Contenido creado por Ernesto Alazraki
Política

Señor, he votado

Iglesia mantiene excomulgación de legisladores

El vocero de la Conferencia Episcopal del Uruguay, Mons. Luis del Castillo, afirmó a Montevideo Portal que ni la aprobación de la Ley Sexual y Reproductiva, ni el eventual veto del presidente Vázquez modifica la situación de los legisladores católicos, que votaron a favor de la ley.

11.11.2008 00:45

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2008-11-11T00:45:00-03:00
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Montevideo Portal

Luis del Castillo señaló a Montevideo Portal que el hecho que la ley se haya aprobado no cambia en absoluto la situación de los legisladores que apoyaron la ley.

"La explicación, en la perspectiva de la Iglesia que entiende que es un atentado a la vida, no cambia (…) cualquier católico práctico puede hacer una lista de cuáles son las faltas graves", agregó.

Consultado sobre la posibilidad de que la Iglesia participe activamente de una recolección de firmas para forzar un plebiscito que ponga a consideración de la población la Ley de Salud Sexual y Reproductiva Del Castillo destacó que el papel de la Iglesia es "iluminar la conciencia de los ciudadanos católicos, dándoles criterios que tiene que ver con los principios de Justicia y Equidad.

Del Castillo señaló que quienes votaron la ley, seguramente lo hicieron en busca de la solución de un problema, pero marcó su discrepancia con el hecho de que "se desconoce el derecho de un inocente que no se puede defender", agregó.

De festejo

"Estamos celebrando acá con la senadora Mónica Xavier y con el vicepresidente que se ha jugado y ha ayudado mucho con este tema", afirmó la senadora Margarita Percovich en declaraciones a Montevideo Portal.

Consultada sobre la posición de Vázquez y su capacidad de vetar la ley, Percovich señaló que seguramente quienes se oponen a la ley comiencen a juntar firmas para ir a un plebiscito.

"Eso para nosotros sería lo más democrático, está en manos del presidente que esa democracia se ejerza", agregó.

Percovich agregó que la aprobación de la ley es fruto de la constante discusión y debate y agregó que significa "una línea" para América Latina.

La ley fue aprobada con un total de 17 votos a favor,por el Senado con las correcciones que habían sido realizadas por la Cámara de Diputados la semana pasada.

De esta manera, el Poder Ejecutivo deberá ahora promulgar o vetar la ley, una segunda opción que ya manejó Tabaré Vázquez públicamente.

Además del veto oficialista, sobre los legisladores creyentes pesa también la amenaza de la Iglesia. Recordemos que el comunicado de la Conferencia Episcopal de Montevideo argumentaba que "quien actúa así (en referencia al voto) rompe el vínculo que lo une a Cristo en la Iglesia. Mientras no cambie su posición queda impedido de acercarse a la Comunión eucarística".

La votación de los legisladores está en sintonía con los últimos sondeos populares en torno al tema. Una encuesta de Interconsult reveló que un 57% de los uruguayos está a favor de la despenalización del aborto, con una tendencia mayor entre los jóvenes, las personas de estratos altos y los no creyentes. Un 63% se expresó en contra de un posible veto presidencial de Tabaré Vázquez.

La encuesta de Montevideo Portal (que supera los 6000 votos), mientras tanto, indica que un 75 % apoya la ley que incluye la despenalización del aborto, con un 20 % en contra y un 5% que no sabe o no está interesado.

La semana pasada 

La Cámara de Representantes debatió durante 15 horas, hasta la seis de la madrugada del miércoles pasado, el proyecto de Ley oficial de Salud Sexual y Reproductiva, que incluye un capítulo, el dos, donde se establece la despenalización de la interrupción del embarazo.

El proyecto, que tenía media sanción del Senado, fue aprobado en general por 49 votos contra 48, pero volvió hoy martes 11 a la Cámara alta para que los senadores analicen nuevamente algunos capítulos, que durante el tratamiento en particular del articulado no recogieron las voluntades suficientes para su sanción.

