Demófilo

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Contenido creado por María Noel Dominguez
Colaboraciones

Sabías que...

ERRORES DEL INFORME DE LA CFI

"El trueno asusta a los niños, las amenazas a los hombres tontos"

Demófilo

(Por Luis Anastasía, especial para Montevideo Portal)

16.02.2006

Lectura: 6'

2006-02-16T00:00:00-03:00
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La Corporación Financiera Internacional (CFI) está gestionando la realización de un estudio de impactos acumulativos, como paso previo a la aprobación de préstamos por parte del Banco Mundial a las empresas Ence y Botnia, para la construcción de plantas de celulosa en el Departamento de Río Negro. Siguiendo las etapas de un cronograma de actividades, el día 14 de febrero, la CFI organizó una reunión abierta al público para presentar el informe y recibir opiniones, comentarios y críticas de los diversos actores sociales involucrados. Esta actividad se complementa con otras vías de comunicación y recepción de opiniones que se han puesto a disposición del público (1).

Lo primero que me llamó la atención cuando ingresé al lugar de la reunión era el poco número de asistentes. Con todo lo que uno lee en la prensa y la agitación que existe respecto a esta presunta problemática, asumí, inocentemente, que me iba encontrar con un escenario radicalmente distinto. Hasta pensé que podía haber algún piquete en la calle Colonia (la reunión fue en la Torre de los Profesionales) con pancartas con el gastado y francamente exagerado lema "si a la vida, no a las celulosas". Pues no, como máximo hubo unas 100 personas en el pico de asistencia.

La reunión estaba programada comenzar a las 15:00 y culminar a las 20:00 con un muy bien estructurado plan de trabajo y actividades, que siempre se trató respetar. Siguiendo ese esquema, el responsable de la presentación del mencionado informe fue Mauricio Atie, acompañado por otros especialistas en diferentes temas. Luego siguieron unos oradores especialmente invitados que representaban a la industria de la construcción, a los productores rurales de Río Negro, a universitarios especialistas en forestación, al sector turismo, un representante de la Red de ONGs ambientalistas y varios más. El representante del PIT-CNT excusó su asistencia a último momento.

Cada uno de los oradores presentaron sus comentarios, opiniones y críticas. El momento más destacable fue cuando Gerardo Honty (de la red ambientalista) tomó la palabra y, extractando la información de un documento que habían preparado, destacó varios e importantes aspectos. Entre ellos, que habían leído puntillosamente el informe, y que a su juicio habían algunos errores, importantes unos no tan trascendentes otros, que les inducían a sospechar de todo el contenido global, y que, además, según la información que él manejaba, la consultora que había realizado el estudio de impacto ambiental para Botnia era la misma que había hecho el estudio de impactos acumulativos. Dicho así resulta que el estudio estaba bajo doble sospecha.

Todos los comentarios fueron respondidos en el momento, salvo uno que se refería a unos aspectos tributarios porque no había nadie en la sala con capacidad para hacerlo. Incluso la alusión de la honradez y posibles implicancias que una consultora hubiera realizado los mismos estudios: no fue así, como fue aclarado, y a mí me llevó a concluir que, utilizando los argumentos de  Honty su documento podría no tener validez.

También quedó claramente demostrado en la presentación de todos los comentarios al informe que realizaron que estos ambientalistas han logrado algo destacable: en su esfuerzo por defender una posición basada en la repetición de sentencias sin fundamento técnico y científico, pero que resulta políticamente correcto, han disminuido tanto su ángulo de visión que se ha trasformado en un punto infinitamente pequeño. Resulta tan pequeño y cerrado en sí mismo que no admite ninguna explicación de la realidad distinta a la que ellos sostienen.

Creo, sustentado en mis más de 15 años de experiencia en medio ambiente, evaluación de impactos y gestión ambiental, que aquí no es cuestión de discutir cuál tecnología es mejor, si la ECF o la TCF sino si estas tecnologías afectan el medio ambiente de forma distinta. Que una afecte menos que la otra. Lamento decir que para el medio ambiente le da lo mismo, la afectación es la misma. Los efluentes provenientes de ambas tecnologías están ambos por debajo de los estrictos límites permitidos y no van a provocar nada ni siquiera parecido al amenazante y catastrófico escenario futurista que presentan y sostienen los ambientalistas.

Han perdido el sentido de la escala y la globalidad. Es cierto que las plantas de celulosa liberan las tristemente famosas dioxinas y furanos. Pero es mi responsabilidad, para evitar miedos en la población, que en primer lugar estas dioxinas y furanos no producen cáncer ni nada que se les parezca, no va s haber tampoco acumulación en la cadena alimenticia. Y explico por qué: son las mismas moléculas de dioxinas y furanos que se producen en la naturaleza cuando los microorganismos degradan la madera (dicho en criollo, cuando la madera se pudre o cuando se produce humus por decir solo dos ejemplos).

Intervine también para dar mi opinión en cuanto al informe diciendo que habían cometido un error que está presente en todo el informe. Un error que yo también suelo cometer. El informe está escrito por técnicos dirigido a técnicos, en un lenguaje que intenta ser claro para la población pero que en general no lo es. Cuando empiezan a aparecer esos nombres raros y no se les explica el significado ambiental y, especialmente, natural que tienen, se empiezan a producir los malentendidos.

Podríamos seguir explicando punto por puntos todas las dudas que se han generado en próximas entregas.

Pero antes de terminar quisiera otorgar dos notas. Una buena para el Intendente de Río Negro que defendió la capacidad técnica y dedicación de los funcionarios de la DINAMA. Resultó ser la primera vez que escuché a alguien que públicamente se manifestara tan fehacientemente. Lamentablemente parece que el Encagado de Asuntos Ambientales de la Cancillería Argentina Emb. Estrada Hoyuela lo escuchó desde Buenos Aires y sostiene que en el Uruguay encontró "...la total incapacidad de hacer un análisis técnico". Desde mi posición, primero como uruguayo y después como profesional, no le permito que sostenga esto. Yo no tengo elementos para dudar de sus capacidades como embajador, pero me queda claro que de medio ambiente no sabe nada, que no sabe nada de la capacidad de Uruguay y que es meramente un acólito del Gobierno Argentino.

Y ahora viene la mala nota, muy mala nota, a las representantes del Grupo Guayubira, que llegaron una hora tarde y en una actitud totalmente arrogante se levantaron y se fueron por que se les pidió que respetaran las pautas que habían sido establecidas por todos para el correcto funcionamiento de la reunión.

(1) La CFI tiene un sitio en internet para volcar todas las opiniones, comentarios y dudas:
www.ifc.org/ifctext/lac.nsf/content/Uruguay_Pulp_Mills_Spanish