Brasil y Portugal salieron a jugar un partido que en lo previo, parecía de guante blanco, pero en los hechos, fue de hacha y tiza.
Lejos de mostrar una técnica acorde a las figuras que pisaron la cancha, el espectáculo estuvo marcado por el juego brusco y las constantes amonestaciones, todas bien decretadas por el árbitro mexicano Benito Archundia.
Cuando se acordaron de jugar al fútbol, fue un poco más Brasil, con una interesante dupla formada por Dani Alves y Maicon por la derecha. Justamente por ese sector se generó lo mejor de la ofensiva norteña.
Maicon fue hasta el fondo y no encontró un buen cabezazo de Luis Fabiano, y antes, por el otro lado, el mismo Luis Fabiano cambió de rol y asistió a Nilmar, quien conectó un remate que dio en el caño del arco defendido por Eduardo.
¿Portugal? Muy poquito, o más bien nada. Cristiano Ronaldo tomó una posición más central que de costumbre y tuvo que ir al choque en desventaja física con Lucio y Juan. Su trabajo fue tan intrascendente como lo que hicieron Dani y Coentrao por los costados.
Las noticias de los goles de Costa de Marfil ante Corea del Norte llegaron a oídos del entrenador Carlos Queiroz, que por momentos pareció conforme con el empate.
Si bien en el complemento intentó ser más profundo en ataque colocando a Simao por Duda y retrasando a Coentrao al lateral, poco cambió. Lo más claro lo forzó Cristiano Ronaldo apilando hombres y habilitando a Meireles, cuyo remate desde el área chica fue desviado al córner por Julio César.
Mientras las patadas seguían adueñándose del juego, Brasil se convencía que el 0-0 estaba bien y no hizo demasiado por modificarlo. Nilmar se perdió su gran oportunidad de ganarse un lugar en el equipo titular, y seguramente tendrá pocos minutos en lo que resta del Mundial, salvo que Kaká vuelva a ser expulsado o sufra alguna lesión.
El pitazo final de Archundia terminó con el aburrimiento del grupo G, y dejó a Brasil primero con siete unidades y Portugal con cinco, y sin goles en contra.
Montevideo Portal