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Las 40

Pegó el faltazo

Raúl Castro cantó Las 40 de Montevideo Portal

"Por ahí el Che Guevara hoy, en lugar de acciones guerrilleras, haría murgas", dijo Raúl Castro, que este año no sale en el carnaval montevideano con su Falta y Resto. Las 40. Por Gerardo Tagliaferro.

10.02.2015

Lectura: 30'

2015-02-10T06:09:00-03:00
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Lo malo de dormirse en el ómnibus es el temible ronquido, ese que lo despierta a uno mismo con una incómoda sensación de ridículo, tratando de captar de reojo la risa o el fastidio de los pasajeros vecinos. Lo bueno es que uno puede soñar un cuplé de murga que le abrirá paso en la corte de Dios Momo, sobre todo si tiene en las entrañas el fuego sagrado del Carnaval, es letrista y se llama Raúl Castro.

Fue en el otoño de 1982, en dictadura, a la salida de un Carnaval en el que la Comisión de Censura -aquella que nos cuidaba del veneno subversivo inyectado vía cuartetas- le había tachado casi toda la letra que pretendía interpretar con su joven murga Falta y Resto. El Flaco Castro se durmió en un Copsa en el que viajaba desde Solymar a su casa en el Centro y de la labor de su inconsciente nació "Murga La", un cuplé que aludía precisamente a la censura, que se puso sobre los escenarios en 1983 y que para muchos carnavaleros fue el flechazo que les abrió el corazón a la Falta.

Raúl Castro es además publicista y en eso tiene un galardón reluciente: es el autor del texto de "El grito del canilla", un spot que fue en su momento distinguido como el mejor de la historia de la publicidad uruguaya. También acaba de postularse, sin éxito, como candidato a vicepresidente en las elecciones de Peñarol, y lanzó recientemente, a los 64 años, su primer disco solista.

Pero en su currículum es imposible que algo de esto compita con el hecho de ser fundador, histórico letrista y líder indiscutido de una murga que cambió la historia del género en este país, que lo sacó del camino vecinal y lo puso a correr en una autopista que otros tomaron después. Innovando permanentemente, incorporando -como en aquel "Murga La"- guiños teatrales que hoy son parte natural del espectáculo murguero, o, como este año, abriendo una "sucursal" de la Falta en Argentina. Precisamente esa es la razón por la cual los tablados de este febrero no reciben al Flaco Castro junto a su murga: está al frente de la otra Falta, integrada por una base de uruguayos y media docena de voces albicelestes, del otro lado del río.

En su oficina de Escenario, la agencia de publicidad que dirige, Tinta Brava habló de su faltazo de este año, de las nuevas generaciones murgueras en las que se insertan sus hijos, de recuerdos de más de tres décadas de Carnaval, de la exclusión de la Catalina y Araca la Cana del concurso, de política, de ideología, de sus contradicciones y de algunas de sus batallas, ganadas y perdidas.

Bancado, criticado, cuestionado, querido, el Flaco Castro tiene mucho, muchísimo que ver en que Falta y Resto sea tan distinta y a la vez tan igual a sí misma cada vez que pisa un tablado. Es el gran responsable de eso que la calle carnavalera repite cada febrero: mejor o peor, con un buen espectáculo o con uno más o menos, la Falta es la Falta.


Por GERARDO TAGLIAFERRO


1) ¿Por qué no salís este año con Falta y Resto?
Fue una idea que surgió por mediados de año, cuando nuestro productor en Argentina nos planteó la posibilidad de trabajar allá en enero y febrero porque había posibilidades. Felipe [Castro] tuvo la idea de armar dos murgas. En principio íbamos a actuar en Argentina e iba a haber suplentes acá, y cuando viniéramos actuaríamos acá. Después nos pareció que no tenía nada que ver que viniéramos como estrellas, unos días sí y otros no, y entonces calculé, y creo que acerté, que si yo me retiraba era como cuando le sacás el árbol al pasto: crece mejor. Ahí armamos, con ocho murguistas argentinos y seis uruguayos, el elenco que actúa en Argentina.

2) Que se llama Falta y Resto también.
Sí, claro. Y ahí estoy yo con el Mono Da Acosta, que somos los que centralizamos un poco el espectáculo. Los otros cuatro muchachos que son de acá son uno por cuerda [de voces] y uno en la batería. Son un poco la columna vertebral.

