Cianobacterias en el Río Negro

La importante acumulación de cianobacterias en el Río Negro puede provocar irritaciones en la piel para los bañistas y casos de "envenenamiento" del ganado que consume el agua, según Sylvia Bonilla, docente de la sección de Limnología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República.

Este martes, el ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro reconoció que existe una "gravísima" contaminación en el Río Negro. En declaraciones a Radio Sarandí recogidas luego por El País, el ministro sostuvo que "Uruguay va a tener que tomar medidas paliativas muy serias".

Fernández Huidobro sostuvo que el tema es preocupante por la posibilidad de que la contaminación alcance nuevamente al Río Santa Lucía, utilizado para la generación de agua potable para el área metropolitana.

Consultado en la emisora, el secretario de Estado recordó que la contaminación encontrada en su momento en el Santa Lucía era "multicausal". "El arrastre de las aguas de lluvia con fósforo principalmente, fertilizantes a las cuencas fluviales, los materiales orgánicos de los saneamientos de las ciudades, los vertimientos industriales, tambos de alta concentración de animales, etc., hace que se fertilice los ríos y aun el Río de la Plata", comentó.

El matutino recoge además dichos del ministro días atrás en Maldonado, cuando aseguró que la contaminación por las cianobacterias es "peligrosísima" y afirmó que "el Río Negro es peligroso para bañarse en él y para los animales", agregando "pienso en Las Cañas y Mercedes, pobre gente".

Bonilla indicó que Limnología realiza un seguimiento de la contaminación con cianobacterias en los principales cursos de agua en el país, en el marco de un proyecto de recopilación de datos aportados por la DINAMA y OSE. A partir de esos datos, los científicos comprobaron que existe una importante concentración de cianobacterias en los embalses del Río Negro.

Consultada por Montevideo Portal sobre los efectos del contacto con este tipo de algas, Bonilla explicó que "el tipo de cianobacterias que se presenta en el Río Negro en general contiene hepatotoxinas que sí puede tener una peligrosidad para las personas, dependiendo del tipo de contacto que se tenga con el agua".

En ese sentido, explicó que el contacto de este tipo de algas con la piel puede producir irritaciones, tanto en la piel como en los ojos. Además, enfatizó que "el riesgo mayor se presenta en los niños porque juegan en la orilla, donde se acumulan más las algas". En esos casos, y en los que haya una mayor exposición al agua, pueden producirse "malestar estomacal y vómitos". Por ese motivo, aconsejó alejarse de las "manchas verdes" que pudieran encontrarse en el agua, dado que se trata de grandes concentraciones de cianobacterias.

Como ejemplo de las consecuencias de este tipo de algas, mencionó un caso de un bañista de Gualeguaychú, que recientemente estuvo varios días internado y en estado grave debido a una larga exposición a las algas, cuando practicaba deportes acuáticos.

Más allá de los riesgos para los humanos, Bonilla advirtió sobre la gravedad de los perjuicios que el fenómeno tiene para los productos ganaderos. "En los últimos meses recibimos muchas consultas por productos cuyo ganado había bebido agua con cianobacterias", señaló, agregando que "en muchos casos se registró mortandad de los animales".

Las causas de la contaminación y las alternativas

Bonilla afirmó que "está estudiado" que la generación de grandes concentraciones de cianobacterias en los cursos de agua está relacionado con la utilización de fertilizantes en la agricultura.

Al respecto, explicó que la aparición de algas obedece a que "el cuerpo de agua se ve muy enriquecido con nutrientes, lo que favorece el crecimiento de las algas. Es como una planta que alguien tenga en su casa, si le echa fertilizante va a crecer".

La docente de la Facultad de Ciencias consideró que, ante esta realidad, "es recomendable prevenir que el fertilizante llegue a las aguas", aunque reconoció que las soluciones al problema deben ser multidisciplinarias. "Una buen ejemplo de cómo se debe abordar el problema son las diez medidas que en 2013 se anunciaron para recuperar la cuenca del Santa Lucía". Aquel plan incluía monitoreos de distinto tipo y limitaciones a los productores rurales en el manejo de sus efluentes.