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Sobran las palabras

Gilberto Vázquez: justifica tortura

El coronel (r) Gilberto Vázquez, quien cumple una condena de 25 años en la cárcel de Domingo Arena, definió a la tortura como un mecanismo "útil". Aseguró que durante la dictadura uruguaya no se mataba, aunque "con algunos se nos fue la mano". La Operación Zanahoria y el caso de Macarena Gelman.

31.01.2011 09:11

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2011-01-31T09:11:00-03:00
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Montevideo Portal

Para el coronel (r) Gilberto Vázquez, la tortura "era útil. Cambió la cosa porque la realidad era que al principio no se podía prender a nadie". Agrega que "cuando los empezamos a cascar y los tipos entraron a hablar, ellos nos enseñaron cómo funcionaba el MLN y dónde estaba cada uno. En un año se vinieron abajo. Pasamos de estar achicados a achicarlos a ellos. Andaban a los saltos. Agarrábamos a uno y el tipo ya llegaba al cuartel pensando: ´Acá me van a hacer pelota´. Entonces muchos llegaban y decían: vamos a hablar bien" y no precisaba mucha tortura".

El texto pertenece a una entrevista realizada por la periodista María José Frías, que publica hoy el diario Últimas Noticias.

"Se hacía lo que hiciera falta para tener la información porque del otro lado estaba la vida de nuestros soldados y la paz de la República. Se vivía en un estado de inquietud permanente", explicó Vázquez.

Consultados sobre los métodos de tortura, explicó que "antes de aplicar la tortura entera, nos dábamos unos choques eléctricos. Nos metíamos picana para ver lo que era y no es tanta cosa. Lo que pasa es que era entre nosotros. Uno sabe que no lo van a matar pero cuando es el enemigo, la cosa cambia radicalmente. Uno no va a traicionar las ideas y los compañeros por un dolorcito, pero cuando la cosa viene de que lo van a matar, cambia".

El militar desmintió que se hayan realizado violaciones y explica que no se "permitía ni reírse. Era algo doloroso, triste y lamentable. A uno torturar le pesa en la conciencia toda la vida pero no había más remedio. Terminaron en el psicólogo los torturados y los torturadores porque es llegar al último nivel de violencia. La guerra es brutal".

Los casos de desaparecidos

Según Gilberto Vázquez, los casos de desaparecidos en Uruguay "fueron casos mínimos. No se mataba a nadie. En Chile los mataban, en Argentina el sistema era hacer desaparecer. Acá está (José) Mujica presidente, el Ñato (Eleuterio Fernández Huidobro) senador, (Eduardo) Bonomi de ministro. Acá fueron veinte. Con algunos se nos fue la mano y otros eran tipos enfermos, que de repente llegaban y sin tocarlos, les daba un infarto".

Cuando la periodista lo consulta sobre el caso de Macarena Gelman, el militar responde que "eso fue una cosa rara. Cuando nosotros teníamos a un argentino, se lo dábamos a ellos porque les podía servir como fuente de información y nos traíamos a los uruguayos pero traerse a una argentina para acá, no tiene la menor lógica".

"¿Y por qué lo hicieron?", repregunta la periodista.

"Cosas que pasan en la guerra. Son daños colaterales, como cuando tiramos para matar en un lado y uno se tara o le erra y encaja un bombazo en una escuela. Son cosas que salen del objetivo militar. Nunca pude entender para qué la trajeron".

Enterramientos clandestinos

Gilberto Vázquez asegura no estar arrepentido de lo que pasó. "No, al contrario. Yo estoy orgulloso de haber podido participar en la salvación del país. ¿Se imagina lo que hubiera sido un Uruguay comunista en medio de la guerra fría? ¿Vio lo que pasó en Vietnam? Acá hubiera sido espantoso. Era una cuestión práctica".

Últimas Noticias repregunta: "Y de haber torturado y desaparecido gente, ¿tampoco se arrepiente?"

"No había más remedio. Lo otro era permitir que me siguieran matando los soldados y por omisión, hubiera sido cómplice. Ni muerto. Yo tengo en mi celda las fotos de los camaradas muertos y viene gente joven del Ejército y no saben quiénes son. En cambio, por los que murieron del otro lado han hecho calles y plazas y son héroes nacionales. Yo no iba a dejar que los siguieran matando aunque me tuviera que embarrar las manos hasta la manija. Me dolía en el alma y me sigue doliendo pero no había otra. Lamentablemente la vida tiene una parte de guerra, violencia y brutalidad. Cuando a uno le toca, tiene que elegir el mal menor. O los reventaba a palos o dejaba que siguieran matando a mis camaradas. Hicimos las cosas lo mejor que pudimos. Algunas cosas lamentables, las tuvimos que hacer. Fue como cuando un cirujano tiene que amputar una pierna porque con la gangrena, la persona se muere. No corta la pierna porque le guste. Había que hacerlo. Nosotros salvamos al país y estamos orgullosos".

En la década de 1990

Según Vázquez, "el contacto de los ex represores con las principales figuras del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) se mantuvo hasta que terminaron presos". Agregó que en el año 1993, ambas partes evitaron un nuevo enfrentamiento al investigar en conjunto el asesinato de Ronald Escarzella, un ex tupamaro asesinado en Rocha el 23 de abril de ese año.

"Cuando pasó eso me llamó el Ñato (Eleuterio Fernández Huidobro) y me dijo: 'La información que tenemos es que es del lado de ustedes'. Yo le contesté que si era del lado nuestro, le rompía los dientes y le pedí que no se metieran porque si nos mataban a uno, la cosa no paraba más. Al final se arregló porque se vio que no venía del lado militar y nos evitamos un segundo enfrentamiento porque esas cosas empiezan y no se sabe cuándo paran".

Según el militar retirado, los restos de los desaparecidos "no están. Vino la Operación Zanahoria. A fines de 1984 se desenterraron los que había, se quemaron y se tiraron las cenizas a un arroyo, creo que en Manga. No hay nada. Lo saben en las Fuerzas Armadas, en el MLN y en el Partido Comunista".

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