3) ¿Cómo se incorporaron los argentinos?
Los nucleó Andrés Vázquez, que es un integrante de la Falta que vive en Buenos Aires, tiene talleres, conoce el ambiente de lo que es la murga uruguaya en Argentina, que es cada vez más fuerte, y eligió, armó el grupo y los preparó. Nosotros los conocimos un par de días antes de tocar por primera vez. El espectáculo se llama "La gran murga del Río de la Plata".

"El cuplé ‘Murga La' [1983] lo soñé un día, viniendo de Solymar, durmiendo en un Copsa"

4) ¿El repertorio es el mismo que hace la murga acá este Carnaval?
No, no, es una antología de los mejores momentos humorísticos y emotivos de la murga. Sobre todo humorísticos. Hay cosas elegidas de muchos años y algunas especialmente adaptadas. Hay, por ejemplo, un cuplé de este año que no se hizo al final, "Pluma triste", que es [sobre] un indio charrúa cobarde, que está muy bueno. No entró en el repertorio de acá y el Mono lo hace solo allá, y la verdad que la gente se muere de la risa.

5) ¿Cuál de las dos Falta y Resto canta mejor?
Y, la de acá. Por muerte. Acá son murguistas avezados todos, son jóvenes pero ya nacen con eso. Nosotros tenemos tipos que hace 20 o 25 años que están en la murga y cantan como caballos.

6) ¿De qué habla Falta y Resto en este Carnaval?
Hace un repertorio con el que al principio yo no sabía qué iba a pasar, pero la verdad que me asombró. La presentación es de Leandro [Castro], todas las letras y músicas son nuestras. En el medio Felipe repartió entre sus amigos músicos algunas letras, casi todas suyas, y la despedida es de Soledad [Castro] con algún pedacito mío. Todo muy familiar. Y músicas hay de varios integrantes. La presentación, como muchas, es una valoración ética de la murga, digamos, que la verdad que cuando Leandro me la mostró me asombró cómo tiene adentro el espíritu, las palabras y el estilo de la Falta... parecía escrita por mí, pero con la inocencia de la creación con esperanza de un pibe de 25 años. La despedida habla de los boliches de antes y los de ahora y termina en un homenaje, un brindis por los estudiantes mexicanos y los uruguayos que sacaron adelante el "No a la baja", los jóvenes asumiendo nuevamente protagonismo en América Latina.

7) Da la impresión de que cada vez más le vas cediendo la murga a tus hijos.
Sí, sí. Más que cediendo, cada vez opinan con más criterio y cada vez aciertan más.

8) ¿No te cuesta dejarles ese espacio?
No, ¿sabés que no? Al principio, cuando arranqué en el proceso, pensé que me iba a costar más. Cuanto más fui soltando, mejor me fui sintiendo, hasta que un día solté del todo. Y funciona espectacular. Algún amigo me había dicho: "Probá porque te vas a sorprender. Tus hijos son muy capaces, están muy enamorados de lo que hacen". Además, no solamente mis hijos, el cuadro en general; hay siete u ocho muchachos que tienen a la murga tatuada en el corazón.

9) Por lo que decís, este año hay una apuesta fuerte al humor, que no es el sello distintivo de Falta y Resto.
Sí, creo que este año logra eso: tiene mucha comicidad y además dice cosas. A lo largo de toda la actuación la murga está pegando y haciendo reír y haciendo pensar.

10) ¿Pegando a quién?
[Piensa]. Tal vez no está tan ácida como el año pasado... pero le pega a todo el mundo. Al votante frenteamplista, ese que con un mango en el bolsillo ha cambiado, le pega a los blancos, a los colorados, a la educación, a la desesperanza, a ese "no se puede hacer nada", "las viejas banderas ya no sirven", eso que uno ve en la generación de uno y un poquito más jóvenes también. Pero la muchachada no es así, la muchachada tiene ganas de luchar. Y eso me parece que es lo más rescatable de Falta y Resto este año: levantar las viejas banderas. Lo dice en la presentación. Dice Leandro, hablando de revolución: "La Falta, que se casa con el pueblo y jamás con el poder". Y eso salió de él y la verdad que es muy lindo que suceda eso, porque el gurí siente que tiene una herencia que tiene que mantener.

