Contenido creado por Martín Otheguy
Cultura

The beat goes on

Primavera 0

El primer capítulo del ciclo Primavera 0 se cerró ayer en el Teatro de Verano con Liam Gallagher envuelto en una bandera de Uruguay y agradeciendo a un público que respondió bien ante las canciones de Beady Eye. Más temprano, Astroboy calentó los motores pero tuvo que retirarse en el momento que comenzaba a conectar con el público. Galería de imágenes

03.11.2011 11:35

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2011-11-03T11:35:00-03:00
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Montevideo Portal

Se cumplió ayer la primera etapa de Primavera 0 en el Teatro de Verano, el ciclo de rock que seguirá ahora el 8 y 9 de noviembre con las presencias de Sonic Youth, Faith No More, Banda de Turistas, La Hermana Menor y Santullo.

Ayer, el turno fue para los locales Astroboy y luego Beady Eye, la banda de Liam Gallagher y los ex Oasis (a excepción de su hermano Noel). El Teatro de Verano estuvo prácticamente colmado, a excepción de la parte superior de la platea alta, aunque el público local -poco acostumbrado a la puntualidad- llenó el lugar en pleno recital de Astroboy.

En su regreso a los escenarios luego de tres años y medio, Astroboy despachó los temas más emblemáticos de sus tres discos de estudio en forma eficaz, aunque le costó conectarse con la audiencia hasta el final del show. Promediando el final de su set de 45 minutos, cuando cayó la noche y el público comenzó a corear en forma masiva "Mi reserva", "Fácil" y sobre todo "El gran escape", los integrantes de la banda comenzaron a intercambiar las primeras sonrisas y se fueron con un aplauso cerrado y con ganas de más. "Nos vamos cuando empieza a ponerse bueno", concluyó el cantante Martín Rivero.

Beady Eye salió a escena más tarde, ante la ovación generalizada de un público que -a decir verdad- se mostró receptivo y muy conectado con los temas del disco "Differente Gear, Still Speeding". Nadie reclamó las canciones de Oasis, y de hecho había más banderas dedicadas al nuevo grupo de Liam Gallagher que a la mítica banda que formó junto a su hermano Noel.

Beady Eye repasó su único álbum con un show irreprochable, contundente y sin fisuras, en el que hizo justicia a la influencia omnipresente de la tradición beatlera de los Gallagher y no pudo evitar que asomara la sombra de Oasis oculta detrás de la voz nasal y arenosa de Liam.

Al cantante se lo vio de buen humor, chapurreando en su incomprensible inglés agradecimientos al público (que devolvió la gentileza con un entusiasmo muy alto en decibeles cada vez que se asomó al borde del escenario) y hasta bromeando con los "colados" que vieron el show desde detrás del alambrado al fondo de las gradas del Teatro.

El grupo combinó los riffs potentes, la maquinaria trepidante del baterista Chris Sharrock y las melodías de la fábrica Gallagher con ritmos beat más algunas baladas sosegadas de corte folk y un dejo psicodélico en el aire. Además de repasar sus influencias más evidentes (el tema "Beatles and Stones" es bastante ilustrativo), con un ataque guitarrero digno de los Who, Beady Eye demostró una saludable vida post Oasis por la que muchos no hubieran apostado.

Gallagher estuvo tan correcto y amable que incluso el cliché de verlo envuelto en una bandera de Uruguay no resultó tan demagógico. Al final, el público reaccionó ante "The beat goes on" como si fuera un clásico de Oasis, a tal punto que entre las primeras filas asomó una bandera con una leyenda que acompañó las palabras del estribillo, hasta volverlas más un canto generacional sincero que un impulso egomaníaco: "Someday all the world will sing my song".

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