Contenido creado por Lorena Zeballos
Entrevistas

De lo que no se habla

Santiago Roncagliolo: “Todo el mundo está vetando los contenidos que no le gustan”

“Esta no es tanto una novela sobre los abusos como una novela sobre los silencios, sobre la complicidad del silencio en que se refugia el abuso”, dice el autor sobre “Y líbranos del mal”, su nuevo libro.

10.07.2021 09:02

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2021-07-10T09:02:00-03:00
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Por María Noel Domínguez


Y líbranos del mal de Santiago Roncagliolo ya tuvo que batallar la censura ya que varias librerías se negaron inicialmente a su venta.


Roncagliolo no disfruta las polémicas que generan sus publicaciones, pero argumenta es que parte de la temática que se incluye en ellas. Cuando presentó El amante uruguayo en Montevideo, tuvo que enfrentarse a las críticas tras describir allí el romance entre Federico García Lorca y el escritor Enrique Amorim, sugiriendo que los restos de Lorca podrían estar enterrados en nuestro país.


Con Y líbranos del mal se mete en un caso real de su Perú natal vinculado fundamentalmente a los abusos dentro de un grupo religioso. Pero de eso no se trata la novela, como concluyó el propio autor.

 

El libro ya viene con toda la polémica de la censura a cuestas...

Siempre me pasa. En Uruguay ya tuvimos lío hace un tiempo. Soy peruano, pero crecí en México, ahora llevo mucho tiempo viviendo en Madrid y en Barcelona y tengo esta mirada de extranjero es que no sabes qué es lo que no hay que decir. Hay como tabúes en las sociedades, que son sin dudas los temas más interesantes de los libros... las cosas de las que no se hablan. Pero no es mi intención crear esas reacciones, cuando se crean es cuando entiendo por qué no se habla. Justamente cuando hay un tema de que gente poderosa no quiere que hables, ese es un buen tema para escribir un libro.


Entonces, cuando empezaste a escribir la novela, ¿eras consciente de que podría generar tanta polémica?

Creo que no somos conscientes de todos los vetos que hay a lo que podemos leer y ver. Hay librerías que vetan según los temas y en particular temas de diversidad sexual, de abuso sexual... todo lo que no sea sexo fuera del matrimonio se veta mucho.

Pero también hay algoritmos: algunos de los periodistas con los que he estado me dicen "vamos a empezar hablando de otra cosa, porque si el algoritmo detecta este tema, va a reducir la visibilidad de la nota".

Esto viene de la derecha y viene de la izquierda también. Todo el mundo está vetando los contenidos que no le gustan. Se está imponiendo como natural en la sociedad que los contenidos que no le gusten a un grupo no se comuniquen, no se transmitan, no se difundan.


Todo eso exacerbado por las redes sociales...

Si, creo que cada vez nos cuesta más entendernos y creo que para eso sirven las novelas. A diferencia de una columna de opinión, que es para discutir, una historia te pone en los zapatos de alguien que no eres. Y justamente ponerte en los zapatos de gente que no eres es lo que más hace falta en esta sociedad. De hecho, uno de los personajes que hace cosas terribles en mi novela que es Sebastián y también es una víctima. Eso me interesa. Creo que los libros te pueden dar una comprensión de la complejidad de la realidad, aunque sean historias de ficción.


¿Cómo llegan a vos este tema de los abusos?

Estaba muy cerca de mí, de mi familia, de mis amigos. Un caso de abuso en una congregación en Perú. Y cuando esos abusos se hicieron públicos me sorprendió cuánto tiempo llevaban ocurriendo y a cuánta gente, sin que nadie hablase de eso.

Después descubrí que incluso había gente que había sufrido abusos sin saber que eran abusos. Creían que eran algunas formas de ejercicio espiritual o de yoga oriental. Me pareció impresionante cómo ante el horror nos refugiamos en el silencio. Y no solamente se refugian en el silencio los que estaban en la congregación, sino los de los colegios que mandaron a chicos a esa congregación, las familias que los pusieron en esos colegios, etc. Es tan burdo pensar que algo así podría estar ocurriendo que callamos.

Para mí esta no es tanto una novela sobre los abusos como una novela sobre los silencios, sobre la complicidad del silencio en que se refugia el abuso.

