Aerosmith hizo vibrar el Centenario

Se acercaba la noche del miércoles y todo estaba listo para un gran show, la tribuna Olímpica se iba llenando y la temperatura era perfecta. La banda Snake fue la encargada de ir calentando los motores y aflojando los músculos de una audiencia muy variada, que iba desde niños a personas que vieron nacer a la banda. Después de unos temas la misión estaba cumplida, con el público ansioso por la llegada de Steven Tyler y compañía.

Una vez que se ocultó el sol la audiencia parecía no poder esperar más, con 25.000 personas listas para empezar a mover sus cabezas al ritmo del rock. De repente la multitud se puso de pie y empezó a aplaudir:había llegado el primer rockstar de la noche, Pepe Mujica.

Minutos después los originarios de Boston llegaron al estadio y la ovación fue aun mayor. Empezó el espectáculo y Tyler, sin mostrar signos de su edad, comenzó a correr de un lado al otro del escenario en pantalones de cuero blancos y envuelto en una bata plateada.

El público parecía hipnotizado por la magnética presencia de Tyler, y cada tanto explotaba con grandes hits como Love in an elevator, Pink, Dude (Looks Like a Lady) y Jaded. Fueron dos horas de rock ininterrumpidas en las que Aerosmith fue intercalando canciones de sus discos más rockeros con las baladas más acarameladas del disco Get a grip y la infaltable I don't wanna miss a thing.

Después de haberle dedicado Livin on the edge a Mujica -canción que habla de la situación actual del mundo-, habiendo hecho bailar al estadio con Walk this way y con un cover de Come together que haría orgulloso a los Beatles, el show parecía llegar a su fin. La banda se había retirado del escenario cuando de repente un piano blanco entró en escena y en un momento íntimo Tyler cantó Dream on. Finalmente, la banda se despidió de Uruguay con Sweet emotion y la clásica e infalible lluvia de papelitos, probándole a todos, al igual que lo hizo Paul McCartney, que el talento no tiene nada que ver con la edad.

Alejandra Pintos/Montevideo Portal