Contenido creado por Jorge Luis Costigliolo
Internacionales

De derechos e izquierdas

Desmienten vínculos de Bergoglio con la dictadura

Organizaciones de Derechos Humanos acusan a Bergoglio de haber colaborado con los militares, y de no interceder ante la detención de dos jesuitas que fueron torturados en la ESMA. Sin embargo, Adolfo Pérez Esquive, premio Nobel de la Paz, aseguró que "hubo obispos que fueron cómplices pero Bergoglio no".

14.03.2013 00:52

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2013-03-14T00:52:00-03:00
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Montevideo Portal

El flamante papa Francisco I, Jorge Bergoglio, ha sido cuestionado varias veces por organismos de Derechos Humanos de la vecina orilla. El periodista argentino Horacio Verbistsky realizó varias investigaciones y publicó decenas de artículos en los que revela una connivencia entre buena parte de las jerarquías eclesiásticas y los militares durante la dictadura que se prolongó entre 1976 y 1983.

En su libro "El silencio", Verbitsky, hoy periodista de Página/12, señala a Bergoglio como cercano a los militares, y revela que fue determinante en la detención de Orlando Yorio y Francisco Jalics, dos sacerdotes jesuitas, que permanecieron en calidad de desaparecidos durante 5 meses en la ESMA, donde fueron torturados. Ambos curas, de trabajo social en la zona de Bajo Flores, aparecieron pasado ese período desnudos y drogados en un descampado.

Verbistky recordó, en una nota publicada en Página/12 en 2010, que en el libro "Iglesia y dictadura", firmado por Emilio Mignone, director del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), se habla de la "siniestra complicidad" de la Iglesia con los militares, que se encargaron de cumplir la tarea sucia de limpiar el patio interior de la Iglesia, con la aquiescencia de los prelados".

El autor sostiene que, en 1976, el presidente de la Conferencia Episcopal, Adolfo Servando Tortolo, resolvió en una conferencia con los miembros de la Junta Militar que, antes de detener a un sacerdote, las Fuerzas Armadas darían aviso al obispo responsable, y que "en algunas ocasiones" esos obispos dieron "luz verde" a las detenciones. "El 23 de mayo de 1976 la Infantería de Marina detuvo en el barrio del Bajo Flores al presbítero Orlando Yorio y lo mantuvo durante cinco meses en calidad de desaparecido. Una semana antes de la detención, el arzobispo [Juan Carlos] Aramburu le había retirado las licencias ministeriales, sin motivo ni explicación. Por distintas expresiones escuchadas por Yorio en su cautividad, resulta claro que la Armada interpretó tal decisión y, posiblemente, algunas manifestaciones críticas de su provincial jesuita, Jorge Bergoglio, como una autorización para proceder contra él. Sin duda, los militares habían advertido a ambos acerca de su supuesta peligrosidad".

Otras campanas

Sin embargo, figuras vinculadas con la izquierda y la defensa de los derechos humanos han negado la relación de Bergoglio con la dictadura.

En declaraciones a BBC Mundo, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, compatriota del Sumo Pontífice, defendió la conducta del Papa durante los años de gobierno militar en Argentina, diciendo que "no tenía vínculo con la dictadura".

En su libro autobiográfico "El Jesuita", publicado en 2010, Bergoglio rechazó las acusaciones, afirmando: "Hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba, para abogar por personas secuestradas".

Y agregó que no había respondido a la imputación hasta ese momento "para no hacerle el juego a nadie, no porque tuviese algo que ocultar".

Según la BBC, en 2010, el ahora papa Francisco testificó desde su oficina en el juicio por el secuestro de los dos sacerdotes. En su declaración, Bergoglio aseguró que se reunió con el general Videla y con el que era su número dos, el almirante Emilio Massera, para reclamar por la vida de los curas.

Bergoglio también fue llamado a declarar como testigo en la causa de Elena de la Cuadra, hija de una de las cofundadoras de las Abuelas de Plaza de Mayo que desapareció cuando estaba embarazada. De acuerdo a la crónica, la familia de De la Cuadra se comunicó con Bergoglio por carta en varias ocasiones para pedirle que intercediera por la vida de la joven.

Pero pese a su rol de testigo en estos casos, la justicia argentina jamás presentó una acusación en contra de Bergoglio, indica la BBC.

"Hubo obispos que fueron cómplices pero Bergoglio no", señaló Pérez Esquivel en entrevista con BBC Mundo.

"A Bergoglio se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los jesuitas, pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes, y no se les concedía. Les decían que sí y luego no se la daban", aseguró.


"Si la Conferencia Episcopal se hubiera unido y hubiesen tenido una sola voz, hubieran tenido una gran fuerza para salvar vidas, pero eso no pasó en Argentina".

"Hubo muchos sacerdotes y religiosas que fueron perseguidos, encarcelados y torturados. La persecución se daba en todos los sectores sociales. No sólo de religiosos sino también de laicos que participaban en las comunidades de base, en las parroquias, que también fueron secuestrados y desaparecidos, hasta el día de hoy", agregó.

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