"En 1984 me subieron a un camello y me llevaron a hablar con la Comisión de Censura. ‘Si cambia la despedida, gana el concurso'"

11) Una mirada de alguien de 24 o 25 años que quizás es muy diferente a la que tenías vos cuando escribías a esa edad. Eso de disociar pueblo y poder: cuando vos tenías esa edad seguramente soñabas con el pueblo en el poder.
Claro, ahora es distinto: el pueblo es el pueblo y el poder es una cagada. Pero se la bancan, eso es lo que yo digo, igual mantienen la esperanza. Como decía [Carlos] Molina: la juventud tiene ese papel en el destino de la humanidad: seguir cuestionando y peleando para que todo mejore. Y es un orgullo que lo hagan mis hijos y la murga, y con suceso además, porque todo el mundo que se dirige a mí es para felicitarme por cómo está la Falta.

12) Acabás de editar un trabajo como solista y dijiste que lo hiciste porque tenías necesidad de hablar de vos. ¿Por qué en este momento?
Y... porque brotó la plantita. La necesidad de ser más íntimo. Cuando uno escribe para la murga lo hace para un colectivo, trabaja sobre promedios muchas veces o sobre denominadores comunes. Pero cuando hablás y respondés solo por vos, tenés la chance de decir lo que te parece. Tampoco es un disco demasiado revelador, es más íntimo porque hay alguna canción de amor, algún amor imposible, hay un bolero, un vals, un tango, muchos ritmos y estilos. En principio fue un berretín y poco a poco se está convirtiendo en otra fuente de trabajo, porque me acaban de contratar para ir a Argentina a presentar el disco.

13) ¿Habías cantado solo en un escenario en otras etapas de tu vida?
No, nunca. Es la primera vez en mi vida. La primera vez que canté solo se me trabó la garganta y en el cuarto tema prácticamente no pude cantar más. Fue en el parador Piedra Lisa, en Atlántida; me invitaron a cantar unas canciones para un beneficio que había.

14) ¿Qué te pasó?
No sé... me asusté. Y después me invitaron a la escuela donde va Mora, la hija de mi mujer. Invitaron a la Falta y la murga no podía, entonces fui yo. Traje al guitarrista de Juan Lacaze, al Negro Henry, y cantamos en el anfiteatro José Carbajal, el que está contra el mar, y fue maravilloso. No es lo mismo cantar solo que en grupo. El otro día sacábamos la cuenta con el Mono y yo tengo más de 12 o 13 mil actuaciones con la murga. No son 2, son 12.000. Son 34 años con mucho laburo, pero cuando te subís solo a defender lo tuyo, otras cosas pasan, otras energías, y me costó. Y en esa actuación de Piedra Lisa tomaba agua y no me pasaba. Y habríamos 20 en el parador, pero estaba yo solito ahí adelante. Es una experiencia diferente, pero de todas maneras me gusta más cantar en la murga; el coro tiene otro peso, ideológico inclusive, que un solista.

15) Repasemos un poco de historia. Te fuiste a Europa bastante joven, en época de dictadura. ¿Qué hiciste allá?
En principio cantábamos en un boliche que se llamaba El Coya, con el Choncho Lazaroff y el Flaco Ferreira. También cantó Rosario [Lazaroff], que era mi mujer en aquel momento. Después trabajé de literista en el tren Puerta del Sol, que iba de Madrid a París; me expulsaron de España por alguna vinculación con la izquierda española, época de Franco, y anduve viviendo en París y en Londres, recorrí Europa, anduve por diez países y luego me vine.

16) ¿Qué vínculo tenías con Jaime Roos en aquel momento?
Nosotros acá teníamos el Patria Libre, que estaba integrado por Jorge Lazaroff, Jorge Bonaldi, Jaime Roos y yo. Nos prohibieron dos discos y nos vamos con el Choncho para Europa, y estando allá a Jorge se le pone en la cabeza que necesitábamos que [Jaime y Bonaldi] se fueran, porque nosotros dos, con el Flaco Ferreira, estábamos medio rengos. Los convenció y se fueron. Llegaron allá y al poco tiempo a Jorge y a mí nos expulsaron. Tocamos un tiempo en ferias culturales en París, tocamos en el mismo tablado con Mercedes Sosa, estaba todo el exilio latinoamericano allá. Y después nos separamos: yo me fui por mi cuenta, el Choncho se fue por la de él, Jaime se quedó en Holanda, Bonaldi volvió a España. Y volví en el 77.

