Contenido creado por Martín Otheguy
Locales

La alegría es sólo brasilera

El coronel Mato en Brasil

El coronel retirado Pedro Antonio Mato, citado por la Justicia en el marco de la indagatoria por la muerte de Luis Batalla en 1972, continúa prófugo en Brasil, país desde el que no parece tener apuro ninguno en volver, a juzgar por sus fotos publicadas en Facebook.

03.01.2014 13:14

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Montevideo Portal

Pedro Mato Narbondo debía declarar ante la Justicia en el marco de la investigación por la muerte del militante democristiano Luis Batalla, ocurrida bajo torturas en 1972. Además, también es solicitado judicialmente desde Italia por el juez Alessandro Arturi, que busca juzgarlo -al igual que a otros 16 uruguayos- por la muerte y desaparición de 23 italianos durante la represión desatada bajo el Plan Cóndor.

La próxima sesión de este juicio quedó fijada para el 28 de enero de 2014 y se esperaba que los represores uruguayos pudieran testificar vía videoconferencia.

El coronel, sin embargo, habría fugado a Brasil para evitar comparecer ante la Justicia, según una investigación del periodista Roger Rodríguez para @gesor, la agencia de noticias de Soriano.

El militar (que tiene ciudadanía brasileña) vivía en la ciudad de Rivera, pero un tiempo atrás comenzó a mudarse al otro lado del límite fronterizo en la ciudad de Santana do Livramento, donde la policía uruguaya no tiene jurisdicción. Su huida es ahora definitiva, asegura el periodista, tras haberla planificado durante años.

La noticia de su actual residencia en Brasil fue confirmada a Canal 12 por su abogado días atrás.

Federico Álvarez Petraglia, patrocinante de la defensa, señaló que si Mato no regresa la Justicia deberá actuar librando un pedido de extradición, según declaraciones recogidas por La República. Además, pidió la colaboración de la población local para ubicar su paradero.

Vínculo con Michelini y Gutiérrez Ruiz

El coronel vivía en Rivera desde 1984, tras haber pasado a retiro. Está casado con Juliana De Sarro, activista del Foro Libertad y Concordia (surgido en 2011 para defender a los militares presos por violaciones a los derechos humanos), más conocida por su participación judicial en la investigación de las muertes de Zelmr Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz.

De Sarro descalificó en 1986 el testimonio de la enfermera Haydeé Trías, a quien el coronel Mato le habría confesado el asesinato de Zelmar Michelini y Gutiérrez Ruiz en 1976.

Según cuenta Rodríguez, la versión de Trías era la siguiente: el coronel Mato tuvo un ataque de depresión y Juliana de Sarro, quien era supuestamente su amiga, le pidió que le proporcionara algún tranquilizante. Cuando Trías fue a asistir al militar (que se encontraba en una casa perteneciente al coronel Manuel Cordero en la calle Garibaldi) Mato se confesó y le mostró una placa que le habían dado en reconocimiento a su acción en el asesinato de Michelini.

Cuando fue llamada a declarar en la Comisión Investigadora sobre las muertes de Michelini y Gutiérrez Ruiz (lo que se supo luego de una filtración al diario El País), De Sarro desmintió a la enfermera y la acusó de desequilibrada. Finalmente, las actuaciones de la Comisión se clausuraron.

Rodríguez asegura que la enfermera Haydeé había conocido a Juliana cuando ésta tenía 12 años y estaba internada en el Consejo del Niño, lugar desde donde la ayudó a salir.

El caso Luis Batalla

A Mato, sin embargo, la Justicia lo busca por su participación en la muerte de Luis Batalla. Este activista murió por torturas en el Batallón de Infantería Nº 10 de Treinta y Tres, el 25 de mayo de 1972, durante el gobierno (constitucional) de Juan María Bordaberry. A Batalla, que estaba casado y tenía dos hijos, lo detuvieron el 21: cuatro días después devolvieron el cuerpo sin vida a la familia.

Los militares se negaron a dar explicaciones de la muerte, que se debió (según una autopsia) por "rotura de hígado". El ministro de Defensa, el general Enrique Magnani, fue convocado al Parlamento por este hecho y renunció el 19 de julio.

El caso confirmó además que en Uruguay las fuerzas conjuntas estaban utilizando sistemáticamente la tortura, aunque el golpe de Estado que sobrevino en 1973 impidió continuar las indagaciones. El caso, archivado bajo la Ley de Caducidad, fue reabierto en el 2013.

En la unidad militar a la que fue conducido Batalla se encontraba Pedro Mato, de 31 años pr entonces, titulado en contrainsurgencia en la Escuela de las Américas (SOA) en 1970 y con grado de capitán en el Servicio de Información y Defensa (SID) desde 1971. Citado por la jueza Blanca Riero Fernández (sustituta de Gabriela Merialdo) a mediados de diciembre, el militar no se presentó y fugó a Brasil, concluye Roger Rodríguez.

El periodista incluye una serie de imágenes (tomadas del perfil de Facebook de Juliana de Sarro) que muestran a Mato y su mujer disfrutando las playas brasileñas.

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