Contenido creado por Martín Otheguy
Entrevistas

Las ligas mayores

Con Britt Daniel de Spoon, que toca hoy en La Trastienda: "No sé qué mierda es el indie rock"

La banda preferida por los críticos llega a Montevideo este 15 de marzo para mostrar por qué lleva más de 25 años de ser "consistentemente buena".

15.03.2018 08:03

Lectura: 8'

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Olvídense de Radiohead, los Strokes, White Stripes, Beck o incluso los históricos como Bob Dylan, Leonard Cohen o Tom Waits. Si alguien pregunta cuál es el artista de rock preferido de los críticos en el siglo XXI -al menos en su primera década- Internet ya tiene una respuesta. Es Spoon, un cuarteto de Texas que cambia a cada disco sin cambiar en realidad demasiado, apuntalado en las buenas melodías, el matrimonio feliz de guitarra y piano, la voz rasposa de su cantante Britt Daniel y un sentido del ritmo que hace parecer bailables canciones que en realidad no lo son.

El sitio Metacritic, dedicado a promediar los puntajes de reseñas de productos culturales -discos entre ellas- eligió a Spoon como el artista preferido por la crítica en los primeros diez años del siglo XXI. Con un promedio de 85.3 sobre 100 en sus críticas de álbumes, dejó más abajo a nombres mucho más famosos, como Sigur Ros, Outkast, Bob Dylan o Tom Waits. En el resto del siglo no les fue mal: ninguno de sus discos posteriores baja del 80 de puntaje promedio.

Este 15 de marzo, la banda favorita de los críticos (y Stephen King) llega a La Trastienda Montevideo (Fernández Crespo 1763) para mostrar especialmente su último trabajo: Hot thoughts, que al estilo Spoon le suma un pulso más futurista en el que sobrevuelan los fantasmas nostálgicos de David Bowie y Prince.

A Spoon, sin embargo, los críticos lo tienen sin cuidado, por más elogiosos que sean o la cantidad de veces que repitan las expresiones "pop minimalista" o "consistencia". "No tengo problema con lo de pop minimalista", le cuenta Britt Daniel a Montevideo Portal. "Creo que eso lo comenzaron a decir cerca de la época en que salió Girls can´t tell y Kill the moonlight (2001 y 2002). Eso suena bien para mí, lo mismo que lo de la consistencia; creo que sí, que somos consistentemente buenos", opina.

No cree lo mismo de la etiqueta un tanto imprecisa y cada vez más abarcadora del indie rock. "Es mucho mejor eso a que alguien diga que somos indie rock, no sé qué mierda es eso", agrega. "Indie rock no es un género musical, es un término comercial que la gente intenta usar como género musical para describir todo, desde Belle and Sebastian a King Krule, y esos son dos estilos muy pero muy diferentes de música, de personalidades y enfoques. Es ridículo. Para mí ese término es el equivalente a decir ‘las ligas menores'. No es rock en serio, es indie, es como que están buscando su camino hacia el rock. Al a mierda con eso. Nunca usé el término y nunca lo entendí, me resisto a seguirles el juego amablemente", dice Daniel.

El motivo por el que Daniel no hace caso a las críticas es porque las tiene demasiado en cuenta. "Intento no leer más las críticas. No creo que sea saludable. Sé más o menos cuál es la impresión general, pero intento no leer cosas específicas. Hubo una época en que sí lo hacía, y si había diez criticas buenas y una mediocre, con todo lo que me quedaba era con la última, y esa no es la realidad y no es una buena manera de pensar sobre tu arte. Cuando se trata de arte, hay que seguir tu propio espíritu y no estar obsesionado en lo que unas pocas personas negativas te dicen", cuenta.

The underdogs

Desde que comenzaron a tocar en 1993 (todavía recuerdan la experiencia casi uruguaya de dar shows frente a solamente quince personas), los Spoon sobrevivieron a las etiquetas, el dominio de las influencias y los ciclos usuales de las bandas de rock para mantener el interés en cada disco.

Criado a base de post punk en la adolescencia -pero también de los clásicos de los 60 y 70, gracias a un padre melómano- Daniel llevó a Spoon bajo el ala del sello Matador, justamente el sello más influyente para crear la etiqueta "indie", y cumplió con los clichés de los grupos independientes de la época: después de un debut prometedor fueron contratados por la multinacional Elektra -que confiaba todavía en explotar comercialmente la fiebre alternativa que dejó Nirvana-, solo para ser despedidos luego de un disco tras comprobar que no volvía rico a nadie. Los encargados de Elektra, recuerda Daniel, ni siquiera les respondían las llamadas.

