Contenido creado por Martín Otheguy
Ciencia

Del mar los vieron llegar

Nuevos hallazgos en Soriano dan otra perspectiva a la relación de europeos e indígenas

Las cerámicas halladas en el asentamiento europeo más antiguo encontrado en el país muestran una convivencia que no suele aparecer en las crónicas, dijo a Montevideo Portal el antropólogo Aparicio Arcaus.

31.05.2018 10:49

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2018-05-31T10:49:00-03:00
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En el 2011, un equipo de antropólogos liderado por José López Mazz encontró en Soriano restos del primer asentamiento europeo en estas tierras: el fuerte del explorador italiano Sebastián Gaboto, que llegó a estas tierras en 1527, sitio en el que se estableciera luego también el adelantado español Juan Ortiz de Zárate en 1574.

La zona en la que se encontraron los restos del fuerte es de más de cinco kilómetros cuadrados y se sitúa sobre las costas del Río San Salvador, a dos kilómetros y medio de su desembocadura en el Río Uruguay.

Recientemente, el equipo que integra el antropólogo Aparicio Arcaus, coordinador de Museos y Patrimonio en Intendencia de Soriano, realizó nuevos hallazgos que confirman algunas de las teorías esbozadas entonces por los especialistas.

Arcaus dijo a Montevideo Portal que las recientes excavaciones continúan los trabajos iniciados en 2011. Ese año se produjo el hallazgo subacuático de un lastre de una embarcación. Asociado a ese lastre se encontraban restos de contenedores para el transporte ultramarino de líquido, "con una tipología típica del siglo XVI".

"Eso nos llevó a relacionar los hallazgos con datos históricos y documentos que hacían mención a que en esa parte del río San Salvador, a dos kilómetros de la desembocadura del río Uruguay, estaba el fuerte San Salvador, que fue donde desembarcó Gaboto en 1527", dijo.

Poco después se dio un hallazgo en la parte de tierra, muy cercano al anterior, en el que se encontró una gran densidad de materiales de cerámica indígena y europea, restos líticos y dos enterramientos humanos. Comenzaron entonces algunas excavaciones para analizar el proceso de formación del sitio, que comprobaron que se estaba ante un asentamiento europeo, por la asociación de la cerámica europea con la indígena.

"Había restos de actividades domésticas y de combustión, lo que nos permite afirmar que estábamos ante un asentamiento español del siglo XVI", contó Aparicio.

Hasta ahora, en lo que refiere a presencia de europeos, esto es lo más antiguo que se ha encontrado en el territorio. "Luego viene la fundación de Villa Soriano y Colonia del Sacramento, pero saltamos ya al siglo XVII. En cuanto a la presencia del europeo es lo más temprano que hay, y coincide con las crónicas de viajeros que comenzaron a venir en esa época", señaló el investigador.

Los adelantados

Según explicó el antropólogo, aún no está del todo claro si los restos hallados corresponden a la expedición de Gaboto o a la de Ortiz de Zárate. "Hay que afinar mucho el dato para ver si los materiales corresponden a la primera ocupación o la segunda. Eso aún no está claro, pero tenemos la plena certeza de que estamos en un lugar donde se instaló la primera ocupación semipermanente europea en esa parte del territorio", señaló Arcaus.

En este caso el equipo halló objetos que confirman la convivencia indígena y europea, que es en algo en lo que los especialistas quieren profundizar. "La crónica histórica habla de indígenas interactuando con el español casi siempre en una relación de conflicto. Pero también hay otro tipo de convivencia que pasa de lo conflictivo a un intercambio de pautas culturales. Eso está bien representado en la cerámica indígena, que toma rasgos europeos para producir sus elementos", contó Arcaus.

Puso como ejemplo una de las piezas halladas, un fragmento de una vasija indígena que tiene incorporada el asa, que no era un elemento que usaran. "El asa la toman de la cerámica europea. Eso da la pauta que en ese momento no todo fue conflicto. Hubo espacio para el intercambio cultural, lo que hace interesante este lugar", señaló.

Dado el hallazgo de esa pieza, el equipo quiso profundizar en esa línea, que "es lo que se va confirmando con las últimas excavaciones". "En esta última intervención hay mucho registro, en el mismo piso de ocupación, de cerámica europea con indígena, en especial guaraní", agregó.

Eso, dice el antropólogo, afina también el dato de las parcialidades que convivieron con el europeo. "Los conflictos se daban más con la parcialidad charrúa y la chaná, y los momentos de intercambio más amistosos eran con los guaraníes de la zona", explicó.

Arcaus aclaró que no hay restos edilicios, ya que en estas ocupaciones las construcciones eran muy precarias. "Hablamos de ranchos de palo con techos de paja, construcciones livianas, seguramente alguna empalizada de defensa. Solo hay huellas de agujeros de poste en el suelo para la construcción de un rancho e intentamos ver dónde podrían haber estado las posibles empalizadas de defensas", aclaró. Tras hacer una pausa en invierno, el equipo seguirá escarbando literal y figuradamente en la historia del lugar para confirmar algunas de estas hipótesis y establecer con claridad a qué ocupación pertenecen los restos.