Esa exigua diferencia de un voto se repitió a la hora en que los diputados votaron el capítulo dos, por lo que el Parlamento uruguayo estableció que el aborto no debe ser un delito, aún en medio de una álgida discusión interpartidaria que, además, encontró dividida y con poco diálogo a la bancada del Frente Amplio.

De hecho, se espera que el proyecto de Ley no sea promulgado por el Poder Ejecutivo dado el repetido anuncio del presidente de la República, Tabaré Vázquez, de que ejercerá la potestad constitucional que lo habilita a vetar una iniciativa de tales características.

En ese contexto, en medio de una disputa que dejó a la bancada oficialista a punto de no lograr la sanción del proyecto, hubo dos diputados del Movimiento de Participación Popular (MPP), Ivonne Passada y Álvaro Vega (médico de profesión), que no pensaban votarlo ni siquiera en general.

Sin embargo, cambiaron de posición y lo hicieron a favor tras recibir presiones de sus propios compañeros, según consignaron varios medios de comunicación.


"Cambia un modelo autoritario por otro"


Pero algunos aspectos de la iniciativa, que refieren a valoraciones sobre el carácter y el sentido de los derechos y las relaciones sexuales, fueron rechazados por ambos legisladores, que los votaron en contra, por lo que el articulado retornará al Senado para que considere eventuales cambios al texto con relación a esos puntos.

De cinco capítulos que conforman el proyecto de Ley en cuestión Vega votó "a favor solo del segundo", es decir el que estipula la despenalización de la práctica abortiva. "Voté en contra del primero, del tercero, del cuarto y del quinto", precisó Vega en diálogo con Montevideo Portal.

El primero remite a "la educación" para el ejercicio de la sexualidad y "dice que debe enseñarse que (las relaciones sexuales) no solo son (el mecanismo natural) para la reproducción" de la especie "sino (que también son una vía) para el disfrute" y la gratificación de las personas.

"Estoy de acuerdo con eso pero no hay que imponérselo a nadie", criticó Vega, al valorar que esa concepción contenida en el texto implica "cambiar un modelo autoritario (el vigente) por otro modelo autoritario".

El tercer capítulo del proyecto remite al trabajo de los médicos que deberán abordar casos de abortos, e indica que los profesionales de la medicina "tienen 30 días para elegir si van a hacer o no abortos. Y que no podrán cambiar de criterio durante el resto de su vida profesional", explicó.

Además, establece que los médicos "que entran a trabajar (por primera vez) deben decir si van a hacer o no abortos durante el ejercicio" profesional de la medicina. "Es una locura", evaluó el diputado del MPP.

El capítulo cuarto, en tanto, refiere al artículo "325 del Código Penal", reformado en 1938, que tipifica el aborto como un delito, pero lo "modifica" atenuando las circunstancias en que se produce.

"Eso es compartible, pero mi opinión es que hay que derogarlo (al delito)", ya que su contenido "habla de penalización del aborto y yo digo que debe extinguirse la existencia misma de ese delito", expresó el representante.

"No movieron un pelo cuando P. N. me atacó"

Durante todo el debate parlamentario Vega actuó en función de su "libertad de conciencia", aunque cedió parcialmente por razones político-partidarias al levantar su mano para votar el articulado en general, que le merece serios reparos.

"Lo que hay que aclarar, lo importante del asunto, es que las mujeres se mueren por hacerse abortos" en condiciones de clandestinidad, recordó.

"Por eso voté ese capítulo (de despenalización) sabiendo que sería vetado" por el presidente Vázquez, añadió. "Fue una forma de decir `este es el problema´, pero es un disparate que alguien se arrogue el derecho a decir cómo hay que pensar" en torno a un tema complejo y delicado, lamentó.

Con relación a las discusiones con sus compañeros de bancada y a las fuertes presiones que recibió de ellos, Vega admitió que el episodio le "dejó un sabor amargo. Sentí que los compañeros me dejaron solo, no movieron un pelo cuando el Partido Nacional me atacó, y si yo no lo votaba no salía" aprobado, puntualizó.

Consultado sobre sus próximos pasos en materia de relacionamiento y vinculación partidaria, Vega respondió que "por ahora estoy dolido, después veremos" qué hacer con su función parlamentaria, apuntó.

 

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