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Fotos: EFE  Fecha y hora: 26/06/10 - 11:00 | Campeonato: Mundial Sudáfrica / Octavos de Final
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Poco interesa que Uruguay haya jugado su peor partido en lo que va del Mundial. De nada sirve lamentarse por el penal no cobrado por el pésimo juez alemán sobre el cierre del primer tiempo. Lo que importa es festejar el mejor momento de la selección uruguaya en 40 años, y estremecerse al grito de “¡Uruguay noma’!”. Siempre se dice que la mejor variante táctica en un partido de fútbol es el gol, y vaya si lo fue en este primer encuentro de octavos de final. El partido pudo tomar otro rumbo a los 4’, cuando Chu Young Park ejecutó un tiro libre y su remate dio en el caño derecho del hombre récord Fernando Muslera. Sin embargo, tres minutos más tarde la suerte estuvo del lado de Uruguay y le permitió abrir el score para controlar el primer tiempo y realizar el juego que más le favorece: de contragolpe. Edinson Cavani inició la maniobra por el medio y buscó a Forlán abierto por la izquierda, quien controló el balón, buscó el espacio y lanzó un centro sin mayores pretensiones, que se convirtió en asistencia perfecta cuando la defensa surcoreana lo desestimó. Toda la retaguardia asiática miró pasar el envío bajo de izquierda a derecha, el arquero Sung Ryong no llegó a cortar, y Luis Suárez, el único despierto con todo su olfato goleador, se relamía para abrir el score. Tres millones de gargantas explotaron con el toque corto del salteño, que ponía en marcha un partido nuevo, en el que Uruguay se replegó unos metros y entregó la iniciativa por momentos. Más allá de esperar en el fondo, los dirigidos por Oscar Washington Tabárez presionaron la salida en campo rival, y generaron algunas pérdidas que luego no pudieron ser capitalizadas por la falta de precisión en el último pase. Los coreanos, teniendo su máxima figura (Ji Sung Park) por el sector izquierdo, intentaron progresar por la derecha con las subidas del número 22, Du Ri Cha, quien buscó combinarse con el hombre más peligroso del ataque, el 10 Chu Young Park. Sí, el mismo del tiro libre en el palo, que a los 31’ sacó un zurdazo desde afuera del área que se fue medio metro desviado. Justamente, los disparos a media distancia fueron el arma predilecta de un equipo que, de no ser por el escaso criterio del alemán Wolfgang Stark, pudo irse al descanso 2-0 abajo. El árbitro omitió un claro penal a favor de Uruguay cuando corrían 43 minutos, tras un remate de Maximiliano Pereira que fue interceptado con intención por el brazo izquierdo de Sung Yueng Ki. Con la polémica instalada en esa jugada, que de polémica tiene poco y de clara mucho, se terminó el primer tiempo. Ya para el complemento, los asiáticos controlaron el partido y merecieron empatarlo antes. Recién a los 22’ se rompió el invicto de Fernando Muslera, que alcanzó 337 minutos y superó la marca de Ladislao Mazurckiewicz. Un centro sobre el área celeste fue despejado a medias por Mauricio Victorino, el balón tomó elevación y Chung Yong Lee madrugó a Lugano en el salto para establecer la igualdad. Uruguay había entregado el terreno, la iniciativa y la pelota, armando dos líneas de cuatro con Cavani de volante. En esa posición arrancó el compromiso y se afianzó cuando el equipo apostó al contragolpe. El conjunto de Tabárez estaba demasiado replegado atrás, y la sensación era que, con el gol, Corea seguía de largo. Sin embargo, el Maestro mandó a la cancha a Nicolás Lodeiro por un extenuado Palito Pereira y buscó el segundo gol. Cuesta entender por qué esperó recibir un tanto para salir de su área, pero poco importa a esta altura. Con el talento de los atacantes y el exceso de clara y yema de Diego Pérez, la celeste se fue arriba y a diez minutos del final logró la ventaja definitiva. Córner forzado por el Ruso, centro de Forlán, y Suárez… tal como se le reclamó en más de una ocasión, dibujó una de esas jugadas individuales que suele realizar a la perfección en Holanda. Esta vez con la celeste. Esta vez en el momento más caliente del Mundial. El salteño hamacó el cuerpo, desairó a dos marcadores y metió un derechazo perfecto. Con efecto. Lejos del alcance del arquero. Si las gargantas orientales ya estaban roncas, más aún después del poema de Luisito. De allí en más, a defender. Y en ese momento se multiplicó Diego Pérez, quien no pareció sentir el cansancio, ni la superioridad física coreana, ni el mal estado de la cancha, ni la lluvia. Nada. Conmovedor el despliegue de un volante que dejó todo y un poco más en el terreno de juego. Claro que como buenos uruguayos, hubo que sufrir un poco. Los corazones se paralizaron cuando a los 86’ Lugano sacó una pelota en la línea del arco. Ya no hubo tiempo para más nada. Faltó control de pelota, faltó volumen de juego, hubo fallas en defensa y el rival fue superior. Todo para corregir. Habrá tiempo hasta el viernes. Ahora, mientras el Maestro trabaja en eso, tres millones de almas festejan, porque después de 40 años, Uruguay es uno de los ocho mejores del mundo. Montevideo Portal |
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Uruguay
21Fernando Muslera4Jorge Fucile2Diego Lugano16Maximiliano Pereira3Diego Godín |
Corea del Sur
118Jung Sung Ryong22Cha Du Ri |
