Centro Nacional de Rehabilitación Psíquica advierte sobre escaso acceso laboral

El Centro Nacional de Rehabilitación Psíquica, en representación de sus usuarios, está promoviendo dos materiales audiovisuales que dan cuenta de la realidad de las personas con diferentes condiciones psíquicas sobre su relación con el mercado de trabajo.

En el mundo, el 80% de las personas que tienen un trastorno mental están en situación de desempleo, destaca un comunicado de dicha entidad.

En Uruguay, el Estado está obligado a ocupar personas con discapacidad que reúnan condiciones de idoneidad para el cargo, en una proporción mínima no inferior al 4% de sus vacantes.

Los últimos datos de la Oficina Nacional del Servicio Civil y Observatorio de la Gestión Humana del Estado, del año 2015, indican que las personas con discapacidad ingresadas fueron 22, cantidad que representa un 0,33% de las vacantes generadas en dicho año. De acuerdo a la Ley N°18.651 un 4% de las mismas hubiese representado 267 ingresos. Dentro de esos 22 ingresos, no se registró ninguna persona con discapacidad psíquica.

Desde 2010 hasta 2015, de 256 personas que ingresaron a un trabajo en el marco de la ley, sólo 8 tenían una discapacidad psíquica, siendo esta discapacidad la menos representada entre quienes ingresan al Estado.

Según el proyecto de Ley de Salud Mental, que se encuentra actualmente en discusión en el parlamento uruguayo, "las personas con trastorno mental tienen derecho a acceder a medidas que le permitan lograr la mayor autonomía, así como a las que promuevan su reinserción familiar, laboral y comunitaria. La promoción del trabajo constituye un derecho y un recurso terapéutico". Se debe buscar la inserción laboral de calidad y ajustada al perfil y posibilidades de sostenibilidad de la persona, así como el Fomento de emprendimientos autónomos, cooperativas de trabajo y similares, entre otros.

Ver infografía

Más allá de leyes y porcentajes, en Uruguay existen numerosos casos que demuestran que un trastorno mental no inhibe a las personas de desarrollar su potencial, dar lo mejor de sí, integrarse y ser productivo para la comunidad.

El trabajo es vital para mejorar la calidad de vida de las personas con diferentes condiciones psíquicas transitorias o permanentes.

Es una responsabilidad compartida, pública y privada, superar estigmas, prejuicios y garantizar el derecho al trabajo a todos.