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La lluvia cayó -casi con tristeza al principio, casi con furia al final- las dos horas del show que Lou Reed dio en el Teatro de Verano en el año 2000. Sin embargo, para aquellos que se hicieron presentes aquel 11 de noviembre, la noche lluviosa dejó de ser un incordio al final del concierto y terminó dándole un tono épico a la velada.
Junto a Mike Rathke, Fernando Saunders y Tony "Thunder" Smith, colaboradores habituales de sus discos en los años ‘90 (especialmente el bajista Saunders) Reed fue capaz de pasar aquella noche de sonidos poderosos a melodías intimistas, de ruidos ensordecedores a acordes sosegados, todo con una sutileza pasmosa.
Fiel a su hermetismo clásico, el neoyorquino no pronunció una sola palabra al subir al escenario y acometió de lleno Paranoia Key of E (Paranoia en clave de Mi), primer track de su disco "Ecstasy", presentado casi íntegramente en un recital que tuvo concesiones recién al final. Lou Reed, que a medida que avanzaba el concierto fue abandonando su expresión impávida y se mostró cada vez más a gusto con el público (incluso hizo la proeza de interactuar exitosamente con la audiencia), matizó "Ecstasy" con algunos cortes de su discografía más reciente. Hubo tiempo para "Set The Twilight Reeling" (del disco homónimo), "Turn to Me" (del disco New Sensations del ‘84), "Small Town", compuesta junto al ex Velvet John Cale para el disco de homenaje a Andy Warhol "Songs For Drella· y una fabulosa versión del clásico ·Romeo Had Juliette·, del elepé New York (1989).
Al final, el cielo redobló la lluvia y Lou Reed consideró que era momento de dejarse llevar por el revisionismo. Comenzó la trilogía de bises con el clásico de la Velvet "Sweet Jane", la continuó con "Walk on the Wild Side", la canción más popular de su carrera solista, y remató la noche con la exquisita -e irónica- melancolía de Perfect Day.
A quienes hayan vivido aquel momento, los invitamos a dejar sus comentarios y recuerdos al final de esta nota.
La muerte de Lou Reed
La revista Rolling Stone fue la primera en informar acerca del fallecimiento del líder de la Velvet Underground y pionero del rock, Lou Reed, a los 71 años. Había recibido un trasplante de hígado el pasado mes de mayo, aunque las circunstancias de su muerte todavía se desconocían.
Minutos después, otras publicaciones como Variety o ABC informaban la desafortunada noticia y expresiones como "Lou Reed" "Rolling Stone" o "#RIPLouReed" se convertían en trending topics de todo el mundo en Twitter.
La noticia fue confirmada más tarde por su agente al diario británico The Guardian. "Murió este domingo a las once de la mañana en Long Island por complicaciones de su trasplante de hígado", dijo además a la AFP su agente literario Andrew Wylie, contactado por teléfono.
Lou Reed fue uno de los músicos más influyentes de la historia del rock, perteneciente a un reducidísimo grupo en el que sólo pueden incluirse artistas como los Beatles y Bob Dylan.
Con The Velvet Underground amplió el abanico de influencias musicales y temáticas del rock, retratando el lado más sórdido de la sociedad neoyorquina como contraparte lúcida a la implosión del flower power. Adelantado a su tiempo, abrió el camino a la experimentación en el rock, marcó las bases de la escena "independiente" que nacería veinte años después y sembró con su guitarra cruda una semilla esencial para el punk. Tuvo un enorme talento para crear climas y demostró que de la manod e la sordidez podía venir también la belleza y los momentos luminosos.
Su legado se renovó con los años y perduró intacto a través de la formación de bandas fundamentales de cada década. Su influencia fue constante a través de los cambios camaleónicos por los que pasó a través de los '70, '80 y '90 como solista. Desde el glam más refinado de "Transformer" o "Sally can`t dance" a la experimentación más extrema de "Metal Machine Music", pasando por el hermoso y oscuro pop orquestal de "Berlín" o su consolidación definitiva como trovador urbano con la trilogía de "New York", "Magic and Loss" y "Set the Twilight Reeling" (su último gran disco), donde su voz grave y susurrante dejó definitivamente patentado su estilo vocal único.
Semblanza biográfica (por Mariano Andrade de AFP)
Lou Reed, neoyorquino de alma, leyenda del rock y poeta urbano fallecido el domingo a los 71 años, pintó como pocos el lado salvaje y triste de las grandes ciudades, rescatando a sus héroes anónimos y marginados.
Más de una generación cantó e hizo propios himnos como "Walk on the Wild Side", una invitación a vivir la vida en todos sus excesos y en la que celebra a travestis y homosexuales en momentos en que esas comunidades eran estigmatizadas en Estados Unidos.
Lewis Allen "Lou" Reed nació el 2 de marzo de 1942 en un hospital de Brooklyn (sureste de Nueva York), aunque se crió en Freeport, Long Island, donde aprendió desde muy chico a tocar el piano y la guitarra.
Su adolescencia estuvo marcada por un tratamiento de electrochoques para "curar" su bisexualidad, un traumatismo que dejaría huellas por el resto de su vida y de la que hablaría en algunas entrevistas.
En la segunda mitad de la década de 1960 formó junto con John Cale la banda The Velvet Underground, poco conocida en un principio y decididamente anticomercial, que se convertiría con el correr de los años en una de las más influyentes de la historia del rock.
Grabado en 1966 y lanzado al año siguiente bajo la producción del artista visual Andy Warhol, el primer álbum de The Velvet Underground, en el que canta la modelo Nico, es considerado hoy en día una de las obras maestras del rock.
El disco incluye canciones como "I'm Waiting for the Man" (un joven que espera por su dealer de droga), "Sunday Morning" (que evoca la desolación de la mañana tras los excesos de la noche) y por supuesto "Heroin", himno a esa droga dura cuya adicción aniquilaría a muchos de su generación.
Tras la separación de la banda a inicios de los 70, Lou Reed comenzó una carrera solista y dio a conocer en 1972 su disco quizás más célebre, "Transformer", producido por David Bowie y en el que sobresale "Walk On the Wild Side".
"Satellite of Love" y "Perfect day" son otras dos grandes composiciones de ese álbum, reinterpretadas por muchas bandas y la última de ellas utilizada en la película de culto Trainspotting (1996), del director escocés Danny Boyle.
A "Transformer" le siguieron otras obras muy reconocidas como "Berlín" (1973) y "Coney Island Baby" (1976), que reafirman su carácter de poeta urbano y fino observador de la crudeza, tristeza y al mismo tiempo el romanticismo de la vida en las grandes ciudades.
A partir de los 80 Lou Reed se aleja de los excesos y en 1990 publica junto con Cale el delicioso "Songs for Drella", un homenaje a Warhol, fallecido en 1987.
Su agitada vida sentimental encuentra estabilidad al lado de la artista Laurie Anderson, que será su compañera durante estos últimos años y con quien se casó en 2008.
Entre sus trabajos recientes, Lou Reed se dedicó a proyectos eclécticos, como una colaboración con la banda Metallica y un libro de poesías inspirado en "The Raven" del escritor estadounidense Edgar Allan Poe.
A fines del año pasado había publicado otro libro, "Rimes Rhymes", con 300 fotografías de su autoría y textos Bernard Comment.
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