 

Ese silencio puede ser un recurso para sobrevivir, por lo menos en los personajes de la novela.

Yo pensé hablar de esta familia con tres relaciones diferentes respecto a sus secretos familiares. Está Sebastián que ha puesto tierra de por medio y ha decidido que eso nunca pasó y lo ha borrado de su vida.
Luego está su madre que es la que se queda a vivir con esos secretos y le explotan constantemente en la cara, vive en una cristalería donde hay un elefante, tratando de agarrar los platos y los vasos conforme se van cayendo al suelo.

Y luego está Jimmy, que no sabe nada, que no estuvo allí, que no es culpable de nada, pero que está incompleto, porque hay una parte de la historia de su padre que él mismo no conoce. Y empieza a averiguarlo porque de él depende destapar las cosas y necesita saber ya no solamente quién es su padre, sino quién es él mismo.

Estas son las tres diferentes maneras de actuar ante el horror: sobrellevarlo, huir de él o buscarlo. Pero de tu pasado no escapas, lo llevas dentro y puedes escoger afrontarlo o no.

 

¿Cómo fue el proceso de acercarte a esa verdad y después seleccionar hasta dónde se escribe y hasta dónde se sugiere?

El principal reto con un tema tan escabroso es no ser repugnante y no ser amarillista. Entonces si te fijas bien el propio Jimmy hay muchas cosas que no termina de saber. Va dando vueltas alrededor de la bestia, pero nunca la ve entera. Le van abriendo ventanitas y rendijas por las cuales se asoma y con él, lo hace el lector. Y el lector va adivinando qué hay detrás de las puertas. Traté de resolverlo con un juego que le permite al lector formar parte. Y no todos los lectores sacan las mismas conclusiones. Por ejemplo, un lector me dijo "al final lo que Jimmy encuentra es una historia de amor". Y es una historia de amor que en cualquier otro sitio podría haber sido normal, incluso irrelevante para sus protagonistas, pero ocurre en el infierno.


Cierto, hay algunos personajes que presentan matices ante tanta monstruosidad.

Es que es una constante de mi trabajo explorar a los monstruos, buscar la humanidad de los monstruos. Y en este caso hay algo que me impactaba mucho de la historia de esta novela que es que los victimarios, los abusadores, son gente que dice que te quiere. Y su víctima cree ser querida. Entonces se alimenta de algo tan humano, tan básico y tan bueno como la necesidad de amor. Solo que se convierte en una enfermedad. Si no eres capaz que reconocer el amor lo confundes con cualquier cosa.


Eso sucede con las relaciones tóxicas, que en la novela está agravado por el peso de la iglesia.

Las organizaciones religiosas como la de la novela suelen captar a chicos que necesitan un padre. Son adolescentes cuyas figuras paternas, con gran frecuencia, son inestables y encuentran en esta congregación un padre, unos hermanos y una misión.

En particular la de la novela que está inspirada en un caso real, tiene una retórica tomada de La Falange, de Primo de Rivera y del anticomunismo militante de los años 30 en España. Sienten que son también soldados que tienen que luchar y que tienen un sentido para su vida. Pocas instituciones como la iglesia pueden darte esto.

En el caso de estos personajes se suma algo, es que cuando tú crees que alguien habla en nombre de Dios, le das un poder que no tiene nadie más. No puedes aceptar que te está mintiendo, no puedes aceptar que te está traicionando. Además al ser una estructura tan grande y tan extendida, los abusados son ascendidos para que estén callados y tranquilos, con lo cual empiezan a repetir los patrones que han recibido. Todo se va extendiendo y sistematizando como es muy difícil que ocurra en cualquier otra institución.


¿Te parece que con el manejo de información que tenemos actualmente ese tipo de abusos se podrían repetir?

Pero tiene que haber información. Para eso escribes los libros, para que se hable de estas cosas y para que no barran bajo la alfombra.

Mis hijos van a un colegio medio religioso y hace poco estábamos conversando con otros padres que el sacramento de la confesión ha sido eliminado de cualquier instancia y nadie se ha quejado.

