24 de setiembre: Día de la lucha contra el “silencioso” cáncer de tiroides

El 24 de setiembre es el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Tiroides.

Se trata de una enfermedad a menudo silenciosa, por lo que la información y la vigilancia son esenciales, y es importante advertir de la importancia del diagnóstico precoz de esta enfermedad y saber reconocer los signos.

Filipe Sá Santos , cirujano endocrino portugués, recuerda en su columna del periódico Público que la tiroides es una glándula con varias funciones en nuestro cuerpo: regula la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la temperatura corporal, el peso, el estado de ánimo. Existen varios problemas que pueden afectar su correcto funcionamiento, entre ellos los de origen cancerígeno

El profesional señala que es posible que el cáncer de tiroides no cause ningún síntoma al principio, pero a medida que crece puede causar dolor o formar un bulto en el cuello. También puede provocar cambios en la voz, ronquera o atragantamientos frecuentes. La mayoría de los nódulos que pueden aparecer en la tiroides son benignos, y se dan aproximadamente cuatro veces más en las mujeres que en los hombres.

Si nota alguno de estos síntomas o signos, debe consultar a su médico. Deberá hacerse una palpación local y de cuello todos los años, en cuyo caso podrá solicitar pruebas como análisis de sangre o ecografía. "Solo con una evaluación médica sabremos si los nódulos tiroideos en cada caso son benignos o malignos", detalla.

El cáncer de tiroides tiene tratamiento. Requiere un diagnóstico precoz y orientación por diferentes equipos hospitalarios, con Endocrinología, Cirugía Endocrina, Radiología, Anatomía Patológica, Patología Clínica y Medicina Nuclear. El tratamiento suele consistir en una cirugía para extirpar la glándula tiroides, que en la mayoría de los casos será curativa sin necesidad de tratamientos adyuvantes. "Sin embargo, también puede ser necesaria una cirugía más extensa para extirpar los ganglios del cuello o un tratamiento médico con yodo 131 en los casos en que las células malignas se hayan diseminado más allá de la tiroides", detalla..

Los resultados son, en general, muy buenos. En comparación con otros tipos de cáncer, el de tiroides tiene una de las mejores tasas de supervivencia. La tasa de mortalidad es de alrededor del 1% a los 25 años después del diagnóstico.

"Probablemente te hayas preguntado: ‘¿Y después de la cirugía? Escuché que subiré de peso si me quito la tiroides ‘". Después de la cirugía para extirpar completamente la glándula tiroides, el paciente deberá tomar un medicamento oral (solo una pastilla al día) por el resto de su vida", informa.
Su médico tratante debera periódicamente, y los análisis de sangre le permitirán medir la dosis de medicamento adecuada para cada caso, "para que no haya cambios en el peso ni en la actividad física o intelectual".

Se desconoce la causa de la mayoría de los tumores tiroideos malignos. El galeno recuerdas que la normativa europea establece que las personas que viven en un radio de 20 kilómetros de las instalaciones nucleares deben comunicarse con las autoridades sanitarias o de Protección Civil de la zona. "Deben tener un medicamento (yoduro de potasio) que bloquee parcialmente los efectos de la radiación en las células tiroideas, para tomar en el caso poco probable de una fuga nuclear", recuerda, advertencia que por estas latitudes resulta innecesaria.

"Lo que todos debemos hacer es siempre cuidar nuestra salud y la de los miembros de nuestra familia, estar atentos a los síntomas y signos y buscar consejo médico. Incluso en tiempos de pandemia, otras enfermedades no esperan. La falta de evaluación o tratamiento hará que el cáncer se haga más grave o extendido, con el riesgo de un mayor daño a la salud", enfatiza.
"No debe tener miedo de ver a tu médico. Mírate en el espejo, y palpa tu cuello", recomienda.