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Internacionales

Perfecto infierno

Hijo denuncia a su padre ante la Justicia

Hijo de represor de la dictadura argentina declaró en contra de su padre y calificó de “cómplice” a su madre. “Ella administró la guita que se robó mi viejo”, afirmó. El hombre que fue obligado a colaborar en enterramientos clandestinos.

03.07.2015 09:29

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2015-07-03T09:29:00-03:00
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Montevideo Portal

El hijo del represor fallecido Luis Alberto Cayetano Quijano declaró ante la Justicia argentina en contra de su padre. Según una nota publicado por el sitio oficial Infojus el declarante era obligado a “destruir la documentación de los secuestros en el Destacamento de Inteligencia donde era segundo jefe, a escuchar grabaciones de sesiones de tortura, o a esperarlo armado por las noches a que volviera de los operativos”.

“Con el tiempo me he dado cuenta que de chico era autista. Vivía tal infierno con mi padre, tanta cagada a palos, que me encerraba en mi propio mundo. (…) Mi madre y mi padre siempre discutieron mucho, pero ella estaba muy cómoda porque era la mujer de un milico. Después se hizo la víctima y una vez, delante de su actual pareja, dijo que no sabía que mi padre salía a hacer procedimientos. Que creía que hacía guardias en Gendarmería. Yo le pregunté ‘¿y cuándo traía los fajos de guita y los dejaba sobre la cama, alhajas, tapados de piel, televisores? ¿Eso también era de las guardias de Gendarmería?”, contó Quijano hijo.

“Ella administró la guita que se robó mi viejo. Primero hicieron una casa en Tanti, y en el año 80, con parte de la plata que se había afanado mi viejo –tenían monedas de oro y dólares- compraron la casa de acá al lado”, agregó Quijano.

El hombre dice que su padre lo obligó a trabajar en Inteligencia cuando tenía 15 años, destruyendo pasaportes y haciendo pozos para los militantes asesinados, que, según el testimonio de Quijano hijo eran enterrados en los predios militares entre Córdoba y Carlos Paz.

“Después, cuando llegó la época de la democracia, sé por mi padre que trajeron unas máquinas no sé de dónde, desenterraban todo lo que había y lo molían. Me dijo ‘no van a encontrar nunca nada, ahí’. Año ochenta y pico”, afirmó.

“A los catorce o quince años yo armaba y desarmaba una pistola como nada, y andaba siempre armado con una 45. En el auto iba con una escopeta”, cuenta Quijano hijo que fue llevado a visitar centros clandestino de La Perla.

En la década del 90 Quijano hijo se fue a vivir a Europa y en 2004 visitó a su padre en la cárcel:
—Es posible que algún día te denuncie. Yo sufrí mucho por culpa tuya. En aquél momento yo buscaba tu aprobación y mirá lo que me hiciste hacer— le dijo.

Su padre, viejo e imperturbable, lo desafió a que lo hiciera.

—Yo sé que nunca me quisiste –dijo el hijo-. Pero yo en este momento ya tampoco te quiero a vos—, le dijo.

Quijano padre estaba siendo juzgado por 158 privaciones ilegítimas de la libertad agravadas, 154 imposiciones de tormentos agravados, 98 homicidios calificados, 5 imposiciones de tormentos seguidas de muerte y la sustracción de un menor de 10 años durante la represión ilegal en Córdoba. Mañana miércoles Quijano hijo declarará ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N.º 1 de Córdoba para contar su versión de la historia.

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