VERSIÓN PARA IMPRIMIR | 28.10.2004 |
- ¿De qué se trata "La tinta invisible"? Es un thriller político de una persona que se cree desaparecida pero que ha logrado, por un milagro, sobrevivir y cambia de identidad. Un día la vuelve a buscar. Ésa es una primera interpretación. La otra es como decía un anuncio que publiqué: "fulanito
el francés vuelve de la muerte", y se refiere a cómo lo ven
los que lo tienen por desaparecido. Surge de la nada con otra identidad, otra
vida hecha, ante el asombro, la alegría, el estupor y a veces ante la
ira de los que lo creían muerto. - ¿Qué lo motivó a escribir esta historia? Un sueño, el deseo de que sea cierto, el deseo de que haya alguno que
aparezca. Uno se entrega a veces a ciertas fantasías y para eso está
la ficción. Después la fantasía toma vida propia y sigue
desarrollándose, y se encuentra con problemas, porque una novela tiene
que tener una coherencia. Esta novela fue escrita enteramente en Montevideo, después de mi retorno,
porque yo soy un retornante, no desaparecido, pero para mucha gente estuve desaparecido.
Había salido del mapa de las personas existentes. Hay una canción
de Leo Maslíah que dice que si te vas, es como si hubieras muerto. Y
eso es muy así, muy cierto. Yo creo que soy muy explícito, pero al mismo tiempo no quise o no me salió hacer del personaje una víctima. Al personaje le pasan cosas y trata de sobrevivir, las enfrenta pero le pasan cosas muy duras, y eso sí está dicho. No me pareció necesario, no me salió, ni me gustó extenderme. Cada palabra lleva toda la carga de su significado. Cuando yo digo"la picana" se sabe lo que es la picana, alcanza con eso, no es necesario hacer una descripción física de cómo la electricidad recorre los músculos y produce dolor. No precisamos hacer ninguna descripción detallada, eso que lo hagan los médicos o las organizaciones en defensa de los derechos humanos. Desgraciadamente los lectores contemporáneos saben lo que es la picana, no vale la pena extenderse.
Eso es muy difícil decirlo, pero contribuyó a la formación
de mi espíritu que es lo mismo, no soy ni de lejos un caso raro, hay
muchos escritores que vienen del horizonte de las ciencias exactas. - ¿Qué escritores "lo acompañan" cuando escribe? Mirá, te voy a decir un nombre, que es poco conocido en Uruguay, se
llama Beppe Fenoglio es un escritor piamontés que escribió "Primavera
di belleza", me gustó mucho por la manera de narrar la experiencia
de la resistencia.
A medida que uno crece la palabra juventud va cambiando de significado, hace falta más jóvenes, los jóvenes no se meten mucho en política. Yo quisiera relacionarme con ellos a través de los libros, me gustaría ser leído, que mis libros los compraran muchos jóvenes entre 20 y 40 años. Esa es la gente para la que escribo, ese fue el salto. Antes escribía para mi, y un día empecé a hacerlo para un público y cambié completamente la modalidad. - Usted habla de la identidad y de fragmentación de la misma. ¿Cuáles cree que son los dispositivos de fragmentación identitaria de estos tiempos? Un factor de fragmentación ahora es el fanatismo religioso. Se siente
menos en Uruguay, pero los tipos que tiene una revelación religiosa creen
que nacieron de nuevo. Eso es flagrante, están hablando de un cambio
de identidad, ya no son más los mismos. Hoy estamos viviendo cosas durísimas. Para darle identidad al Uruguay
hay que verlo más allá de la dictadura, no hay que idealizar al
Uruguay de antes del período de facto. También se nos fragmenta la identidad porque no nos acordamos de dónde
venimos. No reconocemos que hemos cambiado, mutar significa seguir siendo el
mismo. Debemos asumir esos cambios como tales. Para eso hay que saber lo que
pensábamos antes. Yo lo necesito pensar de esa manera y por eso escribo
en dos planos temporales. Francisco Chopo, -el personaje de la novela- es la
misma persona, con identidad quebrada. Hay que encontrarse y uno no se encuentra
solamente con una cédula de identidad, se encuentra con todo un conjunto
de relaciones y de pensamientos. |
Montevideo Portal | Pablo Méndez
@pablomendezmvd