Periodista español pide a Mujica que interceda por niña albina

El periodista y activista español Julio Alonso ha sido durante varias décadas eso que se conoce como "corresponsal de guerra". El ejercicio de esa profesión lo llevó en varias ocasiones a Congo, donde el contacto con militares uruguayos de las misiones de paz se transformó pronto en activa colaboración recíproca.

Según suele contar el propio Alonso, la constatación de que los efectivos de nuestro país demostraban un interés por la población civil local que no existía en otros contingentes, hizo que los viera como eventuales aliados en labores humanitarias, cooperación que se dio en más de una situación.

Alonso ha visitado nuestro país en varias ocasiones, instalando a menudo su "base de operaciones" en el Batallón Capitán Manuel Artigas de Infantería Mecanizada Nº 6, establecimiento sito en el Departamento de San José y actualmente a cargo del Teniente Coronel Marcelo Bilbao, a quien Alonso conociera en África.

En ese mismo establecimiento militar, el reportero recibió la "Medalla 18 de Mayo de 1811", por su labor altruista y desinteresada, así como su apoyo al personal subalterno y a las familias de los militares uruguayos.

Durante una de esas visitas, el periodista ibérico supo del caso de las pequeñas Sara y Abril, hijas del Cabo de Primera Williams Ferreira, quien revista en el mencionado batallón maragato.

Las pequeñas sufren albinismo no sólo en la piel y cabello, sino también en sus ojos. Esta condición pone en riesgo su capacidad de visión y hace que necesiten anteojos especiales que deben cambiarse anualmente.

Actualmente, por demoras burocráticas de esas que los uruguayos conocemos bien, los lentes de Sara llevan seis meses retenidos en Aduanas.
Ante esta situación, que perjudica la calidad de vida de la pequeña, Alonso decidió publicar una solicitud en Change.org, donde narra la situación y pide al propio presidente Mujica que interceda para llegar a una solución rápida.

El pedido dice así:

"Estimado D. José Mújica, Pte. De la República Oriental del Uruguay:

Sara y Abril Ferreira son dos niñas uruguayas que al albinismo de su piel y cabello, unen albinismo ocular, que les obliga, para simplemente abrir las ventanas de casa o asistir a la escuela, usar lentes especiales que deben ser regraduadas cada año y tienen un valor de 2000 euros por unidad, no se fabrican en Uruguay ni en países cercanos.
El pasado 11 de Junio oftalmólogos españoles enviaron por correo a Sara nuevas lentes (hay que cambiarlas cada año a cada niña).

El 14 de Junio avisaron a los Ferreira que llegaron las lentes y Sara "normalizaría su vida otro año". Al ir a retirarlas, la Aduana exigió en impuestos el 60% de valor del producto. Al explicar que era una donación le solicitaron aportar la justificación, se hizo y le indicaron que esperaran la resolución del expediente.

En estos seis meses (50% de tiempo útil de las lentes), Sara mermó sus facultades y esta privada del desarrollo fundamental para afrontar el futuro que la espera. Como uruguaya, niña y ser humano tiene derecho a vivir mejor, más cuando la solución está en una simple firma de un funcionario público.
Podría contarle más: los gastos en operaciones, algunas de las cuales no se pueden financiar en la red pública, o que los padres son trabajadores con sueldo humilde, pero si usted comprueba esta historia no necesitará argumentos.

Por eso le escribo a usted Don José, usted sabe lo importante que es la solidaridad que ambos pueblos hemos recibido y dado al otro a lo largo de la historia, en exilios y necesidades. Escribo urgente, Don José, pues cada día que pasa, Sara pierde oportunidades, juega menos, y si no hacemos nada, le quitamos el regalo de la vista a una niña que tal vez la pierda en el futuro.

Le ruego se interese por este caso y logre que las lentes lleguen a los ojos de Sara hoy cerrados en una aduana y disculpe el ruido, pero a veces para llamar al de enfrente hay que chascar dos piedras".

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