Quino habló de su salud, de su profesión y de Mafalda

Con motivo de la presentación de su libro '¿Quién anda ahí?'', Quino ofreció una entrevista al diario El País de Madrid, en la que habló de varios temas. 

Sobre su formación, el dibujante argentino de 80 años contó que "heredé el nombre y el oficio de mi tío Joaquín. Ver que de su lápiz salían montañas, árboles, personas... me maravillaba. Todos los chicos dibujan, pero yo seguí. Estudié un poco en Bellas Artes y dos años después cometí el error de creer que a los 15 ya lo sabía todo y abandoné. De eso me arrepiento cada vez que puedo".

También confesó que hay temas sobre los que nunca dibujó "por falta de documentación o de cultura". "Me he preocupado siempre por documentarme", agregó Quino, señalando que "antes existía el preconcepto de que los dibujantes de humor podían dibujar sin investigar".

"Pero cuando yo empecé a publicar en 1954, un lector mandó una carta quejándose de los errores que yo había cometido en un dibujo, uniendo un peinado del siglo XV con un vestido del siglo XVII. Eso tuvo en mí un impacto muy fuerte. ¡Es como hacer a Mozart hablando por teléfono!", relató.

En relación a los temas sobre los que sí ha dibujado, y sigue haciéndolo, el artista expresó que "vuelvo recurrentemente a algunos temas que me preocupan. La injusticia, la desigualdad social, la vejez... Y temas políticos no coyunturales como la corrupción o el ansia de poder, cosas eternas que ya estaban en la Biblia".

"Yo no dibujo ya, por problemas de vista, aunque estoy intentando hacerlo de nuevo. Mi médico me ha dicho que no quedaré ciego sino hasta dentro de 10 años, pero para entonces probablemente no voy a estar por aquí. Considerando lo jóvenes que murieron mis padres, ¡ya soy un milagro de la biología!", apuntó.

Sobre este mismo punto, su avanzada edad, Quino afirmó en otro pasaje de la nota con el diario español que "cuando Borges cumplió 80 le preguntaron qué sentía y contestó 'es una temeridad'. A mí me parece lo mismo. Han muerto muchos amigos. A uno le va pasando que tiene más médicos que concertistas de piano en la agenda".

Un tema obligado, Mafalda, la creación más famosa del dibujante que cumplió medio siglo de vida.
Mafalda "se quedó en el corazón de la gente, probablemente porque habla de temas eternos: las relaciones entre padres e hijos, entre amigos. La suya es una familia como la que muchos chicos tienen. Aunque la clase media ha cambiado mucho. Si la dibujara hoy, probablemente, Mafalda sería hija de una familia ensamblada", opinó.

Quino dijo a El País que el tema familiar "es una problemática que me atrae: hijos de dos papás o dos mamás, ver cómo se crían. La idea me recuerda un poco esa tira en la que otro personaje de la historieta, Miguelito, ve un cartel que dice: 'La familia es la base de la sociedad' y pregunta: '¿La familia de quién? La mía no tiene la culpa de nada'".

"En cualquier caso, las preferencias del público son misteriosas. Yo jamás la dibujé para chicos y sin embargo fueron los lectores más agradecidos", reflexionó.