan: el hombre que muere millonario muere fracasado. El dinero sirve para pagar las cuentas, hacer tu trabajo, ayudar a mi familia y a mi suegro", dijo.

En otro orden habló sobre su militancia en contra de la venta libre de armas. En este sentido, y en el marco del reciente aniversario del tiroteo en Newtown, King dijo avergonzarse de su país.

"El problema no son las escopetas de caza. El 70% de EE UU es rural, y no tengo problema en que la gente cace ciervos y se los coma. Tener revólveres en casa tampoco me parece mal, yo mismo tengo uno, descargado y lejos del alcance de los niños. El gran problema, lo que me pone fuera de mí, son las armas semiautomáticas. Pegan 40, 60 u 80 tiros seguidos, como la que se empleó en la matanza de Connecticut. Es vergonzoso que se vendan, pero el lobby de la Asociación Nacional del Rifle trabaja para los fabricantes de armas y se basa en la fantasía de que EEUU es como hace 50 o 60 años. Dicen que las muertes de niños son el precio a pagar por la seguridad. La cultura pistolera forma parte de la cultura americana, pero odio eso, me repugna. Luego dicen que por qué nunca vengo a Francia o Alemania: porque son civilizados, y yo siento vergüenza de ser estadounidense. Amo a mi país, pero está lleno de basura".

En el terreno político dijo que Obama molesta al Tea Party por su color de piel y auguró un futuro aún más enojoso para los republicanos. "Espero que en 2014 los americanos decidan dar esos 30 escaños a 30 demócratas. Todo irá mejor. En todo caso, si están molestos con Obama, peor estarán en unos años: el próximo presidente llevará falda", aventuró.

King también habló de la literatura y dijo que no le importa haber sido encasillado como escritor de historias de terror.

"La gente, y sobre todo los críticos y los editores, adoran las etiquetas, les gusta meter en jaulas a los autores, ponerles en una carpeta. (...) No me parece mal. Cuando salió Carrie, tenía dos novelas más escritas, y le pregunté al editor en Nueva York cuál prefería, una de un secuestro más literaria, Blaze, u otra de terror, Salem's lot. Y él me dijo: 'La segunda será un best seller, pero si sacamos la de terror, te encasillarán'. Y yo le dije: 'Me importa un carajo si paga la cuenta del supermercado. Mi mujer me llama cariño; mis hijos, papá; mis nietos, abuelito, y yo me llamo Steve. Me da igual cómo me llamen los demás'".

Por último, dijo que el libro electrónico es "fantástico" para los escritores. "Si antes un editor decía no, era no. Ahora puedes editar tu libro y venderlo. Para los que llevamos tiempo en esto, es un mercado más. Antes había tapa dura, tapa blanda y audio. Ahora hay también libros digitales, que son maravillosos. Todo eso es formidable para los suministradores del material, que somos nosotros: siempre van a seguir necesitando historias. Es un problema para los editores, que siempre han sido los cancerberos de la calidad, pero muchos descubren en la red nuevos talentos. Y para los lectores es ambivalente: sin librerías, el 90% de lo que inunda en Amazon es basura. Como 50 sombras de Grey", concluyó.