La piedra extraña de Piriápolis

El Instituto Técnico Forense comunicó este viernes los primeros resultados del análisis de las ropas del pescador que sufrió varias quemaduras al explotar una piedra que había recogido en la playa, concluyendo que no se trata de un elemento radioactivo.

La noticia fue recibida con tranquilidad por Juan Carlos Bezón, que ahora espera los resultados finales para saber si puede conocerse cuál es el origen o la composición de la piedra que el miércoles 12 de junio se desintegró en su bolsillo.

Bezón estaba pescando con unos amigos en la playa de Punta Negra, cuando salió a caminar y encontró una piedra verde fluorescente que brillaba en el suelo la levantó, la guardó en el bolsillo y a los pocos pasos la piedra explotó.

“Ahora tengo la noticia de que no es radioactivo, hoy me lo comunicó la marina, pero van a seguir estudiando a ver qué clase de producto es. Creo que es un producto inteligente por la forma en la que reaccionó”, afirmó.

Bezón señaló que por el modo que en reaccionó la piedra hay dos posibilidades o que haya reaccionado al calor o a la falta de aire.

”Era como tipo vidrio, como una piedrita con unos puntitos negros, pero se ve que muy potente, se veía reluciente en la oscuridad, como que encendía. Cuando la agarré con la mano, parecía una cosa simple, la agarré por la curiosidad de andar juntando piedritas. Me llamó la atención el formato y la luminosidad de la piedra. Era una piedra extraña y les dije a mis compañeros, ´mirá una piedrita para la suerte´. Y me dijeron ´mirá qué lindo´, incluso uno tuvo la intención de sacarle una foto, pero después no sé, yo salí caminando rumbo al vehículo que teníamos. La traje en la mano como una cuadra, una cuadra y pico y estaba frío. Fue ponerlo en el bolsillo y empezar a sentir el calor en la pierna y cuando puse la mano en el bolsillo se desintegró. Era un pedacito chiquitísimo y se prendió como un relámpago que me quemó las manos y las piernas, las manos me las dejó a la miseria”, contó el pescador.

Al ser consultado sobre qué creía que podía ser, el hombre respondió: “Puede ser alguna partícula de algo que cayó en el espacio o de un satélite que se haya destruido, algo de algún barco que haya traído un producto sumamente peligroso. ¿Imagínese que un niño se lo lleva a la boca? Le arranca la cabeza, hay que tener mucho cuidado. Es algo raro, acá hace poco cayó un meteorito cerca de Lascano, pero dicen que los meteoritos no reaccionan de esa manera. Para mí esto no es terrestre, o es algo que están inventando a ver si da resultado. Para reaccionar así, tiene que ser algo muy inteligente. Como que explotó y se desintegró, cada lucecita, que eran como unas estrellitas brillantes verde fluorescente, donde caían quemaban, tengo diez o doce quemaduras de esas chiquitas en la mano derecha y la ropa quedó achicharrada. Tenía una potencia bárbara. Estábamos de pesca y como íbamos a quedarnos mucho rato tenía mucha ropa, eso fue lo que me salvó”.

El hallazgo