Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Pido aguja

Se buscan aviones, frascos y heladeras: el desafío de vacunar a un planeta entero a la vez

Con varias vacunas a punto de estar disponibles para su uso, los retos de logística e infraestructura cobran relevancia.

19.10.2020 13:44

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2020-10-19T13:44:00-03:00
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La carrera por la vacuna contra el COVID-19 está a punto de entrar en una etapa que se corre fuera de los laboratorios. Rusia, China y Reino Unido ya tienen sus vacunas casi en la "punta de la jeringa". Los científicos ya hicieron su parte, ahora llega el momento de los ingenieros, los manufactureros, los pilotos de avión y muchos otros profesionales.

Tal como informáramos recientemente, trasladar las vacunas desde sus países de origen a todos los puntos del planeta requeriría la capacidad de carga de 8.000 aviones Boeing 747 cargados al máximo, una cantidad de aparatos difícil de reunir y coordinar.

El envasado del producto también representa un reto.

Generalmente, las vacunas se distribuyen en pequeños envases de vidrio. Aunque resulte sorprendente que el cristal pueda ser un bien escaso, las vacunas suelen envasarse en uno de un tipo especial llamado vidrio borosilicatado. Es altamente resistente a los cambios de temperatura y tiene una baja reactividad química para evitar que se contamine lo que contiene.

Dada la descomunal demanda de estos envases que está generando la Covid-19, esto también podría limitar la cantidad de vacunas disponibles inicialmente.

Los frascos multidosis podrían mitigar este problema, pero también podrían hacer que se malgastaran dosis de la vacuna si al final no se consume todo el fármaco que contienen. Cuando la demanda es tan alta, esto debería evitarse.

La temperatura es otro factor a tener en cuenta. La mayoría de vacunas deben conservarse refrigeradas, pero algunas de las desarrolladas para la Covid-19 deben almacenarse a temperaturas tan bajas como -70 °C. Hay refrigeradores capaces de alcanzarlas en muchos laboratorios, pero no son tan habituales en los centros médicos.

Para sortear el problema del almacenamiento en frío, compañías de transporte como UPS y DHL están construyendo en todo el mundo enormes centros de refrigeración con capacidad para almacenar vacunas hasta a -80 °C.

"Se han desarrollado monitores para asegurarse que se registra la temperatura", explica Margaret Liu, presidenta del consejo de la Sociedad Internacional para las Vacunas, en declaraciones recogidas por la cadena noticiosa BBC. "No se quiere algo que se descongela y luego se vuelve a enfriar. Se tiene que saber qué sucede a cada segundo durante el transporte", agregó.

También está lo que se conoce como el "Problema del Último Kilómetro". La distribución a las ciudades más grandes es bastante fácil, ya que tienen centros de transporte, pero llegar a las localidades más pequeñas y a los pueblos alejados será mucho más difícil, sobre todo en los países en desarrollo.

Bien podría ser que viéramos una distribución gradual de una vacuna contra la Covid-19 para la primavera boreal de 2021, llegándose a una distribución masiva meses después. Antes de eso, ya se están tomando medidas para que la capacidad de producción y distribución pueda cubrir la demanda global.

Quizá sea un desafío colosal, pero lo que ya se ha logrado, gracias a la colaboración y a un trabajo colectivo sin precedentes, muestra que no es insuperable.