Por Ricardo Piñeyrúa
Nos hicieron uruguayos
03.07.2010 15:04
Fue una victoria épica, de esas que reconstruiremos en nuestras charlas y nunca vamos a olvidar.
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Ese penal de Suárez que terminó siendo un gol más, la pelota en palo, las atajadas de Muslera y la picada del "Loco Abreu", que está tocado por la varita mágica, esa que le hace estar en los momentos culminantes y definir cosas importantes, clasificarnos al mundial ante Costa Rica, ponernos entre los cuatro mejores del Mundial.
Y en realidad fue justa, porque jugamos igual que ellos, pudimos ganar antes y pudimos perder más tarde, lo tuvimos en los pies de Suárez cuando dominamos y lo salvamos en las manos de Muslera cuando nos dominaron.
Pero en este tipo de partidos se siente la fortaleza de un equipo, de un grupo humano, cuando es capaz de sacar fuerzas de la adversidad, por primera vez íbamos perdiendo en el Mundial y apareció el talento de Forlán para que siguiéramos en carrera.
Cuando se nos caía el mundo arriba, Suárez metió la mano, y eso también es compromiso, convicción de estar allí en la raya para defender cuando no quedaban fuerzas, intuición para decidir en una fracción de segundo y jugar la carta del colectivo sobre la individual. Eso fue compromiso con sus compañeros, su equipo su gente.
Y como tantas veces dijo el Profe De León, en el fútbol para alcanzar algo se necesita una dosis de suerte, y esta vez nos acompañó, la que tantas veces nos abandonó cuando jugamos bien y perdimos, cuando el palo le dijo no a Pablo García y no llegamos a la final de la Copa América.
Los uruguayos derrotaron a Ghana y al sueño africano de estar en la definición del Mundial. Los uruguayos ganaron el Grupo donde estaban los vicecampeones del mundo y el local, los uruguayos dejaron por el camino a los mejores de Asia, los uruguayos... ¿que tienen estos uruguayos que son capaces de codearse con los gigantes del mundo desde el pequeño país del sur?
Tienen, tenemos una cultura de fútbol, de empeño y técnica, de esfuerzo y talento táctico, de aspirar a ser alguien en algo que nos permite ser alguien.
En este juego apasionante que es el fútbol, tan complejo pero tan democrático, aun se puede creer en David, pero para eso es necesario gritar ¡Fuenteovejuna! cuando nos pregunten quien mató al Comendador.
Esta selección tiene eso, nos hizo a todos ser Uruguay ante un mundo azorado que nos mira y no entiende.
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