Contenido creado por Martín Otheguy
Locales

La muerte tiene su precio

Los enfermeros, ¿asesinos en serie?

¿Puede considerarse a los dos enfermeros del Maciel y la Española como asesinos en serie? Para psicólogos y criminólogos hay poca duda al respecto. Su caso podría inscribirse entre los más importantes de la historia y tiene como antecedente directo al médico británico Harold Shipman, responsable de matar mediante inyección de morfina a 215 pacientes, aunque fue sólo procesado por 15 homicidios.

20.03.2012 10:35

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2012-03-20T10:35:00-03:00
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Montevideo Portal

La Justicia y la sociedad debaten en estos días las motivaciones detrás de la conducta de los dos enfermeros procesados por al menos 16 homicidios en nuestro país, tras inyectar aire y morfina deliberadamente a sus pacientes.

Sus abogados aseguran que actuaron por piedad, ante el estado crítico de sus pacientes, pero los datos recabados demuestran que en la mayoría de los casos no procedieron con enfermos terminales e incluso lo hicieron con personas a las que se les había dado el alta.

Para la Justicia, tras las pericias policiales y psicológicas, su caso no tiene vinculación con la defensa de la eutanasia. Su caso no puede equipararse de ninguna forma -pese a que así se hizo en principio- al de Jack Kevorkian (el "Doctor Muerte"), el médico humanista que dedicó toda su vida a la lucha por legalizar el suicidio asistido de pacientes críticos que voluntariamente querían morir. Más allá de las discrepancias en torno a su persona e ideas, Kevorkian actuó siempre con consentimiento de los pacientes y sus familiares, y jamás trató de ocultar lo que hacía.

Según el psicólogo Robert Parrado y la criminóloga argentina Laura Quiñones no hay dudas que los enfermeros procesados son asesinos seriales. Parrado explicó a Montevideo Portal que a su juicio son los mayores asesinos en serie de la historia del Uruguay. Para Quiñones, según explicó a la BBC, su perfil psicológico se corresponde.

"Son asesinos en serie. Una persona que mata a más de tres personas es un asesino en serie", apuntó la profesional a la cadena británica. Además, su modus operandi concuerda con el perfil psicológico de los asesinos en serie: la misma modalidad para dar muerte, la frecuencia sostenida de los asesinatos y la compulsión de los homicidas.

Para Laura Quiñones "se puede presumir que lo que empezó con una motivación de eutanasia, de matar para ayudar con el dolor de la víctima, se fue desvirtuando y se convirtió en un placer por matar. Usan ahora la excusa de la eutanasia para justificar lo que hicieron".

"Estas personas cumplen con el perfil es de psicopatía, cuyos principales rasgos de personalidad está marcado por la insensibilidad, la manipulación, la superficialidad y el egocentrismo. Creyeron ser omnipotentes y eso rebasó la motivación original", agrega, lo que concuerda con las declaraciones de uno de los procesados, quien dijo "sentirse Dios".

Para la criminóloga,"no es que pierde el sentido de la realidad". "Lo que les falló no fue la inteligencia, si no lo afectivo. El sujeto encontró una satisfacción emocional matando y eso queda establecido al haberlo hecho por tanto tiempo".

"Se debe determinar si la cantidad de víctimas que dicen que hay es cierto, porque el asesino en serie disfruta de esta atención y busca aumentar los números", aseveró la criminóloga. Recordemos que ambos fueron procesados por 16 muertes pero reconocieron muchas más, a tal punto que la cantidad de homicidios podría elevarse a 200.

"El método además sugiere mucha prolijidad, racionalidad y organización de parte de los enfermeros", acota la criminóloga.

Antecedentes

J.A.A y M.P no son los mayores asesinos seriales de la historia Baste recordar al indio Thug Behram, que actuó por motivos religiosos en el Siglo XIX y pudo haber dado muerte a cerca de 1000 personas con la misma modalidad de asfixia.

Sin embargo, si se confirma la cantidad de muertes con la que se especula, su caso se inscribiría dentro de los más importantes de la historia reciente en el mundo.

Su antecedente directo es el de Harold Shipman, considerado el mayor asesino en serie del Siglo XX. Shipman fue un médico británico acusado de matar a 215 de sus pacientes, aunque sólo se lo condenó por 15 de ellos.

Shipman también mataba a sus pacientes administrándoles morfina en vía central, y no lo hacía por razones humanitarias.

Su muerte, al suicidarse en la cárcel en el 2004, dejó sin saber exactamente a cuántas personas había asesinado. Un informe del gobierno británico señaló en 2002 a un mínimo de 215 víctimas (171 mujeres y 44 hombres, de entre 41 y 93 años) con la probabilidad de que esta cifra se elevara a 260.

Shipman nunca reconoció sus crímenes, aunque la pericia psicológica determinó que era
"adicto a matar". Las autoridades no se percataron de sus actos hasta que en 1998 falsificó el testamento de Kathleen Grundy, una paciente a la que había asesinado.

En octubre de 2005, se realizó una audiencia entre los que trabajaron en el hospital general de Tameside en 1994, y que no detectaron que Shipman administraba dosis brutales de morfina a sus pacientes.

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