La iglesia está sintiendo el golpe y el descrédito brutal que eso significa y lo ha hecho porque el resto de la sociedad ha empezado a hablar. Estas cosas ocurriendo durante siglos, simplemente la sociedad no las reprobó. En mi colegio había un cura que nos manoseaba y no era un secreto. Lo que cambió fue que se empezó a hablar y se le empezó a poner nombre a las cosas y esto es lo que tenemos que seguir haciendo... si dejamos de hacerlo, volverá a ser posible.


¿Cuál fue la devolución de los protagonistas después que vieron el libro publicado?

Ha habido un abogado de víctimas que me llamó porque quiere usar el libro, ya que encontraba una manera de hacer visibles los casos.

Pero también, cuando haces una ficción, no quieres contar la historia real, por eso es una novela. Pero estás usando partes de historias reales. Y gente cuyos pedazos de historias he tomado, sienten que no es su historia, y no la es. Pero es difícil hacer esta distinción.

Y no dejo de preguntarme si hice algo malo. Pero bueno, soy católico, tengo culpa.


En el momento de hacer esta nota, aún no está designado el nuevo presidente en Perú, ¿cómo viste todo el proceso electoral?

Salvo una sorpresa muy brutal, está muy claro que ha ganado las elecciones Pedro Castillo, lo han dicho los organismos electorales, lo han dicho los observadores internacionales, lo ha dicho Estados Unidos, Europa... pero Keiko está empleando la estrategia de la extrema derecha, la misma que empleó Trump: ignorar los resultados electorales para deteriorar al presidente que venga. Y por cierto cuando ella tenga su juicio por corrupción, culpar al sistema que conspira contra ella.

Es muy triste desde el punto de vista democrático. Pero también es posible porque el otro no habla. Es decir, si Castillo hubiese aparecido en los medios a decir qué va a hacer con este país, y reuniéndose con sectores de este país, ya se habrían descartado todas esas denuncias porque él daría la seguridad de que va a haber un gobierno. El misterio de Castillo, su incapacidad de salir al público, de dar gestos, su completo secreto de qué va a hacer con este país, está siendo usando por Keiko. Lo sé porque hago historias de terror: nos da miedo lo que no conocemos.


Vemos un Castillo con algunas contradicciones como por ejemplo en lo referido al aborto, al casamiento igualitario...

Bueno, no está de acuerdo. Lo único que tienen en común las dos opciones es en la misoginia y la xenofobia. Tampoco le gustan los inmigrantes venezolanos a ninguno de los dos. Son extrema izquierda y extrema derecha y todo lo que hay en el medio desaparece en la polarización.


Eso augura algunos años complicados...

No creo que venga la dictadura chavista, pero vendrá el enfrentamiento y la parálisis, que ya nos pasó... Eso sospecho que nos espera.

Aquí es cuando envidiamos a los uruguayos, que son civilizados. Cuando dicen que Castillo va a ser un Chávez, toda la izquierda ruega de que por favor sea un Mujica.


El libro

Una absorbente investigación sobre un oscuro secreto familiar, una novela de formación que se lee como un thriller literario.

Todas las familias guardan sus secretos, pero algunas ocultan verdades capaces de arrasarlo todo a su paso. Jimmy cree que su vida en Nueva York es perfecta: está a punto de entrar en la universidad, su padre es el administrador de la catedral de Brooklyn y su madre es una feliz ama de casa. Sin embargo, cuando la abuela enferma y decide viajar a Perú para cuidarla, el contacto con las viejas amistades de su padre le abrirá una ventana hacia un pasado que ignoraba y más le valdría nunca haber conocido.

Y líbranos del mal es una novela de formación que funciona también como un absorbente thriller literario; un desgarrador viaje a los orígenes que es, al mismo tiempo, un descenso a los infiernos de su protagonista que pone sobre la mesa la cruda realidad sobre el fanatismo religioso, el abuso de poder, la pederastia y una sociedad latinoamericana conservadora que es capaz de solapar cualquier crimen con tal de mantener el statu quo.

Santiago Roncagliolo, una de las voces más reconocidas en la narrativa hispanoamericana, nos confronta con preguntas que no tienen respuesta fácil. ¿Hasta dónde puede llegar la obediencia ciega? ¿A partir de qué punto el silencio nos hace cómplices y culpables? Como afirma el protagonista tan pronto comienza esta perturbadora novela: «Aquí cada quien se salva como puede».

Editorial: Seix Barral

Por María Noel Domínguez