LA COLUMNA DE GUSTAVO ESCANLAR

gustavoescanlar@montevideo.com.uy

Sigo de lejos el teleteatro de Figueredo y su presidencia eterna en la AUF. Sigo a Lescano diciendo lo mismo en todos los programas domingueros. El gobierno es así: emite mensajes -de autoridad o de autoritarismo- pero después no se anima a confirmarlos. Tabaré se larga contra la prensa "opositora", pero a la vez les concede "el derecho" de decir "lo que quieran". Lescano afirma que el gobierno "no quiere" a Figueredo, y al mismo tiempo garantiza "la independencia" de la AUF. Y hoy La República anuncia a toda tapa que Damiani hijo dijo que Paco amenazó a JJ Ramos. La República no es sensacionalista ni amarillista ni sensacionalista. Pero en un recuadro chiquito, en la sección de Deportes, dice que Ramos "sostuvo que la misma no se había dado de esa forma".
(O sea, en un recuadro chiquito, en la misma edición, los tipos niegan lo que publican en la tapa. Si pudiera lo diría: qué hijos de mil putas...)

Voy al Estadio Centenario, y desde la cancha miro las tribunas vacías. Están descascaradas, despintadas, con humedad, hechas pelota. El Estadio, ese "Monumento Histórico", es una buena metáfora del país: está la cáscara, la historia, los recuerdos. Están las fábulas y la impostura. Está el mito. Pero de aquello, hoy, no queda nada. Casi nada. No podemos ser tan ciegos para no ver la realidad. No deberíamos seguir creyéndonos el cuento de la "Suiza de América". El del "campeón del mundo". Dejate de joder y poné un poco más prolijo el monumento. Que por lo menos los tipos que van a jugar ahí vayan con un poco más de ganas. No te la lleves toda para el Palco.
(El pésimo reality show de Figueredo, Lescano, la AUF, el gobierno, Peñarol, Paco, Ramos, La República, va a seguir... No me interesan los detalles concretos, que de última son pura pajería. Sí me interesa como metáfora de lo que pasa y no pasa en todos los ámbitos)

Voy a la cancha de Atenas con el piso nuevo. El barrio, la gente emocionada, la cena de la comisión de damas, me devuelven un poco de entusiasmo.
(O sea: lo que no puede el país, sí lo puede hacer el barrio, la familia, el individuo)

Leo Mentira el cielo, el libro de poesía de Pedro Dalton. Me convenzo otra vez de que la poesía y la música son dos formas de expresión relacionadas carnal e íntimamente. Los poemas de Pedro tienen música adentro. Un ejemplo: "Barry Manilow y yo en un bar. Barry/ canta tras la cortina de whisky/ acompañado por una orquesta de jazz viejo y melódico./ En el reflejo de la ventana del bar,/ los de atrás de la barra me observan/ ya que soy el único cliente en el lugar,/ mientras secan los vasos preparando la noche/ que dudo sea agitada en el recinto./ El whisky baja rápido/ y la música se pone brasilera FM./ Pago y camino con el zumbido del asfalto mojado/ en una noche muy Manilow".
(Mentira el cielo, de Pedro Dalton, fue editado por Artefato y está en todas las librerías)

Veo The Weather Man, la película con Nicholas Cage haciendo de meteorólogo de la televisión. Son los papeles que mejor le quedan a Cage: los del tipo infeliz, que no sabe qué hacer con su vida. El otro papel típico de Cage es el de héroe de acción, pero ese no le encaja tan bien (salvo en Contracara). En esta película el tipo es castigado por sus televidentes cada vez que lo ven por la calle, que le tiran comida chatarra y lo enchastran. Pero la película habla de su situación familiar (matrimonio destruido, hija bulímica, hijo acosado sexualmente, padre famoso que lo desprecia) y laboral (tiene que elegir entre quedarse en una ciudad pequeña o irse a Nueva York). Mírela y solidarícese con la infelicidad del pobre Nicholas.
(The Weather Man está editada en dvd. Están buenos los extras, además)

Callo sobre la decisión del Tribunal de Apelaciones de Segundo Turno. Pero, pese a lo que mienta La República, no estoy en cana.
(Por ahora)

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