"Nosotros decimos siempre lo mismo, pero todos los años tratamos de decirlo diferente"

17) Falta y Resto debuta en el Carnaval de 1981, pero su bautismo de reconocimiento masivo creo que lo tiene con el cuplé "Murga La", de 1983.
Sí, totalmente. Ya se esbozaba antes, pero en "Murga La" hay un reconocimiento no solo de lo que estábamos diciendo, sino cómo lo estábamos diciendo. En el año 82 nos censuran toda la letra y se ve que a mí me quedó en el inconsciente eso, y un día, viniendo de Solymar, me dormí en un Copsa y soñé el cuplé. Lo soñé enterito. Un cuplé de una murga que no existe. Me bajé, llegué a mi casa y empecé: "Luego de haberlo estudiado y después de meditar...", y así, cuarteta por cuarteta, salió enterito. La idea estaba buenísima, porque una murga que no existe parece una pavada, pero no es. Al final, el cuplé dice "Los celosos de este cuento", pero el original decía "Los censores de este cuento". Pero para presentarlo a la censura lo cambié.

18) Corregime si me equivoco, pero creo que es la primera vez que un cuplé incorpora la puesta en escena y otros elementos del teatro.
Totalmente, la primera vez. Cuando el Flaco Roberto [García, el protagonista del cuplé] cae al suelo, después que yo le digo "La murga solo debe hacer reír" y le arranco el corazón, en La Teja nos gritaban: "Están todos borrachos, una murga no se puede tirar al suelo". ¿Entendés? Fijate la cabeza de ese tiempo, pero después empezó a pegar. Al principio lo habíamos sacado del repertorio, no lo íbamos a hacer. Y el Canario Luna, en la sede de Fénix, después que lo habíamos sustituido porque los murguistas decían "La gente no lo va a entender", viene y me dice: "Maestro, ¿me permite? Hay que hacer el cuplé del Flaco, el del loco que tiene la murga que no existe. Haga ese, no sea otario". Y yo no le daba pelota. La tercera vez le digo: "¿Estás seguro, Canario?". "Juegue conmigo, es así, la gente no es tonta. No se necesita saber nada para entender eso, es escuchar y nada más, y después que la gente haga las asociaciones que quiera". Fuimos a Covine 9, estaba el tablado lleno y le dije al Flaco: "¿Te animás?". "Me animo". Y lo hizo. Cuando dice "Tré" y quedamos todos quietos [el final del cuplé], quedó todo el mundo en silencio. Yo dije: "No entendieron nada". Y allá del fondo empezaron a gritar: "¡Bravo! ¡Bravo! ¡Otra! ¡Otra!". ¡Y tuvimos que cantarlo de nuevo! "Pero nos falta la despedida", decía yo. "No, no, no, de vuelta el cuplé", gritaban. Lo tuvimos que hacer de vuelta. Nunca más me pasó.

19) Al año siguiente hicieron un espectáculo que terminaba con una representación del Éxodo o la Redota, con los murguistas bajando del escenario con cañas a modo de lanzas en alto y la gente delirando en la platea. Fue ese el año en que el Carnaval fue directamente una trinchera de lucha contra la dictadura y me contaste una vez que la Comisión de Censura te dijo que si retirabas esa despedida tenías el primer premio.
Sí, nos íbamos con toda la murga embanderada, pero lo que más le calentaba a ellos era que hablábamos todo el tiempo de Artigas. Pero no lo nombrábamos, porque el reglamento prohibía expresamente nombrar símbolos patrios o héroes. Entonces hablábamos de él, pero no lo nombrábamos y no tenían de dónde agarrarnos. Al otro día de cantar en el Teatro de Verano en la primera vuelta, estábamos en el local de donde salíamos y me viene a buscar un camello [vehículo policial]. Me subieron vestido de murguista y me llevaron al Teatro de Verano a hablar con la Comisión de Censura y con el capitán Aguirre, que era el capo de Actos y Festejos, un milico metido ahí. Estaba un comisario de apellido Ruiz, que hasta hoy somos amigos a partir de ese día, después te voy a contar por qué. Yo ni lo conocía.

