Nacional derrotó a Liverpool 1-0 en el Centenario y se consagró campeón del Torneo Apertura. En un partido parejo, mal jugado y en el que el nerviosismo le ganaba al equipo tricolor, apareció Álvaro Recoba a los 78’ para darle el título con un zurdazo desde el borde del área.

Fue un laburo Chino para Nacional, y un Chino le sacó las castañas del fuego. No jugaba a nada, le costaba llegar con claridad sobre el arco de un rival que se le plantó bien atrás, y las noticias de los goles de Danubio le metían más presión. Fue, tal vez, uno de los triunfos en los que peor jugó el elenco que dirige Marcelo Gallardo, pero a su vez el más festejado. Poco le importó al hincha que se fue pipón del Centenario, festejando un título ganado de arremetida y sobre el cierre.

El bolso salió a jugar con el marco y la tabla de posiciones a favor. Sus hinchas llenaron el Centenario con la fiesta preparada y el equipo mostró su ambición ya a los 50 segundos. Presionó arriba, Núñez desbordó por derecha y Medina por el medio cabeceó desviado. Puro vértigo buscó Gallardo con Vecino de enganche, Viudez y Renato César abiertos, pero por momentos confundió velocidad con apuro.

De a poco, los hombres de ofensiva empezaron a caer en imprecisiones, errando pases y sin poder entrarle a una defensa bien parada. Juan Álvez fue el más sólido del fondo negriazul, y por la izquierda se hizo fuerte Antonio Fernández. Del otro lado, cuando empezó a tocar por abajo el conjunto de Antúnez, Alexis Rolín apareció con su habitual agresividad para anticipar y desbaratar los avances encabezados por Figueredo.

Alfaro complicó con su movilidad, pero se olvidaron de buscarlo por el sector derecho, donde Placente casi no tuvo dificultades en la marca. Recién a los 33’ llegó la primera ocasión clara de un somnífero primer tiempo. Viudez desbordó por izquierda, tocó a Medina y el Cacique asistió atrás a Placente, pero el remate de derecha del argentino fue bien contenido por Matías Castro, el meta que cuatro minutos después tuvo que salir por lesión.

Tras un pase atrás de Antonio Fernández, el guardameta se desgarró solo queriendo rechazar el balón con el botín izquierdo. Con su salida y el ingreso del juvenil Guillermo De Amores, se cerraba un flojo primer tiempo en el que apenas volvió a aproximarse el tricolor a través de un tiro de esquina cabeceado por Medina. Muestra de lo poco que generó el albo en la etapa inicial, fue que para el complemento Gallardo mandó a la cancha a Recoba por Vecino y Gonzalo Bueno por Renato César.

Con un arquero de 18 años a su frente, tardó 29 minutos en rematar al arco Nacional. Estuvo cerca con un centro del Chino que peinó Boghossian, y en un entrevero en el área casi anota Calzada, pero la sacó de la línea Juan Álvez, de excelente partido. En esa acción, se dio el segundo penal no pitado por Roberto Silvera. Pablo Pereira le puso el codo en la cara a Medina, no para golpearlo, sino para no dejarlo saltar, y poco antes Placente bajó a Alfaro en el área luego de una serie de rebotes.

Los minutos se consumían, Liverpool empezaba a encontrar espacios de contragolpe, la retaguardia de Nacional no lucía tan sólida y el nerviosismo le ganaba a los de arriba. Salvo a uno. Recoba probó a De Amores a los 29’ con un zurdazo de afuera del área, y cuatro minutos después desató la locura Nacional. Recibió de Boghossian, se sacó un hombre de encima y desde el borde del área, con el guante que tiene en el pie izquierdo, acomodó el esférico abajo contra un palo.

Inatajable para De Amores e irreversible para el equipo de Antúnez. Explotaron 40.000 gargantas en el Centenario, en un partido que resultó un laburo Chino y significó una merecida vuelta olímpica.

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