Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Cuando se porta como el traste

Flora intestinal de los niños podría influir en su comportamiento, sugiere estudio

La investigación trabajó sobre una muestra pequeña, y sus autores advirtieron que los resultados no prueban causalidad.

24.01.2020 14:56

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2020-01-24T14:56:00-03:00
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Los niños pequeños en edad escolar con problemas de la conducta podrían tener unas bacterias distintas en sus intestinos que sus iguales que se comportan bien, sugiere una investigación reciente.

El estudio también anotó que los padres podrían tener un rol clave en el desarrollo de las bacterias particulares de los intestinos de sus hijos, que se conocen colectivamente como microbioma. Ese rol va más allá del tipo de alimentos que los padres proveen, sospechan los investigadores.

"Nos interesaba determinar si había aspectos del microbioma intestinal que explicaban la variación en la conducta de los niños", comentó el autor sénior del estudio, Thomas Sharpton, profesor asociado de microbiología de la Universidad Estatal de Oregón, en Corvallis.

Y parece que sí. Por ejemplo, dijo Sharpton, "los niños en las familias que demostraban unos vínculos más firmes con los cuidadores tenían diferencias en el microbioma respecto a los que no los demostraban".

El investigador destacó que el estudio no prueba un vínculo causal.

"No decimos que el microbioma provoque la conducta. Quizá la conducta provoca los cambios en el microbioma. Es difícil desenredar los factores de distorsión", observó en declaraciones recogidas por la reportera especializada Serena Gordon, en un artículo que publica HealthDay News.

Los investigadores apuntaron que la dieta no pareció explicar los cambios observados en el estudio.

Este no es el primer estudio en conectar al microbioma con la conducta de los niños.

Un equipo del Hospital Pediátrico de Texas, en Houston, reportó el mayo pasado que los niños con autismo y síntomas digestivos tenían diferencias en el microbioma en comparación con los hermanos y otros niños sin autismo. Pero esos investigadores no encontraron un patrón claro del microbioma que indicaría el autismo fácilmente.

El nuevo estudio incluyó a 40 niños de 5 a 7 años. Los investigadores analizaron muestras de heces de cada uno para identificar los tipos de bacterias de sus intestinos.

Sharpton dijo que si unos estudios de gran tamaño confirman estos hallazgos, quizá sea posible averiguar una forma de usar la información del microbioma para predecir cómo se podría desarrollar la conducta de un niño. Contar con esa información podría conducir a unas intervenciones más tempranas, y quizá más exitosas.

La Dra. Maryann Buetti-Sgouros, directora de pediatría del Hospital de Northern Westchester en Mount Kisco, Nueva York, revisó los hallazgos.

Dijo que "este estudio refuerza la idea de que hay una conexión entre los intestinos y el cerebro, pero no creo que nos dé ninguna respuesta concluyente. Sí nos plantea más áreas de investigación".

El Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y conductual del Centro Médico Pediátrico Cohen de Nueva York, en New Hyde Park, tuvo una reacción similar.

"Este estudio amplía la investigación que sugiere que, incluso en niños pequeños en edad escolar, el microbioma tiene implicaciones clínicas que van mucho más allá del tracto GI [gastrointestinal]", comentó Adesman.

Pero como anotó Sharpton, Adesman dijo que es difícil que estudios como este sepan con certeza cuál factor es la causa y cuál podría ser un efecto. Dijo que se necesitan más estudios.

"La investigación que examina las implicaciones clínicas del microbioma intestinal todavía está en sus inicios, y es probable que pase una década o más antes de que tengamos una apreciación completa de su verdadera importancia, sobre todo en los niños", añadió Adesman.

Los hallazgos se publicaron en la edición del 21 de enero de la revista mBio. El estudio se realizó en colaboración con investigadores de la Universidad de Oregón, en Eugene.