20) ¿Qué te plantearon?
Que no podía cantar esa canción final. "Pero, capitán, -le digo- está dentro del reglamento". "Si usted no canta esa despedida, usted gana, Castro... la murga está para ganar". Ruiz me miraba como diciendo "Decí que sí". "Vamos a hacer una cosa -le digo-. Nosotros somos una cooperativa, lo voy a hablar con los muchachos y mañana vengo y le digo si en la segunda rueda la cantamos o no". "Bueno", me dijo. Yo pensé que me iba a decir que tenía que resolver en el momento. Y de ahí me fui a hablar con Germán Araújo. Le conté todo y le dije que al otro día le iba a decir que la íbamos a seguir cantando, yo ya sabía lo que me iban a decir los muchachos. "Te aviso por las dudas, si me dejan adentro vos pateá", le dije a Germán. Todavía él me dice: "¿Estás seguro, Flaco? Mirá que te vendría bien un primer premio" [se ríe].

21) ¿Qué pasó cuando volviste al día siguiente?
Voy y estaba Ruiz en la puerta esperándome. Me preguntó qué iba a hacer y le dije que no había arreglo. "Mirá que capaz que vas en cana", me dice. "Qué voy a ir en cana por una despedida de murga", decía yo, canchereando, pero tenía flor de cagazo. "Vos sentate al lado mío", me dice, y entramos. Ahí le dije al capitán que la íbamos a seguir cantando. "No me diga eso -decía-. Mire que usted está para ganar". Piensa un poco y me dice: "Vamos a hacer una cosa: cántenla en el medio". Yo ahí pensé: "Estos milicos están muertos". "¿Cómo voy a cantar la despedida en el medio, capitán? La despedida va al final o no va. Si usted me quiere censurar yo no la canto más, pero usted me tiene que decir que no puedo cantarla". Y el tipo no me iba a decir eso después que ya la había cantado por todos lados. Entramos séptimos.

22) ¿Qué fue lo que pasó con ese comisario Ruiz para que hicieras amistad con él luego de eso?
Cuando salimos me dice: "La verdad que te felicito, nunca esperé que le fueras a decir eso. Contá conmigo de acá para adelante para lo que precises". Y hasta el día de hoy, que sigue de capo no sé dónde, sé que si tengo problemas, tengo que ir a hablar con él [se ríe].

"Las contradicciones a veces las supero y a veces las obvio, porque Falta y Resto es una cosa y Raúl Castro es otra"

23) ¿Cuál fue el mejor año de la Falta?
Pah... son muchos. De los más cercanos, el que más me gustó fue el 2007, con [el espectáculo] "Anarquía". Después me gustó mucho el 2001, cuando salimos segundos; me gustó el 2011, cuando estuvo [la rapera argentina] Malena [D'Alessio]. Más para atrás, el 92 y 93 fueron años fabulosos. El 88 y 89 sin duda, el 84 fue flor de año, el 85 en que hicimos la despedida a Elena Quinteros. De los 34, hubo 10 que para mí son top, murgones. Más allá de los premios, porque como me decía el Tucho Orta, que fue el tipo que cambió el parodismo: "Mirá, está todo bien con Los Gabys, con los parodistas, pero la murga en este país es el campeonato del mundo, porque en ningún lado del mundo la gente hace murga como acá. Ganar acá es salir campeón del mundo". Y hacer una murga que esté bien, para ganar todos los años, es imposible.

24) Mucha gente dice que la Falta no es la de antes.
Obvio que no es. Por suerte.

25) Pero eso encierra una crítica. ¿Crees vos que a la murga le falta algo que antes tenía?
Creo que tiene la libertad de los jóvenes. Al irnos el Mono y yo del plantel actual que está en Montevideo, la murga ganó. Nos hacen brillar por la ausencia. Y la murga está notable, con una sensación de frescura y de esperanza que quizás no tendría si nosotros estuviéramos arriba. Creo que sí, que la murga cambió, que siempre es mejorable lo que uno hace, pero yo diría qué expresión artística no cambió en los últimos años. Nosotros decimos siempre lo mismo, pero todos los años tratamos de decirlo diferente.

