Contenido creado por María Noel Dominguez
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Diferencias entre inseminación artificial y fecundación in vitro

Cada vez es más frecuente escuchar de parejas que recurren a tratamientos para poder concebir. Entre otras causas, el hecho de que por factores culturales se haya pospuesto la maternidad, implica que a muchas mujeres les cueste lograr el embarazo.

04.11.2016 09:35

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2016-11-04T09:35:00-03:00
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Los dos métodos principales de reproducción asistida son la inseminación artificial, que es el más conocido por los pacientes cuando acuden a la clínica; y la fecundación in vitro, que considerando la situación específica de cada mujer, puede ser una opción más favorable que la primera.

Inseminación artificial
Es el tratamiento ideal cuando la paciente es menor de 38 años, presenta hiperprolactinemia u ovarios poliquísticos, y la esterilidad es de origen desconocido y menor de 24 meses.
Tras tres ciclos de inseminación artificial el 35-40% de las parejas consiguen un embarazo.
La inseminación artificial comienza en la fase de estimulación ovárica, no es necesario cumplir la fase de reposo ovárico. Ésta, al igual que en la fecundación in vitro, dura entre ocho y diez días pero la dosis administrada es menor, para conseguir menos ovocitos.
En ambos tratamientos, para el seguimiento del proceso se utiliza una ecografía transvaginal, que suele realizarse de 1 a 3 veces, y comienza en el octavo día del ciclo.


Fecundación:
Cuando todos los controles resultan positivos se produce la inseminación de la paciente. Los espermatozoides extraídos del semen del varón se introducen en el útero mediante una fina cánula y de ahí viajan hasta su encuentro con el ovocito que debe ser fecundado.

La inseminación artificial no necesita ningún tipo de descanso o reposo más allá de los diez minutos posteriores a la inseminación en los que la paciente debe permanecer acostada. Luego podrá seguir con su vida normal.


La gestación múltiple puede aparecer en la inseminación artificial en un 10% de los procesos. Dependerá de la edad de la futura madre y del número de folículos que aparezcan en la ecografía. Además, al igual que en la fecundación in vitro, existe un mínimo riesgo (2%) de sufrir un embarazo ectópico.

Fecundación in vitro
Está indicado para mujeres mayores de 38 años con una esterilidad superior a 24 meses. Se aplica en casos en los que la reserva de ovarios existente sea baja y se tienen en cuenta factores genéticos y problemas de endometriosis quística.
La fecundación in vitro tiene una probabilidad de embarazo del 85%, tras los tres primeros ciclos de tratamiento.
La misma se inicia con el reposo ovárico, que consiste en administrar una medicación hormonal (en algunos casos inyectada) durante dos o tres semanas. Una vez transcurrido este período la paciente tendrá una menstruación que dará comienzo a la fase de estimulación ovárica y que requiere una inyección (subcutánea) de hormonas. Durante este proceso se incentiva la producción de folículos y, al igual que en la fecundación in vitro, dura entre ocho y diez días. Seguidamente, para controlar la evolución folicular, se añade un análisis estradiol en sangre.
En ambos casos, una vez comprobada la eficacia de la fase de estimulación ovárica, es necesario completar la maduración de ovocitos. Treinta y seis horas después se procede a inseminar o extraer los ovocitos en el caso de la fecundación in vitro.


Fecundación:
En este caso, se intenta que los ovocitos sean fecundados por los espermatozoides (para desarrollar los embriones) directamente en el laboratorio. Aquellos que lo consigan serán evaluados y uno u dos se insertarán en el interior del útero.
El descanso de la paciente cobra especial relevancia en la fecundación in vitro, desde el momento de la punción folicular hasta la prueba de embarazo. Los motivos son evitar el sangrado y reducir la retención de líquidos, propia de la estimulación del ovario. Se recomienda no mantener relaciones sexuales ni hacer deporte.


Existe, en la fecundación in vitro, un 20% de probabilidad de gestar gemelos y menos de un 1% de gestaciones triples. Además, hay dos complicaciones que pueden surgir con este tratamiento. Algunas de ellas son:


- Hiperestimulación ovárica: respuesta exagerada del ovario a la medicación. Sólo se produce de manera grave en un 1% de los casos, y los embriones se pueden vitrificar para ser transferidos más adelante.
- Embarazo ectópico: en menos del 2% de los casos.

Dra. Laura Blasco Gastón - Ginecóloga especialista en Reproducción Asistida en www.urh.es