A partir de entonces, hicieron su propia historia. Desde el 2001, con Girls can tell, Spoon encontró su sonido y la suficiente repercusión para llegar al mainstream, aunque, como cuenta Daniel, cada disco es distinto al anterior y "tiene su propia personalidad". En el ascenso de la banda colaboró también la ubicuidad de sus canciones en series de televisión y películas.

La génesis de Hot thoughts (2017, nuevamente por Matador), salió de un piropo fallido que le dedicaron a su novia en plena gira en Japón. Un Don Juan local le dijo que tenía los dientes muy "blancos, brillantes y sexys", un extraño intento de levante que llevó al cantante a explorar la sexualidad desde otros ángulos en su último disco, una temática poco usual para Spoon.

Musicalmente, la banda también intentó pisar terreno nuevo. "Estaba con ánimo de hacer un disco que, aunque sin dejar de ser un álbum de rock. no dependiera en exclusiva de las guitarras. Hot thoughts tiene un montón de texturas diferentes", cuenta a Montevideo Portal. Entre ellos, teclados, sintetizadores y varios efectos de sonido, poco usual para una banda guitarrera pero nada extraño si se tiene en cuenta que el vocalista era diseñador de sonidos para videojuegos antes de dedicarse 100 % a Spoon.

"No te hubiera podido decir cuál era ese cambio cuando comenzamos a trabajar en el disco. Sólo quería hacer algo que fuera diferente", explica. De hecho, llegaron a descartar canciones pensadas para la guitarra acústica porque "no era el tipo de temas buscados para el nuevo álbum". "Sentía que teníamos que hacer algo más... futurístico, algo no tan terrenal o rústico como sonaba estas canciones, así que al final las dejamos de lado", explica. El resultado se acerca a veces al funk o a la electrónica, pero sigue sonando a Spoon.

Wall of sound

Spoon no hace canciones políticas, en general. Quizá porque al ser criado en una familia sureña y conservadora, en el medio de los dominios republicanos, Britt Daniel se cansó de discutir de política con sus parientes. Sin embargo, Hot thoughts tiene un tema llamado "Tear down the wall" que parece apuntar directo contra Donald Trump.

"Trump no era candidato aún cuando la compuse. La escribí con un amigo y mientras lo hacíamos nos salió la letra, más que nada por una cuestión de rima, con la frase: ‘Déjenlos construir el muro, no me importa, voy a derrumbarlo'. Nos dimos cuenta enseguida de que podía ser visto como una respuesta típica a las noticias que llegaban de Turmp y pensamos: ¿por qué no?", dice Daniel.

"Aunque fue anterior sabíamos exactamente lo que la gente iba a pensar y nos pareció bien. Mi única preocupación era que cuando saliera el disco, por lo menos un año después, todos se hubieran olvidado de Donald Trump desde hace tiempo. Desafortunadamente, eso no pasó", agrega. De hecho, Daniel cree que esta canción "es lo único positivo que salió de su presidencia".

Las únicas veces en que Spoon se metió en terreno político fue en forma tangencial, como en "The underdog" o "Don`t make me a target", dos canciones del disco más pegadizo y redondo de la banda, Ga ga ga ga ga (editado en épocas de George W. Bush). "Si es algo súper directo, a mí me hace sentir un poco incómodo pero ser capaz de escribir con un poquito de licencia poética sobre política funciona un poco mejor", aclara.

Para Daniel, que intentó esquivar ex profeso la vida típica de una estrella de rock ("nunca pensé en alterar mi estilo de vida ni fomentar las amistades entre celebridades", dice), lo que importa son las canciones. Y las que él hace, aunque no siempre inmediatas, tienen cierta cualidad intemporal. Quizá porque, como dice Stephen King al referirse a Spoon, "las mejores canciones son las que desafían las explicaciones y los análisis". Este 15 de marzo, Spoon lo demostrará en vivo ante un público que supone más entusiasta que el europeo. "La gente es más suelta en Latinoamérica, está más dispuesta a pasar un buen rato y no quedarse parados con los brazos cruzados. Espero que sea de ida y vuelta", dice el cantante.

Por Martín Otheguy/motheguy@montevideo.com.uy