26) Uno de los cuplés más recordados de Falta y Resto es "Pepe Revolución" (1989). En esta sección, el ex ministro y letrista de murgas Álvaro García dijo que le gustaría que hicieras un día "El hijo de Pepe Revolución" o "Pepe Revolución 25 años después". ¿Nunca se te ocurrió?
[Piensa]. Sería el mismo de hace 25 años, conceptualmente. Puede ser, eh... no me niego, habría que estudiarlo. Yo qué sé... segundas partes nunca fueron buenas. Es difícil traer un personaje que además caló tan hondo en el corazón popular. Un año antes [en 1988] hicimos [el cuplé] "La gente", y Pinocho [Routin] salía con una chismosa en la mano, con un par de panes flauta y una lechuga, y él arrancaba entre la gente. Una noche lo hicimos en un tablado de Maroñas y cuando se le arriman unos botijas, él les da un pedazo de pan. Bajamos del tablado, arrancamos para la Terminal Goes -no había celulares ni nada, eh-, llegamos, bajamos de la bañadera y se arrima un pibe y pregunta: "¿Esta es la murga que reparte pan?". Esto es rigurosamente cierto, lo estoy viendo al morenito. Venían a comer, tuvimos que dejar de hacerlo, había hambre. ¿Qué te quiero decir con esto? Que sintonizamos totalmente con el sentimiento popular en ese momento. Y no es fácil.

27) Decís que la murga dice las mismas cosas que hace 30 años. ¿En qué cambiaste vos?
Soy menos machista, más de cabeza abierta, menos intransigente, trato de escuchar más, de aprender... me he dado cuenta que en realidad no sabía nada. Uno aprende todo el tiempo y del menos pensado, nunca hay que despreciar a nadie, nunca hay que creer que uno es más inteligente que los demás. Me ha enseñado la historia de la murga también a tener más humildad y más agradecimiento. Me hice menos peleador en la interna, trato de mantener en alto las banderas de la pelea de otra manera. Tuve la suerte de que por herencia o por mi manera de vivir, mi familia también agarró esas banderas. El tiempo me ha hecho más reflexivo también, cambié las expectativas cortoplacistas que tenía a los 30 años, aprendí que soy solo un vector y que la gente que piensa como vos es otro vector, y que el vector general capaz que dista mucho de ahí.

28) ¿Qué cosas te confirmó el tiempo?
Confirmó lo que yo presentía, que la murga es un género que tiene mucho para dar y para evolucionar, no solamente en el Uruguay sino en la región y en el mundo. Y confirmó sobre todo -y me llena de orgullo- una cosa que decía la Falta en el 83: "El día que no vuelva Falta y Resto habrá mil murgas formadas por la gente". Al ver la juventud que abraza el género... Cuando yo entré era un género de viejos, cascoteado, mal visto, y nosotros pusimos nuestro granito de arena para que hoy la murga sea lo que es. Antes la gente escondía en un currículum el ser murguista, hoy lo pone con orgullo.

"Yo soy un hijo de puta como somos todos"

29) ¿Hay cosas, a nivel ideológico, que hace 30 años considerabas de principios y que hoy no lo son?
Lo que pasa es que hace 30 años decíamos que luchábamos por una sociedad sin explotados ni explotadores. Habría que redefinir hoy el concepto de sociedad, el concepto de explotado y el de explotador. Habría que redefinir hoy el concepto de capitalista y diferenciarlo del de empresario, y del de dueño de los medios de producción. Ya no alcanza con leer el Manifiesto [Comunista], habría que reescribirlo. "El fantasma que recorre Europa" por ahí hoy recorre Latinoamérica y tiene otro signo que cuando Marx escribió el Manifiesto. Y por ahí el Che Guevara hoy, en lugar de hacer acciones guerrilleras, haría murgas.

30) ¿En algún momento te generó contradicciones tu carácter de empresario con lo que canta tu propia murga?
Sí, me genera contradicciones. A veces las supero y a veces las obvio, porque Falta y Resto es una cosa y Raúl Castro es otra, por más que estén emparentadísimos. Hoy eso es más obvio todavía. Pero la Falta no se mancha. Yo puedo ser publicista, pero el discurso, los haceres y los deberes de la Falta están incólumes. Después pueden criticar cómo canta Raúl Castro, lo que hace, lo que no hace o lo que dejó de hacer.

