Contenido creado por María Noel Dominguez
Cybertario

Oídos sordos

CYBERTARIO

Kirchner y Vázquez volvieron a darse la mano. Con sus recientes declaraciones negándose a un diálogo sobre el conflicto por las plantas de celulosa, ambos se juegan a que un fallo de La Haya los conduzca a la victoria.

Por Gerardo Sotelo

24.05.2006

Lectura: 3'

2006-05-24T00:00:00-03:00
Compartir en
Si bien es cierto que fue el gobierno argentino quien eligió ese escenario, no es menos cierto que el uruguayo aceptó este derrotero sin presentar ninguna alternativa. ¿Piensan de verdad los presidentes que un fallo de la Corte Internacional traerá la solución? Si así fuera, demostrarían que no tienen idea de la verdadera naturaleza del conflicto.

La sensibilidad de la población de Gualeguaychú sobre los temas ambientales no nació con la noticia de la instalación de las plantas y las advertencias sobre sus eventuales efectos catastróficos. Mucho antes, sus actores sociales y su legislación se fueron acompasando para lograr el objetivo de vivir en una ciudad libre de contaminación. Sus autoridades debieron cerrar frigoríficos y curtiembres y contemplar en cada nuevo emprendimiento productivo su eventual impacto ambiental. Es en esa sensibilidad ciudadana que encontró campo fértil el alerta de ambientalistas y científicos contrarios a la instalación de las plantas. Si La Haya rechaza la medida cautelar presentada por Argentina, Botnia podrá comenzar a producir celulosa en la segunda mitad del año próximo, pero no se habrá resuelto el problema. En la costa de enfrente seguirá habiendo ochenta mil personas dispuestas a resistir lo que consideran perjudicial e ilegal, aunque el gobierno y el pueblo uruguayos miren para otro lado.

Al largo rosario de incomprensión y desprecio mutuos se suma la afirmación de César Vega (un ingeniero que integra el grupo ambientalista uruguayo El Callejón) de que Fray Bentos acepta la instalación de las plantas "porque es un pueblo con hambre". Vega no puede entender que quienes sostienen posiciones diferentes a las suyas lo hagan más que por razones de extrema necesidad. La realidad demuestra otra cosa.

La población de Fray Bentos sabe desde hace dos décadas que la forestación en la zona iba a derivar, tarde o temprano, en la instalación de plantas para producir celulosa y papel. La preocupación y consideración de sus efectos ambientales tampoco es una novedad para los fraybentinos, aunque el gobierno argentino y el pueblo de Gualeguaychú no quieran admitirlo.

El problema es que las dos percepciones sobre la producción de celulosa no pueden ser ciertas al mismo tiempo: la contaminación será severa e inevitable o ínfima y controlable. Sin embargo, entre estos dos caminos paralelos hay un amplio territorio de prevención, legislación, garantías, controles y reparaciones que podría recorrerse a través del diálogo. ¿Cuál es el problema con que la causa avance en La Haya y las plantas en su construcción? Los estilos personales de Kirchner y Vázquez empeoraron las cosas. Sus intervenciones hicieron perder de vista la dimensión local del conflicto (vivido con amargura por dos ciudades hermanas) y nos llevaron a esperar una solución improbable del lugar equivocado.