A rodar mi amor

Cuando el balón entra en la red es el momento sublime de todo partido de fútbol. Durante los Mundiales las pelotas han cambiado, mejorando la tecnología y así llenar de más instantes de alegrías los partidos. Mira las redondas que han participado, desde 1930 hasta la Brazuca de Brasil 2014.

Brazuca. Foto: EFE archivo

Si observamos aquellos esféricos con las que se jugó el campeonato de 1930 y la comparamos con la Jabulani o la más reciente, Brazuka, nos damos cuenta de esos cambios abismales.

Los balompiés, como se los conocía, fueron mejorando a medida que los intereses y la ciencia cambiaron y avanzaron. Cuanta mayor cantidad de goles tiene un partido, o una Copa Mundial es más reeditable. Como resultado;  los delanteros fueron los beneficiados por esta combinación de factores y por el contrario, los arqueros los que más los sufrieron.

El primero fue para el campeonato del 30’. Para ese torneo el balón fue de industria argentina, pero en la fina sucedió un hecho curioso; los finalistas, Uruguay y Argentina, querían jugar cada uno con su pelota. Langenus, quien era el árbitro, decidió que se jugara con un balón diferente para cada tiempo. El primer tiempo lo ganaron los albicelestes 2 a 0. EL partido terminó con un 4 a 2 a favor de los celestes.

Adidas y FIFA hicieron su primera pelota para México 1970. Desde ese campeonato la marca alemana sigue hasta el día de hoy fabricando de forma ininterrumpida los “ball”. Además, México sirvió de experimento para introducirle al esférico un nombre. Telstar fue su nombre, telstar era un pequeño satélite enviado al espacio desde La Florida en 1962.