31) ¿Sentís a veces que la Falta te está criticando a vos?
Sí, trato de que lo haga, de que me cuestione y que me haga crecer. Muchas veces me escribí para mí mismo, para darme un palo. En el cuplé "El deschave" [año 1987] eso era evidente, pero terminaba diciendo: "Sin embargo, hay algo atrás de los disfraces, algo que nos lleva a seguir cantando. Una gotita de mágica vida, una sonrisa tras el decorado". Y ahí me reivindico como ser humano, porque yo soy un hijo de puta como somos todos [se ríe]. Pero atrás de todo hay un poco de vida que dice: "Si estoy acá parado, es porque me la banco. Yo me pinto la cara, pero todos saben dónde me encuentran". Y eso está bueno también, es una posibilidad que te da la murga; si no la tuviera, no podría hacer esos exorcismos anuales que son tan saludables y me dan tranquilidad de espíritu. Porque además la murga tiene algo genial, que es que va a lo barrios. No manda decir las cosas: va y las dice donde duelen. El Pitufo [Lombardo] lo definió en la película sobre Falta y Resto: "Hay un dicho en la calle: ‘La Falta es la Falta'".

32) "La Falta es la única murga, de las mal llamadas de izquierda, que nunca fue premiada por el gobierno frentista de Montevideo". Esto dijiste en una entrevista hace algún tiempo. Tengo dos preguntas sobre esta frase. La primera: ¿por qué "mal llamadas de izquierda"?
Y, porque todas las murgas son de izquierda. La postura del murguista es una postura de izquierda, estás representando al pueblo, estás hablando de justicia, de igualdad, más allá de quiénes sean los dueños o de alguna letra poco feliz, la murga es de izquierda. Un fenómeno democrático, horizontal. Yo soy el Flaco Castro, el que se pinta la cara y me saludan igual los cuidacoches o los gerentes de los bancos.

33) La otra pregunta es: ¿sentiste de verdad que la Falta ha sido perjudicada por quienes deciden sobre los espectáculos y están puestos por el gobierno frentista de Montevideo?
No, no sentí que fue perjudicada... ¡fue perjudicada! Y no fue simpática para mucha gente que está en el Gobierno comunal, por las cosas que decía y por las posturas que adoptaba. Y si revisás los diferentes Gobiernos frentistas de la Intendencia, desde el primero de Tabaré hasta ahora, ninguna de las corrientes que ha gobernado Montevideo es muy afín dentro de la izquierda con Falta y Resto. La última vez que ganamos fue con Intendencia colorada, en 1988 y 89.

34) ¿Eso significa que esas cosas -no ganar si no sos simpático con el Gobierno comunal- suceden?
Si vos me pagás a mí para que yo sea jurado y yo sé que vos sos hincha de una murga... ¿la voy a matar a esa murga? Y si la murga de la que vos sos hincha está empatando con otra y yo sé que vos sos el que va a decidir el año que viene si yo estoy de nuevo... y... le doy un puntito más a la tuya, si está bastante bien. Y esto no es fútbol, donde gana el que hace el gol; esto son decisiones de las personas y cuando las personas, como pasó en Carnaval durante 20 o 30 años, son siempre las mismas... es difícil. Si fuera por los jurados, la Falta no existiría. Ponete a ver el palmarés, como dicen los españoles, y hay otras murgas que han ganado treinta veces y no existen más.

"Si fuera por los jurados, la Falta no existiría"

35) ¿Está bien que Agarrate Catalina y Araca la Cana no hayan podido participar del Carnaval?
Nooo... no está bien. Es una ridiculez. Una ridiculez total. La Catalina acaba de venir de una gira por todo el mundo, una cosa histórica que debería estar en la primera plana de todos los diarios: un grupo uruguayo que recorre el mundo. ¡Y haciendo murga, la huella de identidad cultural que hoy tenemos para mostrar en el mundo! ¿Y no la dejan entrar en el Carnaval? Y Araca la Cana... ¡ochenta años! ¡Por respeto, muchacho! ¿Cómo no va a entrar Araca la Cana?

