Contenido creado por Agustin Zabala
Pantallazo
Andá por allá

Un uruguayo que debuta y lleva a la Berlinale su visión de un mundo entrelazado

Alez Piperno estrena su primer largometraje en el festival Berlinane: una historia que se desarrolla en tres lugares distintos pero que cierra un círculo.

23.02.2020 15:02

Lectura: 3'

2020-02-23T15:02:00-03:00
Compartir en

El cineasta uruguayo Alex Piperno estrena hoy en la Berlinale su primer largometraje, "Chico ventana también quisiera tener un submarino", una historia que a pesar de desarrollarse en tres localizaciones distintas y distantes logra cerrar un círculo y constatar que todo en el mundo está entrelazado.

"El hecho de que estemos hablando ahora vos y yo acá es un poco como una constatación de que el mundo es más pequeño de lo que uno cree", señala el realizador en entrevista con Efe, al apuntar que esa es la idea que ronda la película.

El miembro de la tripulación de un crucero que recorre la Patagonia descubre bajo cubierta, en el espacio restringido al personal, una puerta mágica que le da acceso a un apartamento de una joven en Montevideo.

Al mismo tiempo, un grupo de hombres halla cerca de su poblado en Filipinas una caseta de cemento cuya presencia atemoriza a algunos de los habitantes.

HISTORIAS QUE CIERRAN UN CÍRCULO

Estas historias, aunque aparentemente no conexas, acaban cerrando un círculo.

La idea de la película nace de la experiencia personal de Piperno, original de Uruguay, pero que vive desde hace quince años en Buenos Aires.

Cuando se mudó a la capital de Argentina a estudiar cine, descubrió que tenía una vida en Montevideo que era la que había dejado y que "estaba ahí sucediéndose" incluso sin él, y otra incipiente en Buenos Aires, y "un barco que unía esas dos vidas" en un viaje de tres horas.

"Si un barco unía las dos vidas, me dije, puede unir N vidas, puede unir N lugares y descubrí que el barco era un lugar fantástico de pasajes de cualquier lado a cualquier lado, que podía ser una máquina fantástica de pasaje", explica.

Del ferri que une Montevideo y Buenos Aires surgió la idea del crucero, que tiene el lado público de los turistas y también el reverso, un poco secreto, un poco oculto, de los trabajadores, continúa.

UN BARCO EN LA PATAGONIA, UN APARTAMENTO EN MONTEVIDEO Y UN PUEBLO EN FILIPINAS

Así, en la película aparece esta diferencia entre público y privado, "como dos caras del la misma cosa"; Montevideo, "como una cosa distante y cercana, en la medida que está unida al barco", y "para radicalizar el procedimiento", las antípodas, Filipinas.

"La idea era ir al otro lado del mundo para constatar que no estamos tan lejos Y lo constatamos", afirma.

Hacer la película, una coproducción entre Uruguay, Argentina, Brasil, Holanda y Filipinas, ha sido un largo camino de diez años en el que rodaron por etapas y es la primera película de Piperno como director, guionista y productor.

Presentarla ahora en la Berlinale -dentro de la sección Forum, dedicada al cine experimental- donde está nominada a mejor ópera prima, es una "alegría", asegura el realizador.

Con información de EFE