	Pelota de cuero con la boquita cosida a tiento. Un clásico en las primeras décadas del Siglo XX. La particularidad en el Mundial de 1930, fue que en la final se jugó un tiempo con cada pelota. La de la imagen corresponde a la Argentina, protagonista del primer tiempo.
	Para la segunda mitad, hubo cambio de pelota y ganó Uruguay 4-2 con su balón. Como los equipos no se ponían de acuerdo y ninguno quería ceder, el árbitro belga Jean Langenus, realizó un sorteo y se jugaron los primeros 45' con el esférico argentino y los segundos con el uruguayo.
	El modelo Federale 102 se hizo presente en la mayoría de los encuentros del torneo en Italia 1934, ganado por los dueños de casa con fallos dudosos a su favor y un enrarecido clima político que no admitía otro resultado que no fuera ganar. Il Duce, agradecido.
	El modelo Allen requería mucha valentía para saltar a cabecear. Seguramente, los arqueros que la padecieron en Francia 1938 no se quejaron como los de la actualidad, por considerarla "liviana". En el último Mundial previo a la Segunda Guerra Mundial, otra vez festejó Italia.
	Junto al maracanazo en 1950, debutó el modelo Super Duplo T, cuya innovación era la válvula para inflar la cámara de aire, con un tamaño menor y un peso considerablemente inferior. Por un instante, descansó bajo el brazo de Obdulio Varela para luego, ser impactada por Alcides Ghiggia y protagonizar uno de los goles más recordados de la historia.
	Cambia la forma de los gajos y la FIFA por primera vez controla el tamaño y el peso de los balones. Igualmente, en 1954 seguía siendo cuero puro, y un partido bajo la lluvia como la final entre Alemania y Hungría, hacían que varios dudaran antes de ir a buscar el cabezazo. Los teutones fueron más valientes y se impusieron 3-2.
	La Top Star tuvo una bienvenida inmejorable. Un tal Pelé la hizo dormirse en su pecho y la mimó a más no poder durante la Copa Mundial de 1958, que obviamente se quedaron los norteños. Fue elegida por FIFA como su modelo oficial luego de testear cientos de pelotas.
	La Mr Crack con la que se jugó el Mundial de Chile 1962, mezcló gajos cuadrangulares y hexagonales. Sin Pelé pero con Garrincha a pleno, los norteños repetían el logro de Stockolmo.
	La Challenge 4-Star cambió el color de los balones y de a poco se asemejaba a los balones modernos. Su pique en la línea del arco del guardameta alemán en la final ante Inglaterra, fue motivo de años de polémica. Con un gol que no fue, igual festejaron los ingleses.
	La marca alemana Adidas llega para no irse. La Telstar Durlast con gajos hexagonales, válvula pequeña y cámara de aire, marcó el camino a los balones que le precedieron. Con su aparición, se despidió a la Copa Jules Rimet, obtenida en propiedad por el Brasil de Pelé, que también decía adiós.
	Mismo modelo con distinta inscripción, la Telstar se mantuvo vigente en 1974, vio nacer a la Naranja Mecánica y junto a ella su caída en la definición. Por las dudas, el árbitro uruguayo Ramón Barreto se la quedó en la final que fue victoria alemana por 2-1.
	La Tango marcó una época y se asemeja demasiado a los balones de la actualidad. Manteniendo gajos hexagonales, su nombre surgió como homenaje al país que le dio cobijo y que festejó con ella en el fondo del arco en 1978. Mario Kempes guió al seleccionado argentino hasta su primera consagración mundial.
	Con cobertura impermeabilizante y el mismo nombre, la Tango España era un lujito para la época en que Paolo Rossi e Italia gritaban campeón, en 1982.
	La Azteca marcó una nueva época en la historia de los balones. Por primera vez se sustituyó al cuero por sintético, y progresivamente empezaron a surgir pelotas más livianas. Así como a la Telstar la recibió Pelé, la Azteca es recordada junto al pie izquierdo de Maradona, quien se la adueñó y llevó a Argentina a lo más alto.
	La Etrusco de Italia 1990 fue testigo del Mundial con menos goles y peor jugado que se recuerde. Brillaron Klinsmann y Matthaus, por lo que Alemania con poquito, venció a Argentina en la final. Además, el balón se utilizó en la Eurocopa y los Juegos Olímpicos dos años más tarde. Como novedad, introdujo el poliuretano en los esféricos.
	La Questra con la que se jugó en Estados Unidos fue más de lo mismo, y quien la trató mejor fue Romario para que Brasil obtuviera la cuarta estrella de su escudo. Diseños basados en ella, sirvieron para 1996 con motivo de la Eurocopa y los Juegos Olímpicos: la Questra Europa y Olympia rspectivamente.
	La Adidas Tricolore homenajeó los colores de la bandera del dueño de casa, que en definitiva fue el campeón. Uno de los balones más bellos que tuvo la Copa del Mundo, dejó de ser fabricado en Europa para nacer en los talleres de Pakistán, Marruecos y Tailandia. Zinedine Zidane lo recuerda bien, pues lo cabeceó dos veces para derrotar a Brasil en la final de 1998.
	La Fevernova y su color dorado empezó a recibir las mismas críticas que hoy sufre la Jabulani, a pesar de haber sido un avance equiparable al de la Tango en 1978. A pesar de tener el mismo peso que la Tricolore, los futbolistas que la impactaron en 2002 la consideraron demasiado liviana. A nadie le gustó, salvo a Brasil, claro, que con 8 goles de Ronaldo gritó "Pentacampeón".
	La Teamgeist dijo adiós definitivamente a los gajos con seis caras. Compuesto por 14 paneles curvos, se trató de un octaedro truncado. También se despidió el hilo que cosía las caras, que pasaron a estar unidas en el Mundial que le dio su cuarto título a Italia.
	La más perfecta de la historia según sus fabricantes, es la más resistida por los futbolistas. Con ella se jugó todo el Clausura argentino, sin embargo nadie chistó. No es más liviana ni más chica, pues pesa 440 gramos cuando el standard FIFA oscila entre 396 y 453. Además, su circunferencia es de 69 centímetros, comprendidos entre los 68,5 y 69,5 que permite el ente rector del fútbol mundial.

La procedente de la Jabulani es Brazuka, nombre que significa brasileño y marca el estilo de vida norteño. Tiene nuevos elementos tecnológicos, por ejemplo, posee seis paneles idénticos. Esta modificación asegura mejor adherencia, toque, estabilidad y aerodinámica, más aún que la Jabulani. Los colores y diseño de esta pelota simbolizan las pulseras que llevan puestas los norteños cuando formulan un deseo.

Montevideo Portal