Contenido creado por José Luis Calvete
Entrevistas
Pensando más allá

Juan Romero habló con Montevideo Portal

Juan Romero, el judoka que representará a Uruguay en Londres, habló con Montevideo Portal de sus objetivos, el entrenamiento y el apoyo que recibe. A los 23 años, afronta sus primeros Juegos Olímpicos y sabiendo que su sueño puede durar varios combates o unos segundos, apunta a ganar experiencia para Río 2016.

19.07.2012 08:00

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2012-07-19T08:00:00-03:00
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Se llama Juan Romero, tiene 23 años y representará a Uruguay en los Juegos Olímpicos. Su nombre nunca sonó entre los posibles abanderados para el desfile inaugural, pero tal vez con el tiempo sea candidato. Quien llevó al judo uruguayo por cuarta vez a la máxima cita del deporte mundial, logró su clasificación gracias al ranking mundial de la Federación Internacional de Judo y pretende repetir en Río de Janeiro 2016.

Defendiendo los colores del Club Atlético Olimpia de Colón, vive en el Prado y tiene un contacto directo con los deportes desde los siete años. “Hice varios deportes, pero los que más practiqué fueron rugby y básquetbol, donde hice pre-mini e infantiles”, dijo a Montevideo Portal, y contó que desde los siete y hasta los 12 se decidió por el judo, al que dejó “un poco por la edad, también porque algunos amigos dejaron, y porque mi profesor se fue a España”.

Durante cuatro años no quiso saber nada con el judo, hasta que viajó a España “un mes de paseo para visitar a mi padre”, se encontró con su profesor y “me volvió a picar el bichito hasta hoy, que no lo volví a dejar”. Desde ese entonces ha competido en torneos sudamericanos, panamericanos y mundiales, pero sin dudas serán estos Juegos Olímpicos su desafío máximo. Claro que ese sueño puede durar unas cuantas rondas, o apenas unos segundos.

El mecanismo de competencia es bastante cruel, ya que habrá 32 participantes en su categoría hasta 90 kilos y las primeras tres rondas son de eliminación directa. “Los 16 primeros del ranking son los cabezas de series y al resto se nos sortea, así que me enfrentaré con uno de los 16 mejores del mundo, y conoceré a mi rival el día antes de competir”, dijo, agregando que “en mi caso es distinto al del resto de los atletas, que compiten por mejorar sus marcas, porque yo tengo un rival enfrente”.

El combate puede terminarse a los pocos segundos, o durar cinco minutos con posibilidad de un alargue de tres en caso de empate. Si pierde, no habrá repechajes ni nuevas peleas buscando una mejor ubicación. No podrá ni pestañear, ya que una mínima desconcentración puede significar un rápido adiós. Para evitar eso, está entrenando durísimo fuera del país desde hace ya un par de años.

“Venía entrenando fuere acá, pero es imposible porque el nivel de la competencia interna no es el mismo, ya que acá somos todos amateurs”, dijo, contando que el sueño olímpico empezó hace un par de años “cuando hablé con el presidente de la Federación de Judo y el técnico, y me dijeron que me veían condiciones. En términos de preparación, dos años es poco, pero la idea era hacer todo lo posible para clasificar a estos Juegos y arrancar desde otro punto la preparación para los próximos. El gran objetivo son los que vienen en 2016”.

Con el apoyo de la Federación y del Comité Olímpico, obtuvo becas que le permitieron competir y entrenar en Panamá, México, Argentina, Ecuador, Colombia, Georgia, Francia, Alemania, Austria, República Checa, Canadá, España y Brasil, que es potencia. “La mayor parte de mi entrenamiento la cumplí en Brasil, en el club Sogipa de Porto Alegre, que tiene un nivel tremendo. Allí hay dos campeones mundiales, un medallista olímpico y tres competidores que en Londres van por una medalla”, agregó.

Su beca es de 600 dólares por mes, cifra que tampoco cubre todos los costos. Gran parte del apoyo vino por parte de su familia, y otra del Club Olimpia, que “pudo hacerse un espacio para apoyarme y me pagó para que fuera a México este verano, a Brasil este año y al Mundial de Francia”. Entre las competencias de las que formó parte, estuvo el Panamericano de Montreal, donde concretó con el quinto puesto su clasificación a los Juegos: “clasifican los mejores 22 del ranking, y luego los dos mejores de cada continente. Yo logré uno de esos dos cupos por Sudamérica”.

Dicho así, un quinto puesto puede tener sabor a poco, pero vale y mucho, dado que “el podio de América son el cinco, seis y siete del mundo. Son un brasileño, un cubano y un canadiense que están en gran nivel, y por eso un quinto puesto es muy valorable, dijo el chico que ocupa el lugar 90 del ranking mundial y que entrena físico de mañana y realiza de tarde fisioterapia, dado que las lesiones en esta disciplina son muy comunes. La parte de judo tiene lugar a la noche, y Olimpia y Hebraica Macabi son sus lugares de entrenamiento.

Mientras ya de reojo mira a Brasil 2016 como algo cercano, su otra meta es retomar los estudios e ingresar al Instituto Superior de Educación Física, mientras sus rivales se entrenan de forma profesional y 100% metidos en una disciplina que de a poco crece. El judo, que internacionalmente tiene un mayor arraigo que en Uruguay, es el que le permitirá estar en la Villa Olímpica y tal vez conocer grandes figuras. “Si tuviera que pedir una foto, sería con Federer o Phelps, aunque soy tímido para pedir fotos”, confiesa entre risas.

Romero competirá el 1º de agosto a las 5:30 horas de Uruguay y viajará rumbo a Londres junto a la mayoría de la delegación charrúa el viernes, con la valija cargada de sueños y esperando que no sean estos, sus primeros Juegos Olímpicos, los últimos de su carrera. “Es difícil, pero en el tatami puede pasar cualquier cosa. El objetivo es al menos superar una ronda y sobre todo ganar experiencia pensando en lo que vendrá”, concluyó.

Montevideo Portal l José Calvete