36) Hay quienes dicen que está bien que no estén porque hubo otras con mayores méritos en la prueba de admisión.
¡El problema es que hay prueba de admisión! Yo no estoy de acuerdo con la prueba de admisión, tiene que haber una oferta de 300 murgas y el tablado decide a cuál lleva. Y la que es nueva que me demuestre que vale y la llevo. Y a los que van a currar con el nombre, las llevo una vez y no las llevo más. Pero tampoco da para que te maten. Yo lo veo a Catusa Silva y me parte el corazón, un muchacho que estuvo toda la vida dedicado a Araca la Cana... ¿y qué no le dejen hacer Carnaval? Es algo inaudito. Si está tan mal la murga, los dueños de los tablados que le digan: "Mirá, Catusa, no te llevo, el año que viene esmerate más", pero decirle que no puede hacer Carnaval... Y no tengo nada contra el jurado de la prueba de admisión, hicieron lo que está en el reglamento, pero lo que está mal es el reglamento. No tiene que haber prueba de admisión, esto es Carnaval, es pueblo. Si no, nos vamos a volver el Festival de Viña del Mar, se van a terminar todos los tablados y va a haber un concurso millonario para la televisión y vamos a cantar dos o tres veces. ¿Eso es Carnaval? No, Carnaval son los tablados, los barrios.

37) ¿Hay envidia contra la Catalina?
En este país hay envidia contra todo el que triunfa. Contra los futbolistas, los políticos, en todo. Vos hablás con el 90 % de los políticos, incluidos los de izquierda, y al Pepe un poquito de envidia le tienen. Y a Messi... a todos lo cracks. Y estos botijas son cracks. Ahora nosotros abrimos dos murgas y hay algunos diciendo que está mal. En lugar de ver lo bueno te buscan siempre la pata equivocada.

38) ¿Qué fue lo de tu participación en las elecciones de Peñarol?
En realidad me vinieron a hablar para que hiciera la publicidad de la Lista 12, de [Edgar] Welker, y cuando empecé a trabajar vino la propuesta de ser candidato a vicepresidente. Seguro que por la posible adhesión que yo pudiera lograr como hincha de Peñarol famoso, entre comillas. Fue una experiencia maravillosa. Si la murga es popular, Peñarol es algo increíble. El otro día acompañé en auto a la murga y me metí por allá por los quemadores de basura de Felipe Cardozo. No sabía cómo salir, me voleé y había un tachero parado en una esquina con una chiquilina -se ve que estaba de trampa el hombre- y abro la ventanilla y le pregunto para salir a Avenida Italia. El hombre me mira y lo primero que me dice: "¡Vamos Peñarol, Flaco!". Salgo para donde me indica, pero llego a una esquina y no me doy cuenta para dónde tengo que agarrar. Veo a un pibe con capucha, una pinta de plancha... y le pregunto lo mismo. Se saca la capucha, me mira y dice: "¡Flaco! ¿Me firmás un autógrafo?". "¿Por la Falta?", le digo. "¡No, qué Falta, por Peñarol!".

"Es una ridiculez que Agarrate Catalina y Araca la Cana no puedan participar del Carnaval"

39) ¿Tu vocación de dirigente quedó en este intento fallido o pensás seguir?
Por ahora, no. Voy a aprovechar la sabiduría del destino, por algo me faltaron 100 votos. Hay otras cosas que tengo que hacer, me parece que estaba medio apurado para llegar ahí, hay muchachos que trabajan 20 años para ser dirigentes y yo no puedo pretender, de un día para otro, porque soy el Flaco Castro, ser dirigente de Peñarol. Yo lo había pensado para los 80, o sea que me faltan unos añitos. Si la biología me lo permite [se ríe].

40) Te iba a preguntar hasta cuándo tenés rollo, pero veo que tenés para rato.
Hasta que pueda le voy a dar. Tengo prometido por mi hija Soledad y por la hija del Mono también, que es como si fuera mi hija, que el día que empiece a pasar papelones van a subir al tablado y me van a decir "Papá, vení" [se ríe]. Los varones somos más cagones, pero las mujeres no te la dejan pasar.

Montevideo Portal | Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López
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