Personas impuntuales suelen ser más optimistas

Aparte de los beneficios generales para la salud mental y física, las personas optimistas tienen otro rasgo en común: siempre llegan tarde, o por lo menos así lo asegura un estudio científico sobre la impuntualidad, aunque algunos expertos afirman que “hay personas que llegan tarde de forma innata y que el problema puede estar incrustado en lo más profundo de los lóbulos del cerebro”, explica Diana DeLonzor, consultora y autora de Never Be Late Again (Nunca más llegues tarde).

Según dicha obra, la impuntualidad sería un rasgo más de la personalidad de algunos individuos, lo que no significa que no puedan trabajar en ello para corregirlo. Sin embargo, esa impuntualidad podría tener también sus beneficios. Las personas que normalmente llegan tarde a sus compromisos son, por norma general, más optimistas porque creen que pueden llevar a cabo más tareas en el mismo tiempo  que otros, crecen cuando están haciendo varias cosas a la vez y tiene beneficios a largo plazo, aunque esto las convierte en poco realistas y “poco eficientes la hora de calcular los tiempos”.

Un estudio llevado a cabo en la Universidad de San Diego parece coincidir con lo escrito por DeLonzor, según publica el periódico matritense ABC. El trabajo relacionó la impuntualidad con las personalidades de tipo B, es decir las personas más despreocupadas y con tendencia a ver la foto general en vez de perderse en detalles. Esta característica les permite ver el futuro lleno de posibilidades.

¿Compensan estos beneficios los contratiempos de la impuntualidad? Eso depende en gran medida de la cultura en la que viva el sujeto. En sociedades como la alemana o la japonesa, el mínimo retraso puede ser considerado como una imperdonable falta, mientras que en otras  —como la nuestra— suele existir una mayor